Narradora: Dayana
Cuando por fin comí y Anthony se calmó me dispuse a hablar, nunca en mi vida he tenido tantas ganas de contarle algo a alguien, ni si quiera a mi mejor amigo, quién ahora mismo me está viendo desde el cielo, lo sé, a lo mejor enojado por lo que estaba haciendo, pero sé que él siempre me cuidará, así que no estaba aterrada por mi realidad, simplemente empecé a comprenderla y aceptarla.
- Lo resumiré – Me senté en el sillón, lo bueno es que ya no tiritaba como antes por lo que la taza de café fue fácil de tomar - Como ya deben saber, mis padres me abandonaron cuando tenía no más de 7 años, una edad bastante temprana... Lo hicieron simplemente porque ya no tenían más dinero para mantenerme, así que decidieron más por ellos que por mí - Trago bilis, esto está siendo más difícil de lo que pensé – Después de aquello, un hombre rico me adoptó, me encontró en la calle mientras estaba haciendo mis apuestas – Los chicos me miraron sin comprender, así que lo comenté mejor – Para sobrevivir empecé a hacer a puestas con las personas, usando mi mente y mi buen uso de la estrategia logré hacer que harta gente quisieran intentar ganarme en múltiples juegos – Hice una pausa – Después empecé a ayudar a los criminales a robar bancos, con máxima seguridad, y hombres con palos, pistolas, todos ellos no eran rivales para mi así que ayudaba a grupos de criminales y después me quedaba con una parte de lo que robaban – No estoy muy orgullosa diciendo esto, pero es mejor decir todo antes de que ellos empiecen a preguntar.
- ¿Con solo 7 años? – Pregunta asombrado Jack, yo asiento, un poco incómoda.
- Desde los 7 hasta los 13, cuando el hombre rico me adoptó para que lo ayudara en su negocio – Sonreí un poco melancólica – Fueron los mejores días desde mi existencia, no pasaba hambre, no tenía que ganar dinero de manera ilegal, era feliz, en total.
- Me cuesta creerme que a esa edad eras tan... Inteligente – Yo reí ante el comentario de Anthony.
- Intentaré tomar eso como un cumplido – Le sonreí tiernamente logrando que el chico se sonrojara y desviara la mirada – Después de aquel tiempo todo comenzó. Mi padre adoptivo me llevó a su laboratorio donde hacían los experimentos con los niños, no fui la única que usaron...
- ¿O sea que hay más como tú? – Anthony se tensó y agregó – A lo mejor esa noticia de canibalismo hace 2 años... Pudo haber sido uno de los niños.
- Todos muertos – Negué de manera triste – Fui la única que salió viva de esa maldita inyección, pero igual salí defectuosa. Además, esa vez fui yo.
- ¿Hablas por lo de comer... Personas?
- Sí – Sin querer empecé a apretar la taza logrando que mis nudillos se pusieran blancos. Jack se dispuso a quitarme la taza para no romperla – Cuando se dieron cuenta que sobreviví me sometieron a toda clase de experimentos; Estar en temperaturas extremas, aventarme a la fosa de leones, sobrevivir sin aire, de todo. En teoría querían ver si moría.
- Pero si sobreviviste ¿Cómo pudiste escapar de las garras de esos imbéciles?
- No escapé – Recordé algo que nunca quiero recordar y es una de mis más grandes pesadillas, puse mi mano en mi boca, como si quisiera vomitar. Los dos chicos se pararon asustados y Anthony fue a buscar una cubeta mientras que Jack me decía que respirara hondo y que intentara no vomitar acá – Tranquilos, es que recordé algo – Los dos soltaron aire aliviados.
- ¿Qué cosa?
- Cuando estaba internada en ese lugar uno de los científicos entró a mi habitación para poder darme de comer, ahí de hace dos meses que no comía carne humana, mejor dicho fue mi primer indicio de defectuosidad – Saqué mi lengua como si sintiera todavía la sangre escurrir por ella de aquel pobre hombre – Fue al primero a quién me lancé – Mis acompañantes abrieron los ojos como platos – Me votaron, por miedo a que no fuera solamente ese científico el que fuera devorado por mí.
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Amor Psicópata~
Teen Fiction~Apocalipsis~ Dayana es una chica fuerte, inteligente, amable, linda... O eso es lo que quieren que creen de ella. La verdad detrás de sus acciones es un tanto perturbadora y maniática, por lo que prefiere esconderlo detrás de una máscara, todo sea...