—¡Buenos días!
Henry Carpenter y Julie Anne Morgan se despertaron perezosamente debido a la invasión en sus camillas por parte de sus hermanos. Peter Carpenter abrazó muy fuerte a su hermano mayor y luego procedió a contarle todo su día en la escuela. Los hermanos de Jules, Marco y Harley, la envolvieron en un cálido abrazo de oso que ella correspondió nostálgica. Sus madres miraron la escena de una manera muy tierna dándoles su espacio.
—¿Cómo están? Siento que no los veo desde hace años —hizo un puchero la castaña a sus hermanitos.
—Te extrañamos muchísimo, Jules. Es taaaan aburrido en casa sin ti —comentó Marco.
—Vas a volver pronto, ¿cierto? —preguntó ilusionada Harley, agitando sus coletas.
—Eso espero, hermanos. Estaré en casa pronto.
Y les hizo cosquillas a ambos. Después, bajaron de la cama de su hermana mayor y su mamá se acercó a conversar con ella. En cambio, la familia Carpenter hablaban sonrientes sobre el día de Peter y el desastre que hizo Shela, la amiga de Susan, en el trabajo. Se podía percibir como el aire tenso del hospital y las malas noticias se apaciguaban, y por un momento se podía olvidar la realidad de las situaciones. Los pequeños de la familia no tardaron mucho en enlazar amistades y llevarse bien. Al cabo de un rato, sus madres salieron de la habitación para hablar sobre la salud de Jules y Henry con el doctor que los atendía, dejando a sus hijos jugando cartas. Los Morgan no tenían idea de cómo jugar, así que por eso el juego tardaba un poco en avanzar.
—Oigan, creo que ya lo tengo —anunció la pequeña Harley mirando sus cartas con atención. Peter soltó un «al fin», ganándose un codazo juguetón de la niña.
Estaban en la cama de Henry. Jules estaba a su lado y los niños al frente de ellos. El ojiverde ayudaba constantemente a su compañera de cuarto, enseñándole algunas técnicas que ella casi no comprendía.
—¿Cómo sé que no me estás engañando para ganar? —inquirió ella antes de sacar la carta que él le recomendó.
—No necesito engañarte para poder ganar —los niños emitieron un sonoro «uhhhhh», Jules lo fulminó con la mirada y continuó en el juego. Al final sólo hubo ganador: Henry Carpenter. El resto de los competidores tiraron sus cartas al centro, derrotados.
—Desde un principio pensé que era una mala idea jugar con este súper genio —bufó Julie, y los pequeños asistieron.
—Yo preferiría el término de precoz —sugirió el ojiverde.
—Como sea —intervino Peter, acomodando sus gafas—. Juguemos otra vez, por favor.
Y así fue. El resto de la visita charlaron y jugaron. Todas las partidas fueron ganadas por Henry. A excepción de la última, en la que el chico dejó ganar a propósito a Julie Anne, pero decidió no confesarlo, en cambio prefirió hacer el papel de perdedor decepcionado. Al fin y al cabo, eso había echo feliz a ella, pues se encontraba sonriendo y chocando las palmas con los demás.
Cuando la noche cayó en la ciudad, una enfermera vino a la habitación a informar de que la hora de visita había terminado y ya era hora de hacerle los chequeos diarios a los pacientes. No tardaron casi nada con Henry, después de todo, tenía su destino ya marcado, y eso lo tenía muy en claro lamentablemente. Cuando el doctor se retiró, una enfermera se quedó a darles las buenas noches y luego se marchó. Ambos se bajaron de sus camas e hicieron lo mismo de ayer.
—¿Lista? —Jules asintió.
Caminaron por el bosque, pero en vez de ir a la casita fueron a la casa de los Carpenter. Cuando llegaron, se asomaron en la ventana y comprobaron de que Susan y Peter estaban dormidos, pues las luces estaban apagadas. Fueron hasta la entrada y Henry sacó un juego de llaves de su bolso y metió la que correspondía en la cerradura. Con un sonido les indicó de que se había abierto.
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When I Met You ➸ the book of henry
Fanfiction-Al fin y al cabo todo tiene un final. Para nosotros: la muerte. -No lo creo. La muerte no es el final, pienso que es el principio de lo infinito. -¿Crees que las personas somos infinitas? -Creo que tú y yo somos infinitos. Publicado: 5 de julio d...