INOCENCIA PELIGROSA - KOOKMIN

XXIII: SIN DRAMA

Yoongi suspiró cansado. Su cuerpo y cara dolían horrible. Después de lo que pasó con Taehyung el médico y unas enfermeras fueron a revisar su salud y que todo estuviera bien, y con suerte todo se encontraba en perfecto estado, la sangre que le habían puesto había reaccionado bien a su cuerpo.

-Tuviste mucha suerte, Yoongi, los golpes en el rostro también afectaron tu cabeza y eso provocó la hemorragia pero al parecer estás actuando muy bien, de igual manera te quedarás unos días para mantener en revisión y no haya alguna secuela, mientras tanto, me retiro -hizo una reverencia y salió del cuarto.

En cuanto la puerta se cerró quiso descansar un poco más, pero ésta se volvió a abrir interrumpiendo de nuevo su paz. Volteó a ver de quién se trataba.

-¡Eres un idiota! ¡¿Cómo puedes decirle eso y tratar así a Taehyung?! -Kihyun entró gritando sin importarle que estuviesen en un hospital.

-Quieres callarte -dijo con mala gana

-¡No, no quiero! -lo retó -No puedo creer que ni los golpes que te dieron te movieran un poco las neuronas -rodó los ojos y se cruzó de brazos -En serio que eres un caso perdido... Taehyung realmente te ama, me lo confesó muchas veces y siempre decía que quería confesartelo, pero tú sigues siendo un idiota inmaduro, ¡por Dios! no puedo creer que yo sea el menor -dijo frustrado 

-Kihyun si no te callas de una buena vez te voy a sacar yo mismo -amenazó

-Hazlo... quieres que me calle porque sabes que es verdad -dijo esto último antes de salir. Tomó la manija de la puerta y suspiró antes para decir una última cosa -Espero que Taehyung se de cuenta de que eres una perdida de tiempo antes de que salga lastimado -dicho salió, dejando a Min con un malestar en el pecho.

*

-¡Jungkook, mi amor! -gritó Jimin corriendo al cuerpo de su pareja y abrazarlo con fuerza -¡Dios mio te extrañé tanto! -dijo casi con lágrimas.

-Tranquilo, bebé, ya estoy de nuevo con ustedes -el mayor se inclinó para tomar el rostro del pelinegro y besarlo. Jimin le siguió el ritmo con un beso demasiado necesitado. 

Ya habían pasado dos días y Jungkook al fin pudo salir de ese horrible lugar. Jimin quiso ir por él hasta la comisaría pero Jin no se lo permitió ya que esos días éste se había puesto mal de nuevo con el embarazo así que lo dejó reposando en su departamento. El menor insistió en ir, pero Jin se lo negó, diciendo que era por su bien y que si no lo hacía, le diría a Jungkook sobre su visita al hospital con Yoongi, el castaño chantajeado y derrotado aceptó, aunque Seokjin lo hacía más por su bien.

-Ven, te preparé algo de comer, no sé si en ese horrible lugar te dieron de comer adecuadamente así que necesito que comas bien -tomó al castaño del brazo y lo llevó hacia la cocina. El rubio sonrió enternecido.

-Bueno, los dejo, necesito a hacer unas cosas con mi esposo antes de irnos a nuestro viaje, llegaré más tarde así que pueden quedarse lo que gusten -dijo el rubio saliendo de su departamento

-Seokjin es un ángel, no puedo creer el infierno que me hizo pasar, quién diría que casi destruye mi linda carita de ángel -hizo un puchero muy infantil y Jungkook sonrió.

-Será porque detrás de esa linda carita de ángel se esconde un pequeño demonio -Jimin abrió la boca ofendido

-¿Qué estás tratando de decirme, Jeon? -se cruzó de brazos  indignado