Capítulo 27.

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Bostezo en mi asiento y William sonrie. La noche ha sido épica para los dos.
Fuimos a mi discoteca y bailamos hasta quedar bañados en sudor. Lo bueno es que ninguno tomó.
Al principio me rehuse a entrar ya que se me vinieron a la mente los recuerdos de lo que paso la última vez que entré a un bar. Pero William me convenció diciéndome que el estaría en todo momento conmigo, y así fue. No me dejo sola ni un segundo, me beso y compartimos uno que otro agasajo en medio la pista.
No nos importo que la gente nos mirara, aunque realmente no lo hacian. En estos lugares cada quien se sumerge en su mundo olvidandose de todo lo demas.
Despues de un rato de bailar y platicar con John, el bar-tender, decidimos marcharnos a casa.
Mis pies me duelen horrores, nunca pensé que estos stilettos fueran un verdadero martirio.
Mi atuendo no fue gran cosa esta noche,solo me puse unos jeans remangados por encima de los tobillos y mis stilettos negros que compré hace poco en una boutique de gran prestigio. Las vendas fueron un problema a la hora de intentar que el color blanco combinara con mi atuendo, pero William tomo mis labios y en medio de besos me dijo que estaba guapísima, asi que me olvidé del detalle en mis manos y sonreí.
El como siempre no tuvo complicaciones para verse guapo, se puso unos pantalones negros y una camisa blanca con los tres botones superiores desabrochados, dejando asi admirar parte de su pecho.
Siento que con esos pequeños detalles me enamoro mas de él..
Ahora vamos en el auto. Quito mis tacones y acomodo mis pies de modo que toquen el asiento. Se siente tan bien, descanso al menos un poco.
William acaricia mi pierna, me estremezco un poco con su toque. En este momento lamento no haber tenido la idea de ponerme falda o vestido. Solo quiero que me toque... Sigue acariciando mi muslo y toca de vez en cuando en medio de mis piernas, logrando asi que mi ropa interior se humedezca. Gimo en mi lugar y recuesto la cabeza en el asiento, disfrutando de las sensación de las manos de Will en mi cuerpo.
Mis ojos se sienten pesados, supongo que el sueño ya comenzó a pasar factura. Intento concentrarme en las luces de los edificios para no quedarme dormida, pero lo único que logro es sentir mas sueño.

De pronto William da vuelta en u demasiado rápido. Me incorporo de inmediato para ver que sucede y porque dio vuelta asi.
Tomamos la calle perpendicular a la que veniamos, William no dice nada, mantiene su vista fija en la carretera.

- William, ¿que sucede?. -

No me contesta. Observo que mira varias veces por el espejo retrovisor, yo también lo hago, pero solo veo el tráfico nocturno de la ciudad detrás de nosotros. Nada raro...

Entonces el vuelve a tomar la calle que antes ya habiamos dejado....
Ok.... Esto esta mal... Alina.. Tranquila... No pasa nada...

" Ay dios.... No de nuevo por favor."
Ruego internamente por que no sea lo que estoy pensando. Pero al ver que la aguja del velocímetro va en mas de 200, me doy cuenta que nada esta bien. Algo esta pasando o al menos va pasar.

William sigue conduciendo como un loco en medio de los coches. Yo me aferro al cinturón de seguridad como tratando de infundirme tranquilidad a mi misma. 
Esto no puede estar pasando... No de nuevo....

Intento traquilizarme y ruego por que podamos llegar rápido a casa. Will tiene los nudillos blancos por tanto apretar el volante. Me voltea a ver y mira de nuevo hacia atrás. Entonces me dice lo que tanto temí.

- Alina..... Nos estan siguiendo.. -

" Oh dios... No de nuevo... No otra vez... Por favor no..."

Y es aquí cuando siento que sucederá uno de mis mas graves problemas. Los ataques de ansiedad.
El aire comienza a faltar, mi cuerpo tiembla y comienzo a hiperventilar.
William me mira y me pregunta que si estoy bien. Yo niego con la cabeza mientras señalo con mi mano mi pequeño bolso que he traído esta noche. Ahi siempre cargo mis medicamentos más importantes, entre ellos el de la ansiedad.
Lo toma con una mano y hurga en su interior sin dejar de ver el camino. Encuentra el frasco de pastillas y me lo da. Trago una rápidamente sin agua. Lo bueno es que comienza hacer efecto inmediatamente.
Ya mas tranquila, veo hacia atrás y observo que una enorme camioneta negra 4x4 esta muy pegada detrás de nosotros. No logro ver su interior porque los cristales están completamente oscuros. Solo se que esa es la que nos esta siguiendo.

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