INOCENCIA PELIGROSA - KOOKMIN

IX: VERDAD

Jimin

-¿Qué te parece que si acepto el trabajo pero en cambio tienes que irte conmigo? -dijo y yo casi me ahogo con la comida.

-¿Estás hablando en serio? -tragué saliva

-Bueno, no sería mala idea, así puedo estar al pendiente de ti, tú te puedes relajar más y así cuidar más tu embarazo -tomó de su café

-Aamm -yo no sabía ni qué decir, las mentiras ya no me daban para más.

-No te estoy obligando a ir pero creo que es lo mejor -me vio dudosa por mi silencio.

-¿No crees que sea arriesgado volar en mi estado? -al fin, algo coherente.

-Bueno, eso tendríamos que verlo con el médico, ahora mismo le hablaré y si dice que sí, no te puedes negar ¿de acuerdo? -yo asentí no muy convencido

El chiste era que ella se fuera, no que me llevara, maldita sea. Vi como se paró y fue hacia la sala a llamar al médico, no entiendo el porqué no lo hizo conmigo presente pero supongo que sí le dice que no, no creo que arriesgue mi vida y la del bebé.

Me puse nervioso moviendo mi pierna desesperadamente y el desayuno me había caído un poco mal. Shinhye tardó unos 5 min hablando y regresó al comedor, su rostro se veía triste.

-Supongo que ganas, no puedes volar en estas condiciones -mi alma regresó a mi cuerpo. -Entonces no creo aceptar la oferta

-Shinhye, tienes que, yo estaré muy bien, te lo prometo -tomé sus manos y le di una sonrisa cálida.

-Está bien -suspiró -Pero prométeme que me vas a llamar todos los días no importa si estoy dormida, tú llámame o yo lo haré, ¿entendido?

-No te preocupes, estaré bien y te lo prometo -me acerqué a ella y le di un abrazo -Te voy a extrañar -y era verdad, Shinhye siempre ha sido demasiado buena conmigo.

-Ah, y tienes que ir a tu cita con el médico, no porque no esté aquí no quiere decir que no te voy a estar vigilando, niño, ¿comprendes?

-Iré, te lo aseguro -nos dimos un último abrazo y ella sonrió.

-Hablaré con el señor Yen -salió de nuevo de la cocina y yo me quedé solo.

Gracias al cielo todo había salido bien, algo difícil pero ella se iría.

*

-Me llamas cuando llegues, por favor -le dije a Shinhye antes de que se subiera a su avión.

-Claro que si, cariño, cuídate mucho por favor y a mi nieto también, te voy a extrañar mucho, mi niño -me abrazó y me dio un beso en la mejilla

-Suerte -con eso último se fue y yo me quedé ahí hasta que vi que pasó hacia su sala de espera.

Bien, ahora si Jimin, haz tu trabajo.

Salí del aeropuerto y caminé hacia el estacionamiento, una camioneta se paró frente a mí y uno de los guardias de seguridad de Yoongi se bajó a abrirme la puerta. Claro, antes de salir había llamado para que vinieran por mi, no regresaría a la casa de Shinhye por un tiempo, y tampoco es como si le hubiera pagado a su empleada para que no dijera nada. Subí y la camioneta se puso en marcha.

Decir que no estaba nervioso por ver a Yoongi después de lo ocurrido sería mentira porque mi pierna no dejaba de moverse y casi me quedaba sin uñas. Decidí dormir un rato, el camino era más largo desde el aeropuerto hasta mi mansión, y la camioneta parecía funeral.

*

-Señor, Park, hemos llegado, señor Park -sentí que alguien movía mi hombro delicadamente, fui despertando de a poco cuando vi al guardia a un lado de mi.