Capítulo 28 | C

1.1K 120 12
                                    

Camila

— Por favor recapacita hija, esto no está bien. Piensa en ti-

— Eso hago mamá, no me pidas algo imposible. Pienso en mí y es lo que quiero, por favor entiéndeme— interrumpí a mamá porque ya no podía con lo mismo. Sabía que este tema ya estaba cerrado para mí.

— ¡Entonces piensa en nosotros! Por... por favor no nos hagas esto, te lo suplico— mamá se echó a llorar luego de su exabrupto dejándose caer en la silla. Nos encontrábamos en la cocina hablando sobre mi embarazo.

Esta semana cumpliría dos meses, desde que el doctor nos dijo que estaba esperando un bebé, también me había recalcado el riesgo que corría al llevar al termino mi embarazo. Y desde entonces he estado segura de una sola cosa, quiero tener a este bebé a pesar de las consecuencias. Quiero vivir mi vida por primera vez cómo yo lo deseo, sin obligaciones, sin esperar algo de alguien, sin estar pendiente de lo que los demás decidirán. Simplemente lo que yo deseo, así tenga que vivirlo por un corto plazo. Por primera vez me siento plena, completa y feliz.

No hay vuelta atrás, aunque la mitad de mi balanza se mida con pena, o tristeza. Esta vez la felicidad y el amor bastan para seguir adelante. Esa mitad es la única parte que realmente me importa en estos instantes. Aunque no logre alcanzar el mañana, a lo único que amaré y me aferraré por siempre, será el hoy. Mi presente.

— Perdóname pero es lo que quiero y este bebé es lo que me mantiene con esperanzas ahora mismo. No voy a interrumpir mi embarazo por salvar mi vida. Sé qué tal vez este siendo egoísta, sobre todo porque nos merecemos esta oportunidad, después de tantos años perdidos. Y es justamente por eso que me aferro a esta posibilidad de ser feliz aunque sean los últimos días que me quedan de vida. Perdóname si soy cruel al ser completamente sincera, pero te ruego que también te pongas en mi lugar y trates de comprenderme.

— ¿Qué estás diciendo Cami? Lo he escuchado todo ¿eso es verdad? ¿Es por eso que lloras mamá?— Max ingresó justo en ese instante, escuchándonos a ambas— ¿es esa la razón por la que no quieres que Camila este embarazada?

— Max por favor escu-

— Si, hijo. Es esa la razón por la que no estoy de acuerdo con esto—mamá me interrumpió aún con lágrimas en sus ojos y luego tomó mis manos con las suyas— por favor hija, no hagas esto. No sigas con este embarazo, piensa en nosotros. En tu padre, en mí. Por favor, te lo suplico.

— Cam, explícame ¿Stephen sabe esto? ¿Sabe que puedes morir si tienes a ese bebé?

— No, no ¡y no quiero que digan nada!— me levanté exaltada pues por más que los entendiera, ellos también tenían que comprenderme. ¡Es mi vida, mi cuerpo, mi bebé!— Deben de entenderme por favor se los pido. Es mi decisión, quiero a este bebé y no pienso interrumpir mi embarazo. ¡Por favor Max! Sólo me corresponde a mí decírselo a Stephen, no se lo digas.

— Calma, tranquila. Todo estará bien pequeña, todo estará bien— no me había dado cuenta de que me había alterado y al levantarme de la silla ya me encontraba soltando lágrimas. Max se acercó a mí abrazándome y besándome sobre la cabeza— no te hará bien alterarte. Ven, siéntate. Sé que esta decisión es tuya, solo tuya pero podrías... ¿podrías al menos pensarlo un poco más? Por mamá, por papá, por mí, por Stephen. Él... si él sabe de esto, no podrá seguir con su vida Cami. Hazlo por él, por ustedes.

— Hija, por favor escucha a tu hermano.

— ¿mamá podrías darme unos minutos con Cami? ¿Por favor?— Max le pidió a mamá que nos dejara un momento, ella simplemente asintió y salió de la cocina dejándonos solos— Cami escúchame ¿Qué fue lo dijo exactamente el doctor? ¿Por qué no puedes tener a tu bebé?

Lista para amar - DISPONIBLE EN LIBRERÍAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora