Capítulo 10: Rebeldes, aliados y enemigos

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— ¡No me alcanzas! ¡No me alcanzas! — continuaba riendo Zack mientras yo trataba de trepar sin que la falda me causara problemas.

No era gran cosa, pues, como ya mencioné antes, siempre llevo un short debajo; pero aún así creo que se vería muy... raro trepar así nada más.

— Sólo espera que suba bien y verás — dije esforzándome por no reír.

Aunque sobra decir que ya estaba más que botada de la risa ante mi propia torpeza.

— Hola, ¿qué hacen? — dijo tímidamente Cale mientras llegaba a nuestro escondite.

— ¡Sobreviviste! — bromeé mientras bajaba del árbol.

— Con 6, pero sí, sobreviví.

Matt y Zack bajaron rápidamente de la rama.

— Bien hecho, soldado — dijo Matt mientras le daba un par de palmadas en el hombro.

Cale, como siempre, solo hizo un esbozo de sonrisa. Hasta que Arquero me lo hizo notar, no me había fijado tanto en la melancolía del aura de Cale... ¿Era realmente sólo su personalidad?...

'Riiiiiinnnnggggg'

El timbre que marcaba el fin del descanso nos forzó a salir de nuestros juegos.

— ¡Vieja el último! — gritó Matt mientras comenzaba a correr seguido por Zack y Cale.

— Hey... ¡Espérenme! — dije esforzándome por seguirles el paso.

Otra de mis maldiciones es que corro muy, MUY lento a comparación de mis amigos. ¡Vaya desgracia!

Ya de vuelta en el salón, la lengua se le volvió a soltar a Arquero; ¡y en clase de Matemáticas que soy tan buena!

— Hey, Aiko. ¿Por qué en el receso te intrigó tanto el hecho que me fuera por unos instantes?

— Porque eres tan impredecible que bien pudiste haber hecho... varias cosas... — dije susurrando.

Arquero voló sobre mí y se recostó en el aire con esa sonrisa de picardía de nuevo en su rostro. Lo admito, ¡me daba una tremenda intriga cuando hacía eso!

— ¿Conque varias cosas, eh? No sé de qué hablas. ¿Qué clase de cosas podría hacer yo a espaldas de una mortal?...

Yo la miré con sarcasmo.

— Hmm... no lo sé... — dije fingiendo pensar — ¡Tal vez todo lo que concierne a tu arco y a tus flechas! No sé, digo, conociéndote, bien pudiste haber hecho alguna travesura en esos 8 minutos que desapareciste de mi vista...

— Si es lo que piensas, no he disparado ninguna flecha... o tal vez sí... puede ser...

— Espera... ¿¡Qué!? No me dirás que flechaste a alguien... ¡¿o sí?!

— No olvides que ese flechazo al corazón no es algo que yo genere, sólo lo hago evidente... no es cien por ciento mi crimen entonces...

— Claro...

Sé que debía estar prestando atención a la clase, pero, por alguna razón, me intrigaba demasiado saber quién era la nueva víctima a la que Arquero le había disparado su flecha.

— Mmm... ¿y por qué tanta curiosidad sobre la flecha, eh Aiko? ¿Alguna razón en especial?... O mejor dicho, ¿algún deseo en específico?

— ¿¡Qué!?, yo no-...

Sin darme cuenta había comenzado a alzar la voz cada vez más.

— Treece, ¿algún problema?

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