Capítulo 21

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Apenas se puso la ropa que Katy le aventó, Kyle se marchó del departamento. En el camino le llamó a Jude, quien al principio no pudo evitar bromear al respecto con Charlie porque le era tan difícil imaginar a ese par peleando, incluso no lograba recrear en su mente el hecho de que su amiga había corrido de la casa a ese hombre que era su adoración. Se disculpó con su tía una vez que terminaron la reunión con un cliente y fijó rumbo hacia el departamento de sus amigos.

Kyle en cambio no sabía a dónde ir, deambular en la calle sin rumbo fijo no era el mejor de sus pasatiempos, menos aún si no tenía idea de cómo le diría la verdad a Katy sin causarle tanta aflicción, aunque eso era imposible, dedujo, porque con el paso de las semanas la mentira se había hecho más y más grande, las cosas ya estaban fuera de control. Hace siete meses quizá no le habría importado confesar lo sucedido, pero ahora no le cabía en la cabeza ni en el pecho la posibilidad de matar de dolor a Katy con aquella noticia. Ya había perdido a su hermano, su identidad, su vida, no soportaría perderla a ella, a su hijo; no resistiría el tener que iniciar de nuevo sin lo único por lo que deseaba despertar todas las mañanas.

La necesidad de una copa para aclarar su mente le nubló la razón, olvidó quién era y que se estaba fallando a sí mismo después de empinarse tres cuartos de botella de destilado de agave azul. Ni su cerebro ni su hígado eran capaces de procesar tremenda cantidad de alcohol, y debido a ello es que su corazón, sus piernas, su cuerpo entero, actuó por sí solo y empezó a cometer idioteces, una tras otra...

...

Llamó tres veces a la puerta. No hubo respuesta. Recordó que sus amigos solían dejar una llave escondida detrás de una de las lámparas del corredor en caso de emergencia. Esta era una emergencia. No se detuvo hasta encontrarla. No fue difícil, la vio postrada en la mecedora de madera donde quizá muy pronto se sentaría a arrullar a su bebé. Tenía la mirada fija en sus manos, las cuales sostenían las identificaciones de Charlie y las de ese tal Kyle. Había pasado toda la tarde repasando una y otra vez el nombre, las fotografías, las direcciones, hasta el último detalle, y eran prácticamente iguales. No lograba entender por qué Charlie había hecho eso. ¿Andaba en malos pasos? ¿Tenía que huir del país y cambiar su identidad por haber cometido un acto ilegal? ¿Acaso quería dejarla o la engañaba y por eso había modificado su nombre? Y de ser esa última su suposición real, ¿quién era ella para detenerlo? Mas no se veía sin él, sin su amor, sin su compañía; no podía creer que Charlie la hubiera dejado de amar así como así. Segundos después fue consciente de que alguien más la miraba desde el vano de la puerta. Jude se acercó y le extendió los brazos para recibirla al notarle el rostro afligido.

-Me está mintiendo, Charlie me ha estado mintiendo y él no solía hacer eso -explicó luego de controlar sus lágrimas. Jude se colocó en cuclillas frente a ella y Katy le mostró las identificaciones, las observó y también las examinó.

-Creo que el único que podría explicarte todo esto es Charlie -repuso extrañada-. Y seguramente no dejaste que lo hiciera -la ojiazul bajó los ojos, apenada, y negó. -Oh, K...

-¡Estaba furiosa! ¡Con el embarazo mis emociones están locas! -se cubrió el rostro con las manos-. No le di oportunidad de hablar si quiera... Soy una estúpida -Jude la abrazó de nuevo.

-Oh no, claro que no -le besó la frente y le acarició el cabello para calmarla-. Habla con Charlie, él te adora y seguro tiene una buena explicación para todo esto. Te conozco y lo conozco a él, sé que jamás, por ningún motivo, te mentiría -Katy dibujó media sonrisa en sus labios y le regresó el abrazo.

-Gracias, siempre sabes qué decirme -ahora la aludida sonrió orgullosa-. Por cierto, ¿cómo supiste lo que pasó?

-Fue el mismo Charlie quien me pidió que viniera a verte -Katy formó una apenada "O" en los labios.

Identidad PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora