Capítulo veintiocho

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Han pasado los días y ya todo a vuelto a la normalidad. Matthew volvió a la empresa luego de un pequeño descanso y yo estoy todo el día encerrada ya qué no tengo muchas cosas que hacer. Estos días el a intentado recopilar toda información que pueda tener sobre su padre y sobre Tristan pero de un día a otro según el, Tristan desapareció de la faz de la tierra. Lo cuál muy a mi pesar, no lo creo.

En este momento mi relación con el a sido más íntima que tiempo atrás, a sido más única de lo que creíamos y a pesar de que no le tenemos un título a lo nuestro no es necesario ya qué, creo yo, todo a su tiempo. Las cosas han estado bien, todo marcha normal sacando el hecho que se a estado comportando tan extraño que me hace temer a montones.

—Cielo, ¿estas lista?—. preguntó tras la puerta del cuarto

Hoy había uno de los eventos auspiciados por su padre en el cuál, realmente, es imposible de dejarlo pasar. En estos momentos llevo puesto un vestido rojo algo corto junto a una chaqueta negra, un bolso del mismo color con unos zapatos a juego y para serles sinceras, me siento realmente bien con el resultado de este conjunto.

—Lo estoy—. avisé mientras por el espejo de la recámara vi como la puerta de esta se habría dejando ver a la persona tras ella

El estaba tan sencillo, estaba tan natural que a pesar de ello, no podía quitarle la mirada de encima. Esa chaqueta junto a ese pantalón ajustado de color negro y esa camisa color blanca con pequeños detalles en su pecho lo hacían ver tan bien, tan seguro, tan... ardiente.

—Estás preciosa—. halago mientras me tomaba de la cintura y me hacía dar la vuelta para mirarle de frente

Cada vez que lo tenía cerca sentía una corriente recorrer por todo mi cuerpo, sentía que me faltaba el aire y cada vez que lo besaba sentía como si fuera algo tan fuera de lugar, tan incierto, tan surreal.

—Tú también lo estás—. respondí en un leve susurro mientras lo miraba fijamente

Estos días lo he necesitado tanto, lo he extrañado incluso de una manera tan anormal que el tenerlo conmigo aquí, con privacidad absoluta por unos instantes me hace sentirme bien, aliviada por sobre las otras cosas.

—Estas realmente ardiendo—. dije sonriendo de manera insinuosa

—Vamos—. dijo riendo y negando mientras tomaba mi mano y me guiaba hasta la puerta principal para después salir

Apenas entramos al auto nos marchamos hacia el lugar donde sería aquel evento en un completo y cómodo silencio. Luego de un viaje de unos 45 minutos llegamos a un edificio completamente blanco con luces a los lados de distintos tonos y también ventanales y una puerta gigantesca. Cuando me bajé del auto de la mano de mi chico mi vista se deleitaba de tal hermosa y lujosa vista que tenía enfrente porque aunque no lo crean, los colores hacían resaltar y hacian embellecer el edificio junto con la noche cálida y cómoda. Entramos con unas sinceras sonrisas y ya dentro el primero en recibirnos fue Regan con una sonrisa deshonesta mientras abría sus brazos en dirección a su hijo.

—Ya era hora de que llegasen—. celebró con un poco de arrogancia

Yo no hice nada más que sonreír también con tinte deshonesta esperando a que mi acompañante hablase pero al no escuchar nada mi vista se posó en él y me sorprendí al ver que miraba fijamente a su padre con sus facciones totalmente duras y tensas.

—¿Todo bien?—. pregunté mientras movia lijeramente su brazo

Este al ver el semblante extrañado y divertido del empresario se tenso aún más pero al voltear a verme todo rastro de tensión desapareció de sus facciones en cosa de segundos.

Destruidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora