Capítulo 1: Simple encuentro

38 4 7
                                    

Narrador: Jack

Hoy, como siempre, tenía clases temprano, así que, como mi rutina diaria, me dirigí al baño, me arreglé un poco y me vestí todavía somnoliento pues me quedé hasta tarde jugando videojuegos en mi ps3, por suerte esta vez sí usé lentes, así que no me duele la vista y no hay necesidad de ir al colegio con ellos. Ordené mi habitación recordando que hoy me caí de la cama cuando desperté y no fue el despertador quién me dio el salto pues este nunca sonó como lo planeaba.

Cuando terminé me dirigí hacia la cocina y me preparé un yogurt con chocapick para luego dirigirme hacia el comedor y prender la TV, tenía la gana de ver un poco de noticias. Nada contundente hasta ahora me había llamado la atención, la verdad es que pasa cada cosa hoy en día que nada puede sorprenderme...

Terminé de comer y fui a dejar la loza al fregadero y la lavaba con sumo desparpajo escuchando de reojo la TV.

"LA ESTRATEGA ENCAPUCHADA LO HIZO DE NUEVO: GRACIAS A LA AYUDA DE UN GRUPO DE CRIMINALES LA ASALTANTE LOGRÓ ROBAR A CINCO BANCOS EN SOLO UNA NOCHE"

Nada nuevo, si hablamos de La Gran Estratega Encapuchada...

"CHICA ES ENCONTRADA DEBORÁNDOSE A HOMBRE EN UNA CANCHA DE BASQUETBOL HACE UNA SEMANA CERCA DEL EMPIRE STATE BULDING"

Raro, sin duda. El canibalismo no era nuevo, pero lo que más me incomodaba de esta noticia era que es cerca de mi casa, así que desde ahora tendré más precaución de con quién me encuentro. No vaya a ser que la misma chica salte encima de mí y me vaya a comer los sesos como si de un Zombie se tratara.

Apagué la TV y me dirigí hacia el baño para lavarme los dientes rápidamente y salir hacia el instituto. No quería llegar tarde ya que a la primera hora me tocaba en la sala 34, eso quiere decir que me tocaba matemáticas, y al mismo tiempo eso significaba que me tocaba con la profesora Takumi, una japonesa con claros indicios de problemas románticos y muy estricta desde mi punto de vista, no quería un regaño por la mañana de parte de ella.

Llegué tranquilamente y me senté en mi pupitre en la esquina de la sala, la que daba con la ventana para no hacer mucha vida social, la verdad es que sí tengo amigos, pero son demasiado molestosos y de ellos desprende testosterona por todos lados, así que las mujeres los rodeaban con facilidad y, por desgracia mía, eso también llegaba al resultado que a mí me rodeaban de vez en cuando las chicas, la mayoría para poder acercarse a mi grupo o para coquetearme.

Unos murmullos me sacan de mi ensueño tranquilizador para darme cuenta que muchos hablaban todavía de lo que pasó con la chica esa y el hombre en la cancha de basquetbol, al parecer las noticias se propagan tan rápido como los chismes en el instituto... No, definitivamente los chismes se propagan mucho más rápido, pero aun así creo que era temprano para que todos hablaran ya de la aterradora noticia, pero supongo que por ser cerca de este barrio la noticia ya era tendencia.

Por fin acabaron las clases así que me dispuse a irme a casa con mi grupo de amigos. Obviamente Mathias y Noah estaban con chicas, tan descubiertas que me daban ganas de vomitar, pero no lo expresaba, no quería comenzar una pelea en medio de la calle, lo bueno es que mi mejor amigo, Anthony, iba al lado mío, sin chicas, nada más él y yo, hablando de videojuegos o temas que teníamos en común, lo normal.

Para mi agrado, él y yo compartimos vecindario, así que nos despedimos de Mathias y Noah, casi ignorando a las chicas, y nos dirigimos hacia nuestros hogares, obviamente hablando de cosas triviales para nosotros.

Cuando ya veía mi casa, pude divisar a una chica mirando su celular bastante concentrada. Estaba enfrente de mi casa, obstruyendo la entrada así que tenía que hablar con ella para poder entrar. Anthony me ayudó para ello, ya que es más social y amigable que yo.

- ¡Hola! – Saludó mi amigo pelirrojo con una sonrisa – Disculpa por ser tan repentino, pero ¿Se puede saber a qué viene tu "visita"? – La chica estaba con una capucha así que no se veían sus rasgos, pero al escuchar a Anthony se giró y se bajó la capucha, supongo que para no faltar el respeto.

- Hola – Me quedé parado en seco, al parecer Anthony también copió mi acción ya que tragó bilis apenas vio a la chica.

Era la primera vez que veía a una chica tan hermosa y tierna; Era una castaña de pelo ondulado, sus ojos verdes intenso eran como si me penetraban totalmente, mientras que tenía una complexión joven y delgada, además de que parecía una enana comparada con Anthony y conmigo, podría arriesgarme a decir que debe medir unos 1.50, sin exagerar. Sería como ver a una Loli. Además de que olía a chocolate.

Cuando por fin pudimos salir de nuestro trance Anthony dio una bocanada de aire y prosiguió al ver que la recién conocida no respondía a su pregunta.

- ¿Puedes... Responder a mi pregunta? – La castaña pareció volver a la realidad y dejó su celular de lado para prestar más atención a la conversación.

- Oh, disculpa – Sonrió alegremente, haciendo que me atontara un poco - Me contaron que aquí vive Jack Jonhson y que tiene un amigo llamado Anthony Millar... Además de... – Al escuchar nuestros nombres los dos damos un salto, ya no sé si de felicidad o de asombro – Creo que eran Mathias y Noah... Ya se me olvidaron sus apellidos – Es la primera vez que una chica conoce a Mathias y a Noah y no los busca a ellos para coquetearles.

- Ehmm... Yo soy Jack – Levanto levemente la mano y me acerco a ella – Un gusto...

- Dayana – Pronuncia ella con una sonrisa correspondiendo mi saludo – Y tú debes ser Anthony – Mi amigo asiente con su cabeza reiteradas veces y hace lo mismo que yo, así que se limita a corresponder su mano – Un gusto igualmente.

- ¿Se puede saber a qué viene su visita? – La chica baja la vista y mira por un buen rato su collar, al parecer una esfera del Dragón de Dragon Ball Z, como si se olvidara de nuestra presencia - ¿Hola...?

- Oh, lo siento – La de ojos verdes hace una reverencia, y después de hacer eso, se da cuenta de su error de que estamos en Nueva York y no en Japón – Ejem... Lo siento, nuevamente.

- ¿Eres... de Japón? – Pregunto un poco incómodo por lo que acaba de pasar.

- No, no, para nada – Se sonroja por la vergüenza, supongo, y desvía la mirada – Nada más mi mejor amigo era de Japón y sus costumbres se me pegaron.

- ¿Y bien...? – Anthony seguía insistiendo para saber la razón de su aparición. Pero la chica lo ignora rotundamente y mira su reloj, asombrada por la hora que es.

- Lo siento, lo siento. Debo irme – Esconde su collar y nuevamente hace una reverencia, al parecer no se dio cuenta de su error y se fue sin más, dejándonos totalmente desconcertados por lo que acaba de pasar.

- ¿Quién rayos era esa chica? – Pregunta mientras parpadea reiteradas veces mi compañero.

- Dayana – Bromeo. Coloco mi bolso en mi espalda, dispuesto a entrar a mi casa – Nos vemos mañana.

- ¿Te imaginas que es la chica que se comió al hombre en la cancha? – Ya no sé si estaba bromeando o esa pregunta venía enserio. Algunas veces Anthony se pasaba unas películas...

- No bromees con eso – Mejor me voy con la primera opción, no quiero pensar que podría ser ella la de la chanca de basquetbol – Es imposible que esa chica sea capaz. O sea, un hombre versus esa chiquilla... Lo máximo que podría hacer sería que le pateara en las bolas para retenerlo y salir corriendo por ayuda porque el hombre la estaba acosando – Mi amigo soltó una carcajada ante mi aseveración y se dispuso a tomar su camino

- Nos vemos, hermano.

- Adiós.

- ¡Acuérdate del baile! – Me grita ya un poco más lejos de mi posición.

- No me lo recuerdes – Resoplé como un caballo malhumorado por recordarme ese evento.

El baile era por nuestra graduación, y como todo baile, se necesitaba invitar a una chica para poder ser "alguien" en ese día, o simplemente tener una razón para ir. Si fuese Mathias o Noah sería fácil, pero como no es así y yo soy Jack, será un poco... Complejo que una chica seda sin que ella tenga doble intenciones con lo que respecta de mis amigos, o simplemente le atraiga solo mí apariencia, demasiado superficial. Creo que ni quiero ir...

Amor Psicópata~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora