xxiii - parte 3

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- Y entonces, Juan ¿Mi vida es una locura, cierto?
- Te lo juro, big Bro, jamás imaginé que podría pasarte algo así - respondió Juan, mirando a Cabo aún con la extrañeza de haber oído su historia.
- ¿Tan aburrido es que te parecía? - dijo Gabriel, arqueando una ceja.
- No es eso tarado - golpeó Juan en el hombro a Gabriel - solo que es verdaderamente algo muy loco.
- Y ni que lo digas. Toda esta situación de Maia y Alexia y ... ¡Demonios! - se puso en pie de inmediato - ¿Dónde demonios está Alexia? ¿Qué hora es? ¡Maldición, el festival!

Gabriel había perdido completamente la noción del tiempo. Cuando checó el reloj, eran cerca de las dos de la tarde. Había pasado casi tres horas desde aquel incidente con Alexia, y era más que seguro que ella ya había subido al escenario y, aún mucho más, que lo estaba odiando más de lo que Gabriel podría imaginar.
Sin embargo, se tranquilizó, pues recordó que Alexia estaba con Jorge, y estaba seguro que, cualquier cosa que ella necesite, él iba a apoyarla, "total, para eso es su hermano" se dijo.

- ¿Todo bien, big Bro? -le preguntó Juan, algo incómodo al ver su reacción.
- Nada, hermanito. ¿Te parece si vamos a ver el festival?
- Está bien -dijo Juan- le pediré la cuenta a Leydy.
- Pero sin coquetear.
- Uy, así que chiste. -sonrió Juan.

Gabriel estaba pensando qué hacer con Alexia. Dentro de la conversación con Juan había analizado nuevamente el rumbo de su vida hasta ahora. Él sabía que no era ni justo ni adecuado para Alexia continuar llevando esa 'relación'. Gabriel pensaba en Maia, y no solo fue semanas previas al viaje. De hecho, siempre la tenía presente. Había vuelto a escribir en su diario. Lo llevó escondido en sus maletas cuando viajó a aquella ciudad 777kms al sur de su hogar, su familia, su vida.
Sin embargo, la ausencia, la soledad, el resentimiento e incluso la misma Alexia, habían ido poco a poco sacando de su corazón a Maia.
Gabriel pensaba en ella. Sí. Pero no con amor, ni con pasión, ni siquiera con la ilusión que siempre lo caracterizaba. Él solo necesitaba verla, para poder ponerle punto final a su historia, y poder continuar el camino de su vida.
Sin embargo, había algo que aturdía a Gabriel, algo que incluso hasta cierto punto lo preocupaba ¿Encontraría a Maia?

*******

- ¿Es que aún sigues empeñada en verle, Maia?
- Estoy totalmente decidida, Marcy. -respondió Maia, mientras caminaban rumbo al malecón- Necesito hablarle, explicarle que es lo que pasó. Por qué es que regresé con Tavo, por qué nunca permití que pase algo más entre nosotros. No puedo seguir ocultando todo esto siempre.
- ¡Dios mío, prima! ¿Y si no quiere escucharte? -cuestionó Marcy- ¿Y si no se acuerda si quiera de ti?
- Marcy -le dijo Maia, mirándole a los ojos- conozco a Gabriel. Lo conozco y sé que aún no me olvida. Sé que su corazón es lo suficientemente grande para poder perdonarme. Sé que cuando le explique todo, sí es que no consigo su amor, conseguiré su perdón.
No puedo ser feliz Marcy. No puedo seguir viviendo sin, al menos, su perdón.

Marcy había acompañado a Maia durante los 10 meses que estuvo en el extranjero. De piel blanca y una ondeada cabellera negra, era el soporte emocional de su prima, a la que prometió cuidar cuando más la necesitaba. Marcy no había podido conocer a Gabriel, pero tenía las mejores referencias. Gustavo, sin embargo, era el diablo en persona para ella. Siempre supo que era, como ella misma lo decía, una "porquería de persona. Un hombre que poco o nada vale, ni siquiera como ser humano".
Cuando Tavo golpeó a Maia, apenas poco después de haber vuelto a casa, Marcy tuvo que contenerse, más de fuerza que de ganas, para no salir a golpearlo. "Ganas no me faltaron", le dijo, sin embargo, había un motivo lo suficientemente fuerte como para que Maia pueda aguantar las 'perradas' de Gus. Marcy lo sabía, y solo tuvo que callar y continuar con lo que habían planificado en Cádiz.

El Eterno Ilusionado [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora