capítulo dieciocho

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Han pasado dos días en donde me enteré que Nora estaba grave y no me he despegado de su lado desde ese entonces quedándome en mi antigua habitación para poder comprobar que todo estuviera bien.

—...Y así fue, ella nos adoptó a Al y a mí y ella nos ayudó la mayor parte de nuestra adolescencia. Es por eso que no me iré de aquí hasta que pase lo que tenga que pasar—. Termine de contarle al chico frente a mi

—¿Entonces no irás a casa?—. preguntó

—No, no lo haré.

—Clai, puedes venir a verla por el día pero no tienes por que venirte aquí, puedo venirte a dejar si eso se te hace mejo—. - sugirió

—Matty, no— reí un poco más animada—. Aparte está tú prima en casa, pasen tiempo juntos.

—Ella en realidad no es mi prima— se acomodó en la silla de la sala—. Es una amiga de la infancia que se volvió parte de la familia con el tiempo.

Mi sonrisa en ese momento desapareció y sentí el típico y sobrevalorado pesar en mi estómago con ese sabor amargo en mi garganta.

—¿Entonces no son familia?

—No, no lo somos pero ya sabes, la queremos como a una de la familia.

Bien, sabía perfectamente que probablemente este roja sólo del coraje y el mal estar apoderado de mi cuerpo sea a causa de que tal vez si sienta algo por el.

—Oh, vaya— no sabía ni que decir—. Por eso no tienen parecidos.

El iba a responderme pero Ker apareció por la puerta que daba a la habitación de mamá.

—¿Qué pasa?—. pregunté levantándome de golpe al ver su semblante

—La estamos perdiendo—. susurró en un estado de transición

—¿Qué?—. pregunté sin creerle

—Nora está muriendo, joder.

Matt al igual que yo nos levantamos enseguida y fuimos a la pieza donde estaba la mujer tosiendo y sudando como de lugar y sin previo aviso mi chico la tomo en sus manos y me ordenó que fuera a por las llaves del auto y me adelantara a abrirla mientras que Ker llamaba a Al y le explicaba que iríamos al hospital Hooke.

Cuando todos estuvimos dentro del auto Matt iba manejando, yo iba a su lado mientras Ker y Mamá iban atrás.

Luego de casi 10 minutos de transcurso llegamos al hospital y entramos por la puerta de emergencia para que hicieran lo que estuvieran en sus manos y también en ese mismo momento Alaska apareció junto a nosotros. Pasó una hora en donde veíamos como enfermeras corrían de un lugar a otro sin darnos avance de lo que pasaba y eso hacia que en todos nosotros creciera una ansiedad inexplicable.

En el momento que iba a tomar asiento apareció el doctor que se llevó a mamá hace una hora atrás para ser atendida con una mirada que me advertía lo que venía y antes de que dijera algo yo ya estaba llorando a mares.

Lo siento— musito con voz culpable—. Nora no pudo resistir más.

Puedo jurar que en ese momento no hubo más que un vacío en mi pecho y eso dolía de una manera jodidamente enferma e insana la cuál solo aumentaba cada vez más y también podía jurar escuchar los gritos ahogados de Alaska y los sollozos de Kerry los cuales se escuchaban lejanos a mi en ese momento.

No supe cuando estaba tirada en el suelo, no supe cuando comencé a llorar con sensatez, no supe cuando comencé a gritar hasta cuando mi garganta comenzó a arder a tal punto que mi voz se perdió en algún grito y no supe cuando estaba nuevamente en los brazos de él hombre con el cuál e vivido dos semanas.

Destruidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora