Camila
— ¿Mamá te encuentras bien?— estaba con mi madre aguardando al doctor pero ella parecía ida, observando por la ventana hacia el exterior.
— Si, date prisa. Tú padre llegará a la casa en cualquier momento y aún no hemos salido de esta horrible habitación— hace tres días que estoy metida en esta habitación de hospital pero hoy me habían dado el alta. Mamá está algo cambiada, no digo que me demuestra su afecto con besos y abrazos pero creo que el hecho de que yo haya estado aquí, la hizo cambiar un poco.
— Mamá— me acerqué a ella clocando mi mano derecha sobre su ante brazo— apenas llegue el doctor con el...—ella se alejó cómo si mi tacto le quemara. Su gesto me dolió tanto como si me dieran un golpe— ...alta nos iremos pronto— mi brazo izquierdo aún no podía movilizarlo y los moretones aún eran visibles. Pero al menos ya estaría en casa con mis padres. Era lo que más deseaba desde lo ocurrido.
— Lo sé, me urge que ya llegue con ese-
— Buenos días— Stephen ingresó a la habitación cuándo mamá estaba hablando.
— Lo que faltaba.
— También es un gusto verla señora— la tensión entre Stephen y mi madre era muy notoria. Iba a preguntar qué sucedía pero el doctor llegó con la orden en momento justo.
— Listo, aquí tienen la orden y estas son tus indicaciones señorita. Debes cumplir al pie de la letra y en doce días más ya estaremos despojándote de ese cabestrillo.
— Gracias Doctor.
— No hay de qué, los dejo. Cualquier molestia o duda sólo llámame, estaré a tu disposición— asentí y luego el doctor nos volvió dejar solos.
— Bueno, ya vámonos. No soporto estar otro minuto más aquí.
— Las acompaño, señora.
— No es necesario, el chofer nos espera.
— De hecho... le dije a su chofer, que podía irse. Yo las llevaré a su casa— Stephen tomó el bolso que mamá me había traído para luego abrir la puerta y dejarnos pasar para salir de la habitación. Mamá simplemente lo ignoró y salió sin más.
— Gracias por esto Stephen. No era necesario que te molestaras en venir.
— Si lo era, ángel. Hablaremos con tu padre respecto al acuerdo que tenía con el padre de Scott y también debo hablarte sobre ese lo qué pasó con esa basura.
— Él...él ¿te atacó? ¿te dijo algo? ¿te amenazó?— se acercó a mi colocando su mano libre sobre mi rostro.
— Shh... tranquila. Te lo diré todo al llegar a tu casa ¿de acuerdo?
— Esta bien— dudé en preguntar pero quería saberlo—¿mi mamá y tú no se llevan bien, verdad?— me guiñó un ojo y ladeó una sonrisa como si solo hubiese escuchado una broma.
— Nada que no podamos controlarlo. Me amará, ya lo verás.
Al salir del hospital, Stephen me ayudó a subir al auto mientras que mamá iba en la parte de atrás. Llegamos a nuestra casa en menos de veinte minutos. Esto era algo realmente increíble e incómodo al mismo tiempo. No podía creer que papá en verdad hablaría con Stephen sobre ese acuerdo que muchas veces pedí que lo rompiera. No puedo creer que Stephen lograra hacer eso por mí.
— Bien, tú padre nos espera en su despacho— mamá fue directo al despacho mientras nosotros la seguíamos. Stephen iba a mi paso pues aún no me costaba moverme con normalidad. Al llegar frente a la puerta, él me cedió el paso y una vez adentro nos quedamos parados frente a mi padre que estaba sentado detrás de su escrito, mientras mi madre se ubicaba delante de él.
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Lista para amar - DISPONIBLE EN LIBRERÍAS
RomanceStephen Rusell no sabía que se había perdido a él mismo, creía que todo había sido culpa de ese hombre. El hombre que así como trajo destrucción a su vida, le dará lo único que podrá salvar su alma. Pero... ¿estará listo para sufrir las consecuenci...