3.

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La chica hizo una mueca de horror y se soltó de un tirón, poniéndose en pie.

—Yo no voy a ser tu... ángel o lo que sea —negó con rotundidad.

—Vaya, ¿y eso por qué?

—¡Porque ya estoy prometida! ¡¿No lo has oído antes?!

Mikishito se encogió de hombros.

—Eso no es un problema. Solo tienes que romper tu compromiso anterior y ya está.

—¡No pienso hacer eso!

—Verás Mikishito —intervino, al fin, Tendo. Se volvió hacia el chico que seguía embelesado mirando a Akane y habló con serenidad—. El novio de Akane, Ranma, es además el hijo de mi mejor amigo. Hace años que arreglamos su compromiso, incluso él vive aquí junto a su padre.

>>. Además, está acordado que cuando Ranma y Akane se casen, heredarán este dojo para perpetuar nuestras escuelas y el estilo de lucha Todo Vale. Es imposible que ese compromiso se rompa.

Akane sonrió internamente, pocas veces veía a su padre tan convencido y eso le dio ánimos.

—Padre —Habló Mikishito. Se giró hacia el hombre al tiempo que se ponía en pie —. ¿Podemos hablar fuera un momento?

Un poco a regañadientes, el gran Mouri se puso en pie y siguió a su hijo a través de las puertas correderas del salón. Akane se cruzó de brazos, aún un tanto preocupada.

—No me extraña que Mouri esté tan obsesionado con encontrarle una esposa a su hijo —opinó Nabiki, recostándose sobre el suelo con una calma apabullante—. Menudo bicho raro...

—No pienso comprometerme con él, papá —Avisó Akane—. Así que ya puedes resolver este lío de otro modo.

—Tranquila, Akane. Tu compromiso con Ranma no se romperá bajo ningún concepto, ya me has oído.

Deseaba poder creer a su padre, pero por desgracia ella conocía su carácter débil y voluble en según qué situaciones y bajo según que exigencias. Esos dos hombres no le gustaban nada, tenían esa frialdad en la mirada y la arrogancia de quienes están acostumbrados a salirse siempre con la suya, pase lo que pase.

Y ese chico... Nabiki llevaba razón, era un bicho raro.

Tras varios minutos de espera, los dos Mouri regresaron al salón y ocuparon sus puestos. Ambos parecían más tranquilos cuando se sentaron sobre sus cojines y colocaron las manos sobre la mesa. Soun permaneció inalterable en su lugar, rodeado de sus hijas que a pesar de todo, se inclinaron hacia delante, intrigadas. Akane no fue capaz de volver a sentarse.

—Hemos estado hablando y mi hijo está decidido a desposarse con Akane —anunció el padre.

—Eso no será posible, de ningún modo —Dejó claro Tendo al instante. Pero entonces Mouri levantó una mano.

—Entiendo todo lo que me has dicho sobre el compromiso de tu hija, y el asunto del dojo —Le dijo—. Esa boda supondría la continuidad de tu legado y entiendo su importancia, pero siempre se puede hacer algo al respecto.

Akane sintió que algo le oprimía el corazón. ¿Por qué no se daban por vencidos? Aguzó el oído, nerviosa, tanto así que no controló la fuerza con que se apretó los brazos con los dedos.

—Estoy dispuesto a pagarte una suma bastante alta por el dojo —reveló Mouri sin inmutarse—. De hecho, te daré la cantidad que tú me pidas —La expresión de Soun se mantuvo fría, no así la de Nabiki que se inclinaba cada vez sobre la mesa y se pasaba la lengua por los labios con auténtico interés—. Incluso traeré al mejor artista marcial de todo Japón y lo pondré a dirigir tu dojo según tus exigencias para que el estilo de lucha de los Tendo no se pierda.

Un Prometido de Verdad (Ranma 1/2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora