Capítulo 20: Final

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Desperté gracias a un buen golpe en el rostro, en pocas palabras, una cachetada. No fue lo que esperaba, yo ya estaba aceptando mi muerte con los brazos abiertos. Ya tenía el monólogo listo para saludar al diablo y ya tenía bien visto cómo iba a ser mi hogar en el infierno, al parecer Satanás todavía tendrá que tenerme reservado el terreno.

- Por fin despiertas – Parpadeo unas cuantas veces y me encuentro frente a frente con Wisky. Al parecer la cachetada se la debía.

- Pensé que el gas venenoso te había matado.

- Ya quisieras – Su tono era frío y distante, no sé qué era lo que me esperaba de él como para que me asombrara su forma de referirse a mí – Este anciano sigue en su mejor forma.

- ¿Por qué no me matas de una maldita vez? – Escupo con irritación. Mi franqueza me gustó por primera vez.

- Si lo hiciera no sería divertido - ¿Acaso este me está copiando lo sádico? – Supongo que tienes bastantes preguntas.

- Pero también tengo bastantes respuestas a todas mis preguntas – Estaba amarrada a una silla, no era motivo para asombrarme – Y llegué a la conclusión que lo mejor es acabar con mi jodida vida.

- Creo que te equivocas – El hombre empezó a pasearse por la estancia. Era un lugar oscuro, tenía una mesa enfrente mía y una tenue luz me dejaba ver el rostro del viejo gracias a una lámpara que colgaba del techo. Parecían a los lugares en donde interrogan a los criminales en las oficinas de policías – Y ya que soy considerado contigo, te contaré lo que pasó.

- No quiero saberlo.

- No me importa – Uff... Cayó bastante bajo. Suspiró y se dispuso a contar – El gorila del visir acabó contigo y yo como me temía que nos traicionarías le pedí a algunos químicos que hicieran un somnífero para ti.

- Es lo más malvado que jamás se me hubiera ocurrido – Hice como si se me cayeran lágrimas, pero él pareció ignorarme.

- En vez de usarla en ti la usé en el gorila que cayó fácil – Se quedó quieto por fin, ya me estaba poniendo nerviosa tanto que se movía de aquí para allá – Mis tropas restantes llegaron al lugar, se encargaron de el visir y de los cuerpos de los cadetes que mataste.

- Gracias, gracias. Doy clases los jueves, no cobro mucho – Nuevamente por desgracia mía, me ignoró.

- Acabamos con su fortaleza y acabamos con el principal peligro – Sacó una jeringa que tenía un líquido marrón, la cura – Estamos curando a los Zombies, a todos. Grupo tras grupo. Tarde o temprano será nuestra victoria.

- ¿Y a mí qué?

- Solamente te contaba antes de que las próximas visitas lleguen – El hombre suspira cansado – Quiero que dejes de ser una psicópata por amor, Dayana.

- ¿Por amor? ¿Crees que mi "amor" es psicópata?

- No creo, es Amor Psicópata.

- A qué bien, así que soy una psicópata-nazi sanguinaria, amante del mismísimo diablo, homofóbo-atea con problemas amorosos y hermana perdida de Yuno Gasai.

- No entendí ni un 10% de lo que dijiste, pero supongo que sí eres así.

- No quiero que nadie me visite – Ignoro lo anterior y espeto con desagrado, ganándome una risa burlona de parte del otro.

- No creo que pienses lo mismo cuando lleguen – Me temí lo peor – Bueno, después de todo esto te enviarán a la cárcel.

- ¿Por qué no mejor me matan?

Amor Psicópata~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora