capítulo veintisiete

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Sentía un mal estar en mi costilla derecha y sentía como si alguien me estuviera enterrando algo en el mismo lugar pero aún así seguí durmiendo y no le preste atención. Estaba tan cansada y tenía tanto sueño que a pesar de aquel fastidioso dolor no me movía de mi lugar pero después de unos minutos más el dolor iba aumentando al punto de ser tanto que como pude tuve que abrir mis ojos molesta por aquello.

Al momento en el que los abrí lo vi acostado viendo que dormía plácidamente en forma correcta mientras yo estaba a los pies de la cama con uno de sus pies enterrado en mi costilla. Aún estaba media dormida pero reí al ver en que posición estamos justo en estos momentos.

-¡Matthew, muevete ahora mis...- antes de terminar la frase ya me encontraba en el suelo por una patada involuntaria que me dio en el mismo lado donde segundos antes su pie estaba haciendo presión

Al caer solté un grito de dolor y toque mi espalda por acto de reflejo mientras maldecia a los cuatro vientos.

-¿Estás bien?-. preguntó al segundo en el que solté la última grosería y tapaba mi cara

-¿Como quieres que esté?- pregunté con tono absurdo-. Dejó que duermas conmigo y resulta que ahora despierto a los pies de la cama por un dolor en mis costillas y por arte de magia aparezco en el suelo.

Seguía con mis manos en la cara cuando escuche la ruidosa risa de este y podía escuchar también como se revolcaba en la cama.

-Perdón- dijo como pudo-. Cuando gritaste me asusté y sólo actúe sin pensar.

El seguía riendo mientras que yo seguía en el suelo apenas pudiendo moverme.

-No da risa, idiota-. dije enfadada

-Claro, perdón.

Dicho esto se levantó dejándome ver su cuerpo lleno de tatuajes con unos pantalones deportivos y su torso desnudo. Me levanto en brazos y me dejó nuevamente en la cama con una sonrisa en su rostro.

-¿Te preparo algo?-. preguntó aún divertido

No le respondí y sólo me dediqué a ignorarlo y mirar hacia otro lado aún enojada.

-Oh no-. dijo con tono meloso y con cuidado se colocó sobre mi dejando sus dos brazos a los costados de mi cabeza y sus dos piernas a los costados de mi cintura

No podía moverme por que uno, aún sentía mucho dolor, dos, se colocó sobre mi haciendo de esa tarea imposible y tres, no quería mover ni un jodido cabello. Estábamos tan cerca que podía sentir su respiración en mis labios y como poco a poco nuestros cuerpos se iban haciendo uno solo lo cuál, me encanta.

-¿No vas a responder?-. insistió

Seguí ignorando el hecho que me estaba hablando e hice como si no escuchase a nadie, lo cual lo divirtió aún más.

-Te lo acabas de buscar-. sentenció

Y sin previo aviso tomó dominio de mis labios haciendo de estos completamente suyos mientras yo como podía colocaba mis manos en su espalda y profundizaba el beso. Lo tenía, aún sin esperar iniciarlo sentía que nos teníamos el uno del otro y no, no habló de que sea el amor de mi vida pero si se que de alguna u otra forma terminaremos juntos. Sus labios se movían al compás de los mios, una de sus manos sujetaba su cuerpo y la otra jugaba con mi cabello. Sus labios transmitían efusividad pura y pedían más, en cambio los míos decían "Te quiero, maldito idiota" junto con un poco de piedad a este débil cuerpo.

-¿Seguirás sin responderme?-. protestó agitado contra mis labios

-Ya se me pasó-. dije rápidamente

Destruidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora