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Después de la Cosecha, los tributos que fueron elegidos, llegaron al Capitolio para iniciar los preparativos del Vasallaje y las celebraciones que se darían antes de esto.

Los tributos llegaron a la torre que sería su hogar por unos cuantos días antes de ser enviados a la arena, Finnick y Mags fueron enviados al piso cuatro por su Distrito, aunque cuando el chico llegó, se llevó una gran sorpresa.

—Bea—dijo Finnick casi sin creer a quien estaba viendo frente a él

—Snow te amenazó ¿No es así?—dijo la persona que estaba en el sillón del piso del Distrito cuatro—. ¿Por eso te alejaste de mí?. —al decir eso Finnick desvío la mirada

—Tenía que hacerlo, no quería que tuvieras problemas por mi—dijo aún sin poder mantener la mirada en la chica—. Tú me mantuviste con vida, ahora era mi turno de hacerlo

—Finnick, ya no tienes que protegerme más. —Bea se acercó a él—. Lo que necesito es que regrese ese chico del tridente que conocí

Finnick volteo a ver a Bea, y se dio cuenta que ya no era aquella niña de catorce años que lo cuido en los juegos, ya era una mujer, había crecido, pero aún era la chica más hermosa que hubiera visto.

—Nunca deje de pensar en ti a pesar de los años—susurró acariciando la mejilla de Bea

—No tenemos que estar alejados otra vez—dijo Bea con los ojos cristalinos

—No pasará eso otra vez. —antes de decir otra cosa, Finnick beso a Bea

Era un beso tan ansiado y tan esperado, que ahora no importaba que Finnick estuviera a unos días de ser enviado nuevamente a los Juegos.

—¿Cómo te enteraste?—preguntó Finnick tomando la mano de Bea

—Fui a la mansión de Snow después del anuncio del Vasallaje, y me dijo que estabas haciendo algo para protegerme—dijo Bea

—¿No te dijo nada más?—volvió a preguntar con miedo de que le hubiera dicho la verdad

—No, después de eso me fui—contestó la chica—. Sólo había ido para pedir inmunidad para ti y que no te enviarán al Vasallaje

—Aún sin estar contigo me sigues protegiendo. —la abrazo—. Perdóname por lo que hice

—No tengo nada que perdonarte—dijo Bea cerrando sus ojos y disfrutando el abrazo de Finnick

—Me hubiera encantado estar todo este tiempo contigo—dijo Finnick

—Olvida eso ya, hay que aprovechar nuestro tiempo juntos antes de que te vayas—contestó la chica

Finnick le pidió a Bea quedarse a comer con él porque mañana sería el desfile, y por ser el Vasallaje, estarían de festejo en festejo.

Por primera vez en diez años, Finnick volvió a sentir esa tranquilidad y esa alegría, Bea le transmitía esa paz que le hacía falta desde hace mucho, y ella también se sentía más segura con Finnick a su lado.

Después de cenar, Bea tuvo que regresar a casa, pero le prometió a Finnick irlo a ver mañana al desfile. Cuando Bea se fue, Mags se acercó al chico escribiendo algo en un papel para después dárselo.

—Por supuesto que la llevaré conmigo, no la voy a dejar aquí cuando toda esta mierda inicie—dijo Finnick—. Cuando inicie la revolución, llevaré a Bea conmigo

Fugit Irreparable Tempus||Finnick Odair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora