Stephen
Ella sólo necesitaba que la cuidara, que la protegiera. Fui un estúpido y la hice llorar. Ni siquiera pude decirle correctamente que ella si me importa y mucho. Todo por el temor de que toda mi mierda llegué a ella. Y...cuándo mencionó a Max, me volví loco. Sé que mi mejor amigo la mira de otro modo, no es una simple amiga para él.
No debí decirle esas palabras ni reaccionar de ese modo. Pero odiaría a Max si en verdad me dijera que siente algo más por Camila. Es por eso que hablaré con él, al respecto. Al terminar de ducharnos luego de recoger lo había lanzado contra la pared, dejé a Camila en el departamento de Clara. Le había pedido que trajera sus cosas para que se quedara conmigo pero ella con un poco de duda aceptó por un par de días más. ¡Dios! Esa mujer me esta volviendo un completo idiota.
Sólo pienso en ella y cuándo no está conmigo siento que me hace falta para seguir. La busco a cada instante. Sonaré posesivo pero es que la quiero conmigo todo el tiempo. Intenté contenerme hace unas horas atrás en ese sofá, pero no pude, quería hacerla mía en cada puto espacio de mi departamento. Me dejé llevar y sé que fui brusco, no debí hacerlo de ese modo pero ella nubla mis sentidos al cien por ciento.
Tendré que ser más cuidadoso, ¡carajo! Yo había sido su primer hombre y en la segunda ya estoy queriendo darle contra la pared, siendo una bestia con ella. Debo controlarme la próxima vez. No quiero que me tenga miedo de nuevo, pude ver en sus ojos cuando estuvo por irse ese temor que tenía cuando me conoció.
No debí dejar que la ira me ganara, no delante de ella. ¡Soy un estúpido! Tengo que terminar de una vez por todas lo que vine a hacer con William Cross. Y dejar el pasado atrás. Sino, no podré ser feliz con Camila. La única forma de que nada se interponga entre ella y yo, será acabando con esa rata.
Termino de estacionar mi moto para luego bajar e ir directo al departamento de Max. Hace poco consiguió uno y se instaló completamente. No sé si estoy haciendo bien pero necesito hablar con él. Necesito que me diga que es lo que busca exactamente con Camila.
— Max, necesitamos hablar— no pude aguardar a que Max me saludara y me permitiera pasar. En cuanto toqué la puerta y la abrió, ingresé inmediatamente quedándome en medio de su sala. Su departamento estaba totalmente revuelto, un montón de papeles sobre la mesa ratona y el sofá individual.
— Vaya, también me alegra verte amigo— Max llegó junto a mí con los brazos cruzados sobre su pecho y su típico sarcasmo cuando yo me comportaba como ahora— ¿Está todo bien? ¿Pasó algo con Camila?
— Es de ella justamente de quién quiero hablarte— cerré mis puños conteniéndome, no quería pelear con mi mejor amigo pero si es lo que pienso. Si es como yo creo... me olvidaré de que es mi amigo.
— ¿Ella está bien?
— Si, esta bien. ¿Por qué te importa tanto? Mira Max, te lo diré sin rodeos. ¿Te gusta Camila? Es mi novia, te lo recuerdo.
— ¿Qué? ¿De qué ha- — llevé mis manos sobre mi pelo despeinándolo, esta situación era molesta. Ni siquiera lo dejé terminar de hablar.
— No te hagas del tonto, lo sabes bien. Sé que buscas algo más con Camila. Te he visto observándola, te preocupas por ella, estás al pendiente de lo que necesita. ¡No intentes negármelo!
— ¡¿Te das cuenta de lo que dices?! ¿Acaso te escuchas?— Max se puso frente a mí, también se encontraba molesto. Y no sabía si porque lo que yo había dicho era verdad, o porque lo insulté con esas palabras— Pero ya que estas aquí y quieres hablar de ella. Lo haremos. No, no veo a Camila como mujer. Te lo dije una vez y te lo vuelvo a decir, ahora. Y sobre si ella me importa, si, me importa. Aunque no te guste escucharlo, me importa mucho y no es por lo que tú te puedas imaginar.
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Lista para amar - DISPONIBLE EN LIBRERÍAS
RomanceStephen Rusell no sabía que se había perdido a él mismo, creía que todo había sido culpa de ese hombre. El hombre que así como trajo destrucción a su vida, le dará lo único que podrá salvar su alma. Pero... ¿estará listo para sufrir las consecuenci...