Prólogo

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Pedí que no te fueras, pedí que no te largaras y mira donde estas ahora...—. miré dolida hacia donde estaba

Siempre estaré aquí contigo, ¿lo sabes no? Nos une todo lo malo que pueda existir porque somos un claro ejemplo de que estábamos destruidos aún sin siquiera nacer y ahora... jamás nadie logrará destruirnos—. me contestó y de la nada se esfumó

Y esa es la verdad, nadie ni nada podría destruirnos jamás.

Sólo nosotros mismos...

Destruidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora