- ¡Por Dios, Emily! – Exclama Jack moviéndose incómodo – Muévete ¿No ves que no puedo si estás en esa posición? – Jadeo con dolor y fulmino al albino.
- Tú eres el que no puede entrar bien – Me excuso con un chillido – Además, Anthony está encima de mí, esto es injusto, son dos contra una.
- Aquí la única que se hace la víctima eres tú – Suelta otro jadeo de cansancio – Aunque en cierto modo creo que abusamos del pobre cuerpo de Emily.
- ¡¿Ahora te das cuenta?! – Estaba totalmente adolorida, más que todo en las caderas.
- Sube un poco más, solo un poco más – Acaté su orden mientras que el otro se estiraba y se posicionaba – Falta poco, no dolerá nada.
- ¿Qué están haciendo? – Pregunta mamá entrando en mi habitación sin tocar.
- ¡Mamá, toca antes!
- Lo siento, es que desde abajo se escucha todo – Mierda.
- Estamos jugando Twister – Informa Jack cuando por fin pudo poner su mano izquierda en el círculo rojo.
- Ohh... ¿Puedo jugar con ustedes?
- ¡Dale mami, así jugamos todos! – Chilla mi hermanita menor, Eleonor – Aunque, mami... Emily estuvo haciendo cosas raras con los tíos.
- ¡¿Enserio?! – Exclama mamá con los ojos como platos - ¡Emily Alice Grace! ¡¿Qué cosas le estás metiendo a tu hermanita en la cabeza?
- Estábamos jugando Mortal Kombat XL – Confieso mientras intentaba estirar mi pie derecho al círculo verde, pero refalé y me caí junto con los otros dos – Auch.
- Sabes que ese juego es muy sangriento para que lo vea Leo, no juegues mientras esté ella – Me echa la bronca con el ceño fruncido.
- Sí, ma – Me levanto con pesadez, después de todo estuve todo el rato con los chicos encima de mí, estaba toda adolorida.
- Bien, quiero que se alisten que en la noche vendrán una amiga mía con sus hijas para cenar – Se acerca hacia mi hermanita y la toma de la mano – Vamos, tengo que alistarte también.
- ¡Nuevas tías! – Grita de emoción mi rubia favorita, sí, ella salió rubia no sé ni cómo, a lo mejor mamá engañó a Wisky con un ruso o algo así.
- Bien, creo que ustedes ya saben lo que hacer – Asintieron y me ayudaron a ordenar para luego irse a sus habitaciones.
Que, si no lo sabían, vivían conmigo desde ya un tiempo, ya que Wisky no tiene una casa, tiene LA casa, o, mejor dicho, LA mansión y había habitaciones de más para ellos.
Fui al baño. Me duché y lavé mis dientes.
Miré mi armario y me decidí por algo cómodo pero elegante: Un vestido blanco que se va difuminando hasta acabar en un verde pastel, una chaqueta de mezclilla azul con unos botines con plataforma de color blanco. Recogí mi cabello en una trenza maría hacia el lado cayendo por mi hombro izquierdo. Y por último me eché rímel, lápiz labial de un rojo mate y ya está, no necesito de más ya que no me gusta maquillarme demasiado y, para decepción de todas las mujeres del mundo, no sé maquillarme bien.
Marcó la hora acordada y bajé con normalidad hasta quedar frente a los chicos que estaban semi formales, estaban muy guapos. Guiño, guiño, codo, codo.
- Manténganse en orden, por favor – Asentimos y al rato después entraron dos adultas jóvenes de más o menos de mi edad y, junto a ellas, una señora bien vestida un poco vieja - ¡Clara!
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Amor Psicópata~
Novela Juvenil~Apocalipsis~ Dayana es una chica fuerte, inteligente, amable, linda... O eso es lo que quieren que creen de ella. La verdad detrás de sus acciones es un tanto perturbadora y maniática, por lo que prefiere esconderlo detrás de una máscara, todo sea...