Tres dias

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Lena y esas flores? Preguntó la madre al verla llegar aquella tarde, ... te las envía Yulia, mintió, no podía decir que eran de ella. Yulia?... Si mamá, dijo que debía haber traído un presente el otro día, entonces me dio estas flores para ti. Has estado llorando?... no mamá, es que tengo un poco de dolor de cabeza... volvió a mentir, la verdad es que sentía el corazón hecho un rompecabezas, puros trocitos... dónde está papá? Creo que en la habitación, hay fútbol en la TV... iré a verle y decirle que ya estoy de vuelta... De acuerdo vé.

Papá... se puede... Claro, pasa hija, dijo aquel hombre de poco más de cuarenta, quizá se miraba un poco mayor por la pérdida de cabello que había empezado a experimentar hacía un par de años... cómo te fue?... Muy bien, contestó sincera la pelirroja, este... papá, el sábado a que hora tienes pensado que regresemos a Moscú? No se, estaba pensando que a eso de las cuatro, incluso por qué irnos el sábado? Podríamos irnos el domingo.... No!, gritó un poco Lena, este... no puedo quedarme hasta el domingo, incluso estaba pensando en marcharme antes que ustedes el sábado, quizá a eso de las ocho de la mañana... tienes algo que hacer?... este... si, me llamó Nadya, el trabajo que nos dejaron en la universidad aún no está terminado y debemos entregarlo el lunes... ella volverá el viernes por la noche de Riazán, así que es urgente que me marche lo más temprano el sábado. Mira, no quiero que viajes sola, quizá vuelva a pasar algo con tu auto y ahora no estará la chica del otro día, rió el padre de la chica de ojos verdigrises, nos iremos temprano, pero no a las ocho, te parece a las diez?... Ok, papá, te quiero, dijo dándole un beso... Sergey no podía negarle nada a su pequeña, era su favorita y sus hermanos lo sabían, ella era como él, una soñadora, si, con los cabellos rojos de su madre pero el mirar verdigris de él...

El camino parecía más oscuro que de costumbre, lo único que mejoraba el ánimo de la pequeña chica de cabello revuelto era la idea de que el tiempo no se detiene, el sábado llegaría, era inevitable... Volvió a detenerse para llenar el tanque del combustible, sólo que ahora lo hizo en Klin, aquí... pensó, aquí se detuvo Lena también hace cuatro días... pronto será sábado, el tiempo pasará. Cerca de veinte kilómetros más adelante la nevada había interrumpido el paso por una de las vías de la carretera, tendría que esperar en fila hasta que tocara el turno de esa vía... quizá esperó más de cuarenta minutos... Lena me va a llamar y yo no voy a estar en casa, carajo, ella se va a preocupar... Yulia aceleró un poco, sintió como levemente el carro patinaba, no, se dijo, mejor voy despacio, no voy a matarme y perder a Lena para siempre, más vale tarde que nunca...

Lena observaba los minutos jugar la vuelta en el reloj, parecía que avanzaban para volver a retroceder, Yulia se había ido hace apenas una hora y parecía un siglo, esperaba que pasaran las dos horas acordadas para llamar a la casa de Yulia y volver a escuchar su voz. Lena! Ya está la cena... Lena bajó, jugó con la comida un poco sólo para decir; no tengo hambre, me iré a mi habitación... padre y madre se quedaron extrañados, qué le pasa e Lena? Dijo el padre... No lo sé, contestó la madre, aunque ella sabía que ese malestar tenía nombre...
Al fin, dijo Lena, marcó el número que le había anotado Yulia en la pequeña libreta que le había dado por la tarde. Aló... Si, contestó una voz femenina del otro lado del teléfono... Buenas noches, disculpe, se encuentra Yulia? No, dijo la misma voz aunque sonaba un poco preocupada, no se encuentra; quien habla?. Mi nombre es Lena, mucho gusto, usted debe ser su mamá? Si, dijo otra vez la voz, le diré que llamaste. Yo volveré a llamar como en media hora, no le molesta?... No, claro llama, igual le diré que llamaste... Gracias, buenas noches... buenas noches Lena.

Oleg, el padre de Yulia, al escuchar el sonido del teléfono se acercó, quizá era su pequeña quien llamaba, escuchó brevemente la conversación y al colgar Larissa le preguntó... quién era? Una chica llamada Lena, buscaba a Yulia, sonaba un poco preocupada, dijo que llamaría más tarde. Mmm Mmm, no crees que ya es muy tarde?... no sé por qué decidió salir tan tarde de Konakovo, Yulia se trae algo entre manos Oleg, y ahora esta chica Lena la llama... tú conoces a Yulia amor, sencillamente no puede evitarlo... parece que te divierte.. dijo Larissa con una leve sonrisa, es mi hija y la amo como es, dijo el comprensivo padre, además si quieres la verdad me recuerda mucho a mí mismo a su edad, yo se a que te refieres, dijo otra vez la madre todas la chicas estaban detrás de ti en el pueblo... Oleg sonrió, pero sólo la más bella me consiguió, mientras daba un beso en los labios de su esposa escucharon cómo la cerradura de la puerta hacía su singular ruido, la puerta se abrió y una pequeña silueta se dibujó en el marco de ésta.

Luz de lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora