NUEVE

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Emma

Nota: Sugiero poner el video de multimedia al momento que les avise

Desperté aletargada, con esa lentitud propia de un buen descanso, pestañeando con pereza mientras mis pupilas procuraban adecuarse al tamaño necesario para evitar la molestia de la luz del ambiente.

Luego de varios pestañeos lentos y pausados, mis sentidos comenzaron a despertar y afinarse, siendo recién en ese momento que escuché aquella dulce voz melodiosa que cantaba en la habitación. Busqué con mi mirada silenciosamente hasta dar con una escena que apretó mi estómago al acto. Sentada a un par de metros de mi, Mía se situaba con la vista distraída en el exterior que mostraba la ventana, mientras su voz cantaba dulcemente una canción.

Reprimí el instinto de alertarle que ya estaba despierta, pues su voz me resultó tan agradable al oído que deseé escucharla unos momentos más. Transcurrieron unos segundos más de la canción y una sonrisa innata surcó levemente mis labios; no estaba segura de cómo, ni cuándo, ni dónde; pero su voz melodiosa al cantar se me hacía muy conocida, era como si la hubiese escuchado cantar con anterioridad millones de veces, pero no lograba recordar que ella hubiese cantado alguna vez frente a mí realmente...

Fruncí el ceño intentando hacer memoria, pero su voz comenzó a envolverme nuevamente, como acunando mis dudas y guardándolas bajo el colchón, para nada más que disfrutar el oírla cantar clandestinamente.

Pese a mi discreción el momento se vio brutalmente paralizado, cuando ella repentinamente volvió su rostro en mi dirección y la palabra que cantaba quedó cortada hasta perderse en la nada. Unos segundos de silencio y su mirada ligeramente asombrada fueron suficiente para hacerme ruborizar al sentirme descubierta de haber estado espiando su canto.

— Lo siento yo... desperté hace unos segundos y te oí cantar. — le sonreí cortada al ver que su rostro tenía un rubor tan o más intenso que el mío.

— Oh, no hay problema Emma, si bueno... solía cantar bastante, ya no lo hago tan a menudo pero... a veces me sale nuevamente el cantar — sonrió

— ¿Solías cantar? ¿Y porqué ya no lo haces a menudo ahora? — sentí mi ceño fruncido nuevamente enfatizando mis dudas formuladas.

Lo que Mía no sabía era que además de esas dudas tenía algunas otras. De alguna manera tenía la sensación y casi seguridad que alguna vez la había escuchado cantar. Pero no comprendía porqué mi amiga de universidad cantaría en el pasado frente a mi. ¿Acaso estaría en una banda y yo no lo recordaba?

— Bueno... — Mía suspiró — Sucede que antes yo cantaba a menudo por la razón de que lo hacía para alguien, alguien que adoraba escucharme cantar o eso me solía decir — sonrió con nostalgia en su mirada — Pero eso ha cambiado y debido a eso ya no canto tan a menudo.

Medité unos segundos en sus palabras. Sin duda aquella persona debió ser alguien muy especial para ella, por la expresión de dolor de su mirada se podía deducir que quizás aún no era fácil para ella lo sucedido. ¿Había conocido yo a aquella persona antes del accidente? ¿Sería alguno de nuestros compañeros de universidad? Sacudí ligeramente la cabeza intentando desvanecer esas dudas.

A pesar de todo mi intento por dejar pasar el momento, algo dentro de mi deseaba escucharla cantar nuevamente, de alguna manera era como si su voz cantando, menguara momentáneamente la situación que estaba viviendo en aquella clínica y de alguna forma que no comprendía y que se escapaba a mi comprensión, su canto me había hecho sentir mejor.

— Comprendo — le sonreí nerviosa — Mía te... ¿te molestaría continuar cantando un momento? Creo que... escucharte cantar hace un momento me hizo bien.

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