Capítulo 34.

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Después de mucho mas rato de espera el doctor sale y se presenta como Rogers.
Todos nos ponemos de pie al verlo y el se dirige hacia Jason. Supongo que es porque lo ve como una figura paternal para Alina.

-¿Como está mi niña?. ¿Se va salvar?. - Amalia es la primera en hablar y se le nota la preocupación y la congoja en su voz.

-Afortunadamente pudimos estabilizarla. Las heridas que recibió son profundas al ser hechas con un objeto punzo cortante con demasiada longitud. Una de ellas alcanzó a perforar la vesícula biliar y tuvimos que extirparla de inmediato... - aprieto mis puños al oir esto. -.... Lamentablemente no podemos asegurar la pronta recuperación ya que se encuentra en las setenta y dos horas críticas. Esperaremos a que su cuerpo reaccione a la sangre nueva y a los medicamentos y evaluaremos su progreso... Por ahora les aconsejo que se vayan a descansar, ella estará dormida toda la noche ya que necesita un reposo absoluto..

-¿Podemos verla?... - digo esto con la voz baja pero el humano vestido de blanco me escucha y voltea a verme.

-Por ahora no es conveniente. Esperen hasta mañana y podrán verla. Aunque no es seguro que este despierta.... Bueno, yo me voy, les mantendré al tanto de cualquier cambio que se presente. Buenas noches... -

A todos nos sorprende oir eso, pero en efecto, el sol ya se ha ocultado.
Todos salemos sin decir una palabra y nos subimos a los respectivos autos. Isabel y su hermana se sostienen una de la otra y puedo ver en la primera una lágrima caer por su mejilla.....
Enciendo el auto y me pongo en marcha. Maya ha ido con Jason asi que me encuentro solo.... Conduzco sin rumbo fijo hasta llegar a una iglesia que curiosamente esta vacía.. Me bajo y aunque no soy muy creyente, en estos momentos necesito la ayuda de ese ALGUIEN de allá arriba para que ayude a mi hermosa a despertar.

Entro y sin ningún temor ni prejuicio me siento en un banco de los que están frente al altar y sin poder evitarlo mis rodillas caen al piso mientras mis lágrimas corren por mis mejillas..

-¡Perdoname, Dios..... Yo no quise hacerle daño.... Solo quiero que se salve por favor...! ¡Ayudala, por favor.! Solo....., solo quiero que viva aunque yo no este a su lado.-

-La pena y la culpa que cargas no es solo tuya hijo.... - una voz hace que detenga mis plegarias y volteo hacia atrás. Un anciano con vestidura de sacerdote se encuentra sentado a mi lado y está mirando al frente. Para ser exactos, sus ojos se encuentran fijos en la imagen de Jesús Crucificado.

-¿Dijo algo padre.?. -

-Si de verdad amas a esa mujer lucharas por ella. Tu no le hiciste daño, Dios nuestro señor es el que decide cual es nuestro destino. Ella ya estaba destinada a esto, pero tu eres su salvación.... - ignora mi pregunta y sigue hablando sin mirarme.

-Padre..., yo.... -

-Tu solo cumple con lo que siente tu corazón.... Dios unirá lo que falte... -

Se pone de pie y camina hacia la salida....
Intento seguirlo pero al final no lo hago. Solo se que esas palabras jamás se irán de mi mente.

Llego a casa y todo esta silencioso. Los chicos estan apostados en la sala cada uno sumido en sus aparatos móviles. Eso ni siquiera me molesta, se que de alguna manera intentan despejarse de todo lo que esta pasando.
Sin decir nada paso de largo y entro a la habitación que hasta hace unas horas compartí con Alina. La cama sigue revuelta como recordatorio de las horas que pasamos en ella haciendo el amor...
Me meto al baño y abro la llave... El olor a coco del cabello de Alina todavía se encuentra en el ambiente, es como si el tiempo se hubiese detenido en este lugar.
Me doy un baño con agua fría, esta relaja mis músculos y al salir me pongo un pantalón de algodón y una camiseta. Me meto en la cama y me cubro con el edredón que curiosamente sigue mojado a causa de haber metido a Alina en la cama saliendo de la ducha...
El olor de su pelo esta sobre la almohada, y abrazandome a esta mientras lloro, me quedo profundamente dormido....

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