Amor Psicópata~

Capítulo 8: Apocalipsis

Estaba haciendo pesas en casa con la TV encendida viendo las noticias un poco aburrido, después de todo nada de lo que aparece es algo nuevo para mí, aunque eso era lo que pensaba hasta que una noticia nueva de desaparecidos y canibalismo apareció como noticia de último minuto. En un segundo de haberla visto Jack me llamó.

- ¿Viste las noticias? – Pregunta exaltado y con la voz entre cortada.

- Sí, lo vi.

- ¿Piensas que podría ser...?

- Dayana – Terminé su frase que tanto le costaba decir, lo más seguro que pensábamos que nunca volvería a hacer tales atrocidades.

- Pero si le seguimos dando sus racimos todas las semanas – Al parecer Jack todavía sigue pensando que no puede ser ella y es que a mí también me cuesta creérmelo, mejor dicho, no quiero creérmelo.

- Comprendo, Jack – Intento parecer calmado, aunque mi corazón late a cien, y no es por las pesas – La única opción es ir a ver a Dayana.

- Pero no la vemos de hace meses...

- Lo sé, te cuesta tanto como a mí, después de todo, fue nuestra culpa alejarla tanto... Y creo que esto también es nuestra culpa...

- ¿Eh? ¿Por qué?

- Sabes que sufrió mucho por dejar su confianza a las personas incorrectas – Empiezo a comentar un poco acelerado pues estaba colocándome la chamarra para salir hacia la casa de Dayana – Lo más seguro es que socializó esos casos con el nuestro, le hemos fallado para ella.

- Pero solo por un par de besos...

- Me duele decirlo, pero la chica nunca dejó de ser inestable emocionalmente, Jack – Suspiré – Dudo que para ella sea exagerar.

- Okey, nos vemos en su casa en 5.

- Corre.

Corté y me dispuse a dirigirme hacia su casa tan rápido como pude, agradezco que el hogar de la más baja está a unas cuantas cuadras, podría llegar caminando fácilmente. Llegué justo con Jack quién estaba tan cansado y agitado como yo por haber corrido.

Sabíamos que no podíamos entrar por la puerta ya que no nos iba a abrir así que, viva el vandalismo y con mi agilidad escalé un árbol y de un salto llegué a la ventana que da a la habitación de Dayana, al parecer estaba con seguro así que con un golpe la rompí.

Entramos y lo primero que vi fue un grupo de hombres con escopetas, apuntándonos.

- Okey... - Jack levantó las manos al igual que yo - ¿Pero qué mierda pasa aquí?

- Agáchense – Ordena uno de los hombres – La señorita no esperaba visitas, así que los tomaremos como intrusos – Se giró a ver a uno de sus hombres – Vayan a avisarle.

- ¿Señorita? – Pregunté extrañado.

Al rato después ya nos encontrábamos en la planta baja atados a unas sillas en el living, no sé, pero creo que esto me recuerda a algo...

- ¿Intrusos? – Pregunta una vocecita conocida para mí – Pero si había asegurado que nadie sospechaba de este lug... - Paró en seco al vernos, a los dos, atados - ¡¿Se puede saber qué hacen ustedes dos acá?!

- ¿Los conoce, señorita? – Pregunta uno de los armados.

- Mmhh... - La chica parece dudar por unos segundos, cosa que me preocupó – No, no los conozco – Se da media vuelta para irse. Su respuesta me impresionó tanto como a Jack – Por favor, tómenlos de rehenes, y si pueden – Paró, y vaciló por lo bajo.