—Yo creo —dijo Soun Tendo alzando la voz, al tiempo que apoyaba los palillos en el cuenco de arroz—; que lo primero será usar el dinero para reformar el dojo. Por un lado, no le vendría mal una remodelación para arreglar todos los parches que le hemos ido poniendo en los destrozos producidos por las peleas de estos últimos meses.
>>. Pero también hablo de darle un toque más moderno. Y acondicionarlo para que sea más adecuado... ¡Con un buen lavado de cara seguro que los alumnos vendrán a montones!
Soltó una risotada justo antes de llevarse el vaso de cerveza a la boca. Pequeñas motitas de la espuma quedaron impregnadas en su bigote y se agitaron cuando el hombre suspiró tras echar un buen trago.
No era habitual que Soun Tendo bebiera alcohol durante la cena, pero ese día así lo había querido. Se sentía contento y esperanzado por el futuro, de modo que ese pequeño capricho estaba más que justificado ahora que sentía que la vida comenzaba a sonreírle de nuevo.
Cada vez que quería que le rellenaran el vaso hacia un leve gesto de asentimiento hacía su hija Kasumi que obedecía, con una sonrisa divertida por ver a su padre tan eufórico.
Su mejor amigo, Genma Saotome, se unió a la fiesta tomando también un buen vaso del brebaje. Él prefería el sake pero se abstuvo de decirlo y se amoldó a los gustos de su amigo. Ranma, que había estado observando la actitud complaciente de su padre para con el señor Tendo había adivinado en seguida lo que este se proponía. El hombre panda se había pasado el día tras su amigo haciendo todo lo que el otro le decía; dejándole ganar en sus habituales juegos de azar, cediéndole las mejores raciones de comida, dándole la razón en todo... Era más que evidente Genma perseguía algo comportándose de un modo tan diferente a como solía hacerlo.
A Ranma, tanta sumisión, le producía repugnancia. Aunque no era la primera vez que la actuación de su padre le producía tales sentimientos y estaba acostumbrado.
Por lo menos parecía que estaba consiguiendo lo que se proponía.
—¡Que felicidad, que felicidad, amigo Tendo! —decía Genma una y otra vez. Alzó su vaso y lo movió en el aire—. ¡Brindo por ti, amigo! ¡Y por la fortuna que llegará a tu hogar en breve!
—¡Gracias, amigo Saotome! ¡Por fin la vida nos vuelve a sonreír!
—¡Tú no te merecías menos!
—¡En momentos como estos es cuando de verdad puedes apreciar quiénes son tus amigos!
—¡Desde luego! —Genma se bebió el contenido del vaso y con una mirada un tanto vidriosa a causa del alcohol le puso una mano en el hombro a su amigo—. Siempre has estado a mi lado, por eso sé que nadie merece tal recompensa más que tú, Soun.
—Oh, Genma... —La fácil lagrima del hombre del bigote hizo su aparición, salpicando el kimono del susodicho. Él mismo alzó otra mano para colocarla también en el hombro de su amigo—. Sería muy egoísta por mi parte disfrutar de toda esta suerte solo. No dudes que aquí siempre tendrás tu casa, amigo.
—¿De verdad? ¡No existe hombre más generoso que tú, amigo!
—¡Oh, amigo mío!
Los dos hombres se fundieron en un abrazo por encima de la mesa, una imagen bastante familiar, especialmente cuando había alcohol de por medio. La navidad pasada habían dado un espectáculo igual de abochornante que ese después de abrir la segunda botella de sake así que nadie le dio más importancia de la que tenía.
Todos siguieron comiendo como si nada, aunque Ranma llevaba ya un buen rato aguantándose las ganas de decir algo. Y su paciencia llegó a su límite cuando los dos hombres empezaron a tararear la marcha nupcial como si fuera su himno favorito.
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Un Prometido de Verdad (Ranma 1/2)
FanfictionEl maestro Hapossai no está, los hombres Saotome están de viaje de entrenamiento y la calma y la paz reina en el dojo Tendo hasta que unos invitados muy especiales llegan a la casa. Un empresario muy rico y su hijo aparecen para reclamar una vieja d...