Stephen
— La estuve espiando desde hace meses y ahora no tengo ni puta idea de donde pueda estar. ¡Ah! ¡Maldito Cross! Él y la estúpida de su esposa causaron esto.
— Ya cálmate, no ganarás nada poniéndote así.
— ¿Y tú por qué estás tan tranquilo? ¿Acaso sabes algo? Dijiste que también querías ayudarla ¿y qué haz hecho?— Max estaba algo raro, desde días viene ocultándome cosas, lo sé. Estoy seguro de eso. Me extraña que esté tan tranquilo después de decir que ayudaría a Camila, lo conozco y sé que también cumpliría con su palabra. Es por eso no creo que esté sin hacer nada, a menos que él ya sepa dónde se encuentra— ¿Tú sabes dónde está? ¿No es así? ¡¿Ah?! ¡Dímelo!— empuñé mis manos sobre el polo de Max. Estaba seguro que sabía algo.
— Suéltame— habló entre dientes y me alejó de él— ¡Sí! Si sé dónde está. Pero no te diré nada si continúas con esa actitud. Justamente por eso no quiero decírtelo, te pones como loco cuando se trata de Camila.
—¿Camila? Ahora la llamas por su nombre, cuándo para ti era "la chica" ¿Qué pretendes Max?
— No pretendo nada Stephen. Intento ayudar. No solo a ella sino también a ti.
—¡Entonces dime! Dime dónde esta Camila ¿por qué lo ocultas? ¡¿Ah?! ¿Por qué no me dices nada?
— Primero cálmate. Sólo así te diré todo. Dónde está, que estuvo haciendo y cómo se encuentra. Pero si sigues así, no te diré nada. Te conozco y sé que harás lo primero que se te cruce en la cabeza. Debes pensar con claridad antes de acercarte a ella de nuevo.
— De acuerdo. Tú ganas— subí las manos a modo de rendición— me tranquilizaré pero necesito que me digas absolutamente todo, Max.
— Bien, siéntate y escúchame— y así lo hice. Nos encontrábamos en mi departamento en medio de la sala— Cómo ya sabemos hace más de quince días que Camila ya no vive con sus padres. Al día siguiente de que ella se fuera de su casa contacté con la única persona en quién aún puede confiar. Clara, su mejor amiga, se esta quedando en el departamento de ella. Clara me ha estado informando todo, inclusive le he dado un poco de efectivo sin que Camila se entere para los gastos que le hagan falta. Han estado buscando trabajo para Camila y hoy... Hoy debe de ir al hospital para terminar con el tratamiento del codo lastimado. Pero no te digo esto para que termines acosándola Stephen. Lo hago porque es una chica muy buena y necesita creer que alguien puede ayudarla desinteresadamente. Que aún hay personas que son sinceras.
—¿Y tú eres uno de ellos? ¿Qué buscas Max? ¿Camila te gusta? ¿Es por eso tu interés en ella?
— ¿Qué si así fuera? Dijiste que ella no te interesaba como mujer ¿lo recuerdas?
— ¡Ella no puede gustarte!
— ¿Por qué no? Estoy solo, ella esta sola. No veo ningún obstáculo.
— ¡Porque ella me gusta! ¡Me gusta! ¡¿De acuerdo?! Desde el primer día que la vi. Y no puedo sacármela de la cabeza— Max dejo escapar una risa negando con la cabeza.
— Solo quería escuchar eso.
— ¿Escuchar eso? ¿Me estás diciendo que lo haz hecho adrede?
— Así es. No veo a Camila como mujer Stephen. Simplemente quiero ayudarla. Ayudarla como no pude hacerlo con mi hermana. Y tal vez nunca llegue a conocerla pero de alguna manera siento que ayudarla a Camila, es cómo si ayudará a mi hermana. ¿Sabes? Tendría la misma edad que Camila o Clara. Mis padres nunca la olvidan, mamá... Mamá estuvo muy mal la última vez cuando recordó que mi hermana pudo haber cumplido sus dieciocho años con nosotros. Pero una vez más, otro año más, no la tenemos a nuestro lado.
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Lista para amar - DISPONIBLE EN LIBRERÍAS
RomantikStephen Rusell no sabía que se había perdido a él mismo, creía que todo había sido culpa de ese hombre. El hombre que así como trajo destrucción a su vida, le dará lo único que podrá salvar su alma. Pero... ¿estará listo para sufrir las consecuenci...