Mi guardespaldas

Capítulo 21.

Cuando abro los ojos siento que alguien me sacude por los hombros.

Miro a mi alrededor y me doy cuenta que ya es casi de noche. ¡Diablos!.... Se me hizo demasiado tarde. ¿Cuantas horas dormí?.

Isabel se encuentra frente a mi y me pregunta que si estoy bien. Yo le contesto que si, me siento un poco mareada, debe ser porque no he comido desde en la mañana.

Me pongo de pie mientras Isabel ordena todos los papeles que están en mi escritorio.

Si dormi varias horas eso significa que Will no entró a mi oficina. Sino me hubiese despertado. ¿Que demonios le pasa?.
Le di una orden y lo que tiene que hacer es obedecer.
Y además no veo que este en su puesto de trabajo, solo veo a Roka y a otro chico que creo que se llama Leonard.
¿Donde rayos está?.

Le pregunto a Isabel y esta me dice que pidió permiso para salir hace dos o tres horas. Que dijo que regresaria y que cambiaría el turno de vigilancia de noche con Bruce,la cara nueva que esta allá afuera.

Me siento un poco intrigada. ¿Que tenia que hacer como para llevarse mas de una hora?
Y lo más importante, ¿porque no me aviso a mi?.
Sacudo la cabeza y tomo mi bolso del escritorio.
No estoy enojada, solo me preocupa que haya tenido algún problema.
Lo llamo al celular pero no contesta.
Decido dejarle un mensaje.

"William, he salido ya de la oficina. Estoy preocupada por ti, Isabel me dijo que saliste hace ya mucho rato, ¿esta todo bien?.
Llamame por favor, si no puedes, nos vemos en mi casa. Un beso. Te amo."

Salgo del edificio y Roka me abre la puerta de la camioneta.
Me subo en ella, y tomamos el camino a casa.

Cierro los ojos y decido relajarme. No entiendo porque de un momento a otro me siento tan cansada, además me preocupa no saber nada de Will. No soy una novia celosa, ya no soy una adolescente, pero pues si me pica la curiosidad de saber que es lo que esta haciendo como para no contestar el teléfono.

No quiero pensar más. Debo estar feliz de haber conseguido inversionistas para mi proyecto del hotel. Eso era lo que quería y ahora que lo conseguí me tengo que concentrar al cien por ciento.

Siento que el coche se detiene. Afuera ya es de noche. ¿En que momento sali tan tarde de la oficina?.
Odio los dias asi, en los que ni siquiera me doy cuenta en que se me va el tiempo.

Roka mira a los lados de los carriles buscando una posible salida, ya que hemos quedado atorados en el tráfico.
Me asusto un poco ya que esto me recuerda a la vez que me atacaron camino a casa.

Flashback!! :

Sali tarde de la oficina. Ese dia habia tenido un dia pésimo porque la maestra de idiomas y la de administración de empresas me pusieron una regañada de dios padre. Todo porque no me pude concentrar en las clases. Odiaba a esas dos brujas. Pero sus estrictas enseñanzas me estaban sirviendo de mucho.
Jason me recibió a la salida con un enorme vaso de frutas con chile. Se lo agradecí con la mirada ya que esas arpías no me dejaron ni comer hasta que no les dieran un discurso perfecto de proyectos de construcción pero en Italiano. Aghhhh......
Me subi al coche y el chófer se puso en marcha. Jason se subió al asiento del copiloto y yo en la parte de atrás.
A mitad de camino supongo yo, ya me habia acabado mi fruta. Vi que había un accidente al frente, Jason le dijo al chófer que tomara una ruta secundaria, este asi lo hizo.
De pronto, al tratar de dar la vuelta en u para tomar otra calle, un auto nos embiste con fuerza justo del lado donde yo iba sentada. Senti que mi cabeza se sacudió como la de las figuritas esas que se ponen en los tableros de los coches, solo que la mia lo hizo con 100 veces mas intensidad. El auto derrapo y si no fuera porque el chofer logró estabilizarlo, hubieramos quedado estampados en la calle. Vi que Jason se bajó con el arma en la mano y el conductor también. Yo senti un líquido caliente caer por mi sien derecha, ¡joder!..... Era sangre...cuando busqué el porque me di cuenta que por el impacto habia logrado estrellar el vidrio de la ventanilla, mas no romperlo, creo que la que se rompió fue mi cabeza.
Jason me bajó del carro y vi que ya varias personas se habian juntado a nuestro alrededor para fisgonear. El chófer llamó a una ambulancia y esta llegó en unos cuantos minutos, mientras tanto Jason presionaba mi herida para que la sangre se detuviera.
Cuando los paramedicos me subieron a la ambulancia, yo me sentía demasiado mareada, y estaba super nerviosa y como no, ¡alguien intentó matarme!, era suficiente razón para ponerse mu mal.
Me dieron un medicamento para tranquilizarme y para cuando llegamos al hospital yo ya me había quedado dormida.
Desperté al dia siguiente y ya todo estaba mejor. Jason lo había solucionado, al parecer la competencia me había querido sacar del camino, solo que no teníamos pruebas para demostrarlo.
Desde ese dia Jason insistió en reforzar mi seguridad, razón por la cuál hoy cuento con diez gorilas cuidando mis espaldas y también razón por la cuál me volvi a encontrar con William. Eso es lo bueno de todo. "