Mi guardespaldas

Capítulo 13.

Hoy comienza otra semana de trabajo. Desde que llego Will me siento más animada para venir a trabajar. Tal vez sea porque se que solo nos separa una puerta. En fin. Tengo cosas que arreglar y no debo distraerme. Aunque después de lo de ayer, no es fácil. El mejoro mi tarde. Me di cuenta que aun tiene la capacidad de hacerme sentir bien, como en los viejos tiempos. Solo espero que de ahora en adelante todo sea un poquito diferente. Un suspiro sale de mi pecho y creo que me he puesto melancólica.

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Isabel toca la puerta y la hago pasar.

-Alina, han llamdo los japoneses para finiquitar de una vez el asunto del contrato. El consejo ya dio su consentimiento pero falta tu firma. Recuerda que al fin y al cabo eres la dueña, asi que la última palabra es tuya. -

- Dime, ¿crees que ese contrato sea bueno, me refiero a que sera productivo en un futuro y no me traera problemas?. -

- En realidad la empresa Kymoto Katusama es una muy reconocida en varios países, asi que yo creo que es de fiar, no creo que se arriesguen a cometer errores. Este negocio les costaría millones de dólares.-

-Si, lo se. Pero eso no evita que desconfie un poco. Sabes como soy. -

- Bueno, en eso tienes razón, pero tu abogado ya se encargó de redactar el contrato con cláusulas acorde a las leyes y los representantes de Kymoto aceptaron. -

- Entonces todo arreglado. Vayamos a la sala de juntas para firmar ese contrato. -

Los representantes japoneses quedaron encantados con nuestra propuesta de construcción para su nuevo diseño de edificios. Isabel tiene razón. Un negocio de esta magnitud y con tanto dinero de por medio no creo que se atrevan a perderlo.
Terminamos la firma y me dirijo a mi oficina. A la entrada de esta, se encuentran William y Roka. A los dos los asigne como mis guardias personales. No es paranoia pero me siento segura con ellos,e incluso me atrevo a decir que les tengo confianza. Claro, despues de ser mis salvadores es normal que sienta eso. Y hablando de eso, recuerdo que pedi un informe detallado sobre ese tipo que conocimos el Viernes. Isabel debe saber que paso con esa información.

Presiono el botón del intercomunicador y como siempre Isabel contesta a la primera.

-Si, jefa, dime. -
Odio que me diga jefa. Pero su profesionalismo laboral siempre es asi. Cuando alguien la escucha me trata con respeto, pero afuera de esta oficina las dos somos perras.

- ¿Que pasó con la información de Emilio Céspedes que le pedi a Hilton? Crei que te la daria a ti. -

- Y lo hizo. Estaba a punto de llevartela, pero preferi esperar después de tu hora de comida. No te malpases Alina. Si quieres te la llevo ahorita mismo pero primero ordenare tu comida. -

- Esta bien. Pero que la orden sea doble. Ven a comer a mi oficina, necesitamos resolver esto. -

- Si esta bien. ¿Que quieres que te pida?. -

- Salmon con verduras y agua de frutas. Tu pide lo que quieras. -

Diez minutos despues, un mesero del restaurante que esta cerca de aquí llega con nuestros pedidos. No me olvide de Will y Roka, asi que también hay comida para ellos. Isabel les acondiciona una mesa para que puedan comer a gusto, los dos toman asiento y abren sus bandejas. Puedo ver disimuladamente como James se relame con discreción los labios,y como no, si he pedido platillos especiales para que disfruten, estos incluyen en su mayoria, carne, porque con ese cuerpo que se cargan creo que su dieta es mas que nada a base de eso. Asi que espero les guste. Como me di cuenta que no toman una pizca de alcohol en horas de trabajo pues solo seran gaseosas. No supe que mas pedir. William solo me da un simple gracias. Este me desconcierta ya que yo esperaba una reacción diferente en su actitud. Me sigue tratando con la misma frialdad de cuando llego. A veces pienso que es bipolar.
Cierro dando un portazo. Mejor olvidarse del asunto.