Lukas se encontraba lanzandole patadas y puñetazos a un hombre mucho más grande que él.
Maldecí por lo bajo.
—¡lukas! ¡¿que coños estas haciendo?!.—exclamé.
Este me miró asustado y en ese momento su rival aprovechó para propinarle un puñetazo en la nariz.
—¡joder!.—lukas se quejó.—¡¿que haces aquí Ayana?!.—lukas fijó de nuevo la vista furiosa en su rival.
—¡vengo por ti y no me iré si no vienes conmigo!.—respondí.
—¡lo peor es que vienes con ese imbécil!.
—¡tu a mi me dejas sano!.—respondió aiden molesto.
—¡si quieres que te deje en paz porque no vienes a enfrentarte en un duelo....—lukas comenzó a golpear fuertemente a su enemigo así esquivando sus ataques.—conmigo!.—terminó la frase y aiden no dudó en subir al ring y recibir unos guantes que le lanzaron desde la parte inferior del ring.
—una cosa que debes aprender de mi es nunca retarme, porque sales perdiendo.—dijo aiden abrochando sus negros guantes y poniéndose en posición de combate.
—hagamos algo.—lukas cambió de tema repentinamente.
Aiden lo miró frunciendo el ceño.
—el que gane se queda con ella.—el dedo índice de lukas apuntó hacia mi.—¿va?.
—¡ja!, No me hagas reír.—aiden río irónicamente.—¿crees que ella se quedará contigo siendo mi novia?.
Lukas abrió los ojos sorprendido y me miró suplicante.
—¿eso no es verdad cierto?.
—yo....—lo miré apenada e incliné la cabeza.—lo siento.—murmure.
—¡joder!.—lukas se puso en posición, su mandíbula se tensó, sus músculos se contrayerón y su mirada se volvió más oscura.—¡no lo voy a permitir!.
—¿el que?; ¿el que estemos juntos o el que ella me ame?.—aiden lo miraba con sorna.
Esto se va a poner feo, tengo que detenerlos.
—tks.—lukas apretó sus blancos dientes y se lanzó sobre aiden literalmente.
Golpe tras golpe, ganchos, llaves, patadas y el bullicio de la gente.
—¡detenganse!.—ordené cuando vi que pequeñas gotas de sangre comenzaban a surgir de los labios de aiden y de la nariz de lukas.
Pero en vano, no me prestaron atención.
Son unos idiotas.
Decidí entonces subir al ring y detenerlos, pero una fuerte mano agarrando de mi antebrazo bruscamente me detuvo, giré para ver quién era el causante de aquel dolor punzante que me producía aquel agarre, pero entonces el hombre giró y me arrastró literalmente hacia la parte trasera del establecimiento.
—¡hey!.—exclamé intentando soltarme de su agarre, en vano.
El bullicio de la gente, no permitía que mis palabras se escucharan más alto que un susurro.
Más adelante el hombre me empujó bruscamente haciéndome caer al suelo y luego un golpe en el estómago me hizo gesticular.
¡Agh!,¿que está pasando?¿quien es este tipo?.
Los golpes se intensificaban y el dolor también.
¡joder!.
Y para rematar, un golpe en la cabeza me dejó inconsciente.
ESTÁS LEYENDO
𝐕𝐞𝐜𝐢𝐧𝐨, ¿𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞𝐬 𝐬𝐚𝐥?
Non-FictionLimber y Aiden, vecinos que no podrían llevarse peor, ven sus destinos cambiar de manera inesperada. Una madrugada, Limber se encuentra en la inusual situación de tener que pedirle sal a su estúpido y mujeriego vecino. Este encuentro podría desencad...