El tiempo escapa de forma irremediable... Pero los corazones nunca olvidan....
Bea está cansada de los excesos que conlleva el vivir en el capítulo. Comida, lujos, falsedad y diversión... La diversion más cruel que pueda existir, Los juegos del ham...
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No tardó mucho en conseguir un buen tridente para después enviarlo a la arena, pero antes de dárselo a Mags, puso una nota en el tridente.
—No sé porque pienso que tú tienes otro tipo de relación con ese chico más que ser su patrocinadora—dijo Lucas a Bea cuando estaban viendo la transmisión de los juegos
—¿Qué? Estas delirando Lucas, sólo siento compasión por él porque es el más pequeño del grupo. —Bea rodó los ojos esperando que su hermano creyera la mentira que acababa de decir
Lucas rodó los ojos y continuaron viendo la transmisión, tenían en la toma a Finnick que estaba en el borde de la arena, un lugar lleno de agua, perfecto para un nadador nato como él, como ya era de noche, estaba sobre una cama que construyó con hojas sobre la arena, pero un pitido lo puso alerta para descubrir que se trataba de un regalo.
Pero Finnick supo que no era un regalo cualquiera, pues se veía de gran tamaño, cuando el aparato volador cayó en la arena, el chico tomó el objeto envuelto perfectamente y al abrirlo, no pudo contener la emoción, era un tridente de oro puro, pero demasiado ligero, perfecto para las batallas.
—Igual que en casa—dijo con una sonrisa para después tomar la nota, sabía que Mags había logrado conseguirle patrocinadores y era algo que agradecía, pero al abrir la nota, su expresión fue primero de sorpresa al leer lo que había ahí—"Fugit Irreparable Tempus". —Finnick recordó las palabras de Bea antes de ir a los Juegos y de inmediato supo, que ese tridente venía de ella—. Gracias Bea—susurró al cielo
—De nada Finnick—contestó Bea sonriendo al ver la cara de emoción del chico, guardando su nota en el bolsillo de la chaqueta que tenía
Cuando todos fueron a dormir, incluyendo su madre y su hermano, Bea siguió con la transmisión, a esta hora solo pasarían el homenaje a los tributos caídos en el último día, ya que ahora sólo quedaban doce en total, la compañera de Finnick había sido asesinada unas horas después de haber iniciado los Juegos, así que a Bea sólo le preocupaba mantener a salvo al chico.
Mientras tanto, Finnick se ponía a pensar, este tipo de cosas son las que te hacen recapacitar sobre cosas de tu vida, él tenía una mentalidad muy diferente sobre el Capitolio, sobre su gente, gente que sólo disfrutaba la muerte de los chicos en los Juegos, pero por alguna razón, Bea era diferente, ella pareciera que tiene el alma de una chica de Distrito viviendo en el Capitolio.
—Miren, ahí está. —sus pensamientos fueron interrumpidos por unas voces cercanas, rápidamente se levantó para ver que eran los tributos del Distrito uno—. Ya asesinamos a tu amiguita, ahora es tu turno
Finnick tomó el tridente y se puso en posición de ataque, la chica sacó un cuchillo y lo lanzó con precisión para darle a Finnick, pero con la ayuda de su tridente, logró desviar el primero, pero al voltear el segundo cuchillo logró alcanzarlo y hacerle una rajadura sobre la ceja.
—¡No!— Bea tuvo que cubrir su boca para no despertar a su familia, pero al ver la herida llena de sangre, se preocupo demasiado
Finnick a pesar de saber que tenía una cortada de gran tamaño, siguió peleando contra ambos chicos, al ser dos contra uno, había una gran desventaja, la chica a lanzó sobre él y sin dudarlo, Finnick la golpeó con el tridente para dejarla inconsciente. El según el tributo forcejeo con Finnick para quitarle el tridente y que fuera una lucha cuerpo a cuerpo, por su tamaño Finnick no lograba estar a la misma altura que él, así que trataba de alejarse de su contacto para ir por su arma y con ello atacarlo.
—Eres débil, y voy a matarte—dijo con enojo el chico
Finnick ahora con más miedo que nunca, se lanzó por la arena hasta donde estaba su tridente, y al tener contacto con el, se volteó clavándolo en el pecho del chico, al instante se escuchó el cañón anunciando que lo había matado, Finnick retrocedió unos pasos aun empuñando con fuerza su arma, viendo el cuerpo sin vida del tributo, no espero mucho y salió corriendo hacia el bosque a esconderse.
Bea observó la mirada de miedo de Finnick, y la herida que tenía en su rostro, así que saltó del sillón y sin que nadie la escuchará, salió de su casa para ir en busca de la medicina para enviársela antes de que fuera tarde.
