Capítulo 4: Rueda de la fortuna

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'Ding'

El tono de notificación de mi celular me despertó. Era de mañana, era el Sábado de la feria, y yo no me disponía a salir de mi cama hasta las 9 al menos; claro que mi cuerpo no estuvo cien por ciento de acuerdo con eso, pues no pude volver a dormir y terminé por levantarme a regañadientes y de mal humor. Levanté me celular y vi el *&$#% mensaje que me había obligado a despertar:

Hey, Margot, ¿vienes a la feria?

— No — dije en voz alta como si me lo estuviera reafirmando a mí misma.

De cualquier forma, Lizzy iba a estar con sus otras amigas, así que, ¿para qué me habría de necesitar en la feria? Algo mal encarada me cambié, me lavé la cara y me puse mis audífonos dispuesta a escuchar alguna buena rola para mejorarme el humor.

'Ding'

Otro mensaje:

¿Vendrás a la feria?

— Dije que no.

Insistí para mí misma; ya iban Matt y Lizzy, ¿quién más faltaba por insistirme?, ¿Cale?, ¿Meena?, ¿Nathan?

'Ding'

... Demonios...

Oye Margot, ¿vas a venir a la feria?

¡Agh!, ¡Ya había tenido suficiente!

¡Que no voy a ir, caraj-...!

Antes de que pudiera terminar de teclear, tuve otro mensaje entrante:

Margot, perdón por la molestia, pero necesito pedirte un enorme favor, ¿podrías prestarme tu libreta de Matemáticas?, me faltan muchos apuntes y si no los tengo para hoy la maestra me reprobará el parcial. Sé que tú tienes todos tus apuntes completos, así que, ¿podrías prestármela en la feria?, ¿PLISS?

Vaya... ¿¡Meena!?, ¿a punto de ser reprobada?... eso era algo que yo francamente no me esperaba, digo, es mala en la materia, pero no tanto. Comencé una batalla contra mí misma: no quería ir a la feria, pero Meena dependía de mí para pasar la materia, ella era una gran amiga mía, y la verdad no quería defraudarla ¡M*&$"#!, ¿¡por qué tengo un corazón de pollo!? Pues por muy patético que se escuche, me convencieron de ir; pero sólo con una condición: iría únicamente a dejar la libreta y luego regresaría pasando desapercibida, ¿qué tan difícil podía ser?...

Me di una ducha, tomé mis cosas y salí para el instituto con mi lista de canciones favoritas sonando en mis audífonos; sip, definitivamente necesitaba algo de auto-motivación para aparecerme en esa feria, y la música electrónica me animaba mejor que nada (además, los audífonos eran una perfecta excusa para aislarme del mundo exterior). Tras quince minutos de camino, el auto de mi mamá se detuvo en frente de la entrada lateral de la escuela; y sin pensarlo más, tomé la libreta y me bajé de un salto antes de darme una oportunidad de arrepentirme.

Me fui escondiendo entre el mobiliario y mezclándome con la multitud, pero era inevitable acercarme de repente a echar un ojo a todas las actividades de la feria, ¡se veía tan bien! Todo estaba decorado con serpentinas rosas, blancas y rojas, puestos de flores, chocolates, dulces, peluches y un montón de juegos y actividades clásicas de feria, así como el tradicional puesto de registro civil (claro, de mentiras). Mis pies comenzaron a moverse solos y para cuando me di cuenta ya me encontraba a la mitad de la feria y completamente al descubierto.

— ¡Marggie! — gritó una voz detrás de mí.

Ese apodo solo me lo decía una persona en el planeta...

— Hola Meena, ¡qué hay!

— Muchas gracias por traer tu libreta, en verdad lo aprecio mucho.

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