Destruidos.

Capítulo Treinta Y Uno

Maratón 2/3

Ya es de día y yo ya tengo preparado el desayuno mientras de fondo suena la televisión en el canal de noticias. La verdad es que no dejo de pensar en lo de anoche, no dejo de sonreír y tampoco puedo dejar de sentir un poco de vergüenza, no por lo de anoche en si, si no que, quizá sería un poco incómodo el vernos las caras hoy, aunque ya somos novios ¿no? no tengo porque preocuparme.

"Aunque ya somos novios" joder, es tan malditamente agradable poder decirle novio al chico que me gusta, al chico con el que comparto y con el que puedo ser como soy. Se siente realmente bien.

Mientras terminaba el desayuno coloque los servicios en la mesa junto a las tazas correspondiente de cada unos y minutos más tarde cuando ya estaba dejando todo en su lugar para desayunar sentí como la puerta de la habitación principal se abría y no pude ocultar mis nervios tanto que ni siquiera había dejado los platos con waffles sobre la mesa cuando mis manos temblaban de una manera que se me hacía imposible la tarea de dejarlas sobre ella.

—Buenos días preciosa—. dijo con voz ronca mientras con su puño se masajeaba uno de sus ojos

Maldita sea, es tan adorable—. pensé mirándolo detalladamente

—Buenos días para ti—. respondí cuando al fin pude dejar lo último en nuestros respectivos puestos

—Uhm, primero iba a tomar una ducha pero solo con oler esto ya me dio hambre así que, la ducha puede esperar—. río cuando se sentó junto a mi

—Sucio—. solté con una sonrisa

—¿Como amaneció la novia más bella de este planeta?—. preguntó con un tinte de entusiasmo

—Adolorida—. dije porque es verdad

Al ver la mirada perversa y juguetona en su rostro rápidamente negué soltando una risa nerviosa.

—No por eso, tonto— dije aún riendo—. Si no que duermes como la mierda y hoy amanecí con tu rodilla incrustada en mi espalda.

—Oh amor, lo lamento— se disculpo—. Ya no estoy acostumbrado a tener compañía.

—Ajá—. dije sin creerle

—¿Qué?— pregunto extrañado—. ¿No me crees?

—No.

—Pues deberías, eso hacen los novios, creerse—. hablo con tono inocente mientras me apuntaba con la cuchara de su té

—No porque seamos novios significa que sea imbécil.

—¡Ay, que desagradable!—. contestó con falso fastidio

Y como si fuera poco el drama este se levantó caminando a paso apresurado hacia el baño y al percatarme de que lo hacía porque quería que lo siguiera ahogue una risa y lo seguí alcanzando su paso mientras impedía que diera otro.

—Acabas de hacer un maldito show por nada—. dije intentando mantenerme seria mientras lo acorralaba contra la pared

—¿Y?—. respondió mirándose las uñas con desinterés

—Tendrás tu castigo—. avise mientras me apegaba más a él

—Uy si, ya quiero ver que lo intentes—. se burló

Yo sin dejarle decir una palabra más me aleje mientras caminaba hacia mi cuarto y antes de entrar me saque la polera que cubría mi cuerpo dejándome casi expuesta— si no fuera por la parte de abajo de mi ropa interior—. Y el al ver este acto abrió su boca sorprendido bajando su vista a la evidente marca que me dejo en mi espalda baja. Vi que su vista subió nuevamente y seguí caminando a mi cuarto mientras sentía sus pasos tras de mi y antes que el pudiese entrar le cerre la puerta.