capítulo veinticinco

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Ya en el hospital lo ingresaron de urgencia mientras yo esperaba en el pasillo aún pensando en lo que sucedió minutos atrás.

Miraba a mi alrededor y sólo estaba yo ya qué sólo eran las cuantas de la mañana y no era horario de visitas. Sabía que lo que dijo Matthew no tiene sentido alguno ¿Porqué me pediría perdón? El a mi no me a hecho nada para que lo haga por lo tanto es absurdo que me pida perdón por algo inexistente. Aún así, teniendo ese pensamiento no podía dejar de pensar en si habrá hecho algo malo en estos días o sí fue otra cosa lo cual lo atormento al punto de hacer lo que hizo.

Aún no puedo creer lo que hizo, aún no puedo creer que haya tomado esas pastillas, aún no puedo creer haberlo visto en un estado tan demacrado y vulnerable y me siento aún peor el no saber porque está así.

Mientras esperaba impaciente en los pasillos por largos minutos oh quizá algunas horas al fin una doctora de al menos unos 50 años salió para darme información de el chico ahí dentro. Deje de moverme y me acerqué a ella esperando impaciente a que hablara.

—El paciente está bien, esta estable— dijo con una mueca de lástima—. Tuvimos que hacerle un lavado de estómago profundo porque anteriormente a las pastillas consumió otro tipo de sustancias que le estaban rompiendo por dentro y que probablemente si no lo hubiéramos ayudado a tiempo el ya no estaría con vida. Le dio una sobredosis y por ahora quedará en observación hasta cuando despierte y pueda pensar y hablar con claridad—. anunció con calma

No sabía que sentir en ese momento, no sabía si sentirme aliviada, si sentirme frustrada o sentirme enojada, sinceramente no sabía lo que tenía que sentir en ese momento.

—Esta bien, gracias por su información—. dije con un hilo de voz

En ese momento me di cuenta que no podía contener más las lágrimas y me eché a llorar ahí, frente a la doctora sin importarme en lo más mínimo su presencia. No aguantaba escuchar aquello y cada vez me sentía más enojada y frustrada al no saber que fue tan fuerte para que tomará esta medida en menos de dos días, no lo entiendo en lo absoluto.

—No entiendo lo que pasó y no quiero meterme, pero esto que hizo no fue para llamar la atención ni mucho menos, si el tomo esta medida fue por algo muy importante que le hizo mucho daño y que quizá lo destruyó por completo y si tú puedes ayudarle a sanar hazlo ahora y no llores ya qué si te ve así, será peor para el y para ti también.

Dicho esto se dio la media vuelta y me dejó ahí, varada en mi lugar mientras ahogaba mis lágrimas y me quedaba pensando en sus palabras las cuáles eran ciertas, si el supo o hizo algo no tiene que verme mal, al contrario, tiene que verme fuerte para el. En ese momento sabía que sería en vano pedir verlo por lo que me senté un poco más calmada y busque en mis contactos el número de Sara y cuando marque al segundo tono contestó con voz ronca.

—¿Sí?—. se escuchó de la otra línea

Por un momento me contuve de las lágrimas y para eso mordí levemente mi labio inferior.

—Sara soy yo, Clairo—. hablé con voz temblorosa

—¿Clairo?— preguntó preocupada—. ¿Qué pasó, porque me llamas a las 9 de la mañana?

—Matthew— alcancé a decir mientras que un traicionero sollozo se escapó de mis labios—. El esta en el hospital ahora, le dio una sobredosis y gracias a Dios está estable, pero aún así está en observación—. expliqué

Por largos minutos no escuche nada de la otra línea y eso por alguna razón me hizo sentir nerviosa y un poco molesta.

—Joder— murmuró—. Jack ahora se está bañando para ir a trabajar, en cuanto salga de la ducha le diré y también les avisaré a Regan y Violet, estaremos allá lo más antes posible— prometió—. Dame la dirección del hospital.

Destruidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora