Epílogo

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«A veces una buena historia les recordará quienes quieren ser. Tal vez por eso hay tantas.
Historias sobre el bien y el mal.
Historias sobre el triunfo del espíritu humano.
Historias sobre vivir y morir.
Y cómo debe ser uno a pesar del otro.
Esta historia se trata sobre ti, y yo, y mi hermano, y la chica que vivía al lado.
Pero ya no es más mi historia. Es la tuya»

4 meses después

Habían pasado ya varios meses desde la muerte de Henry Carpenter debido a un desafortunado tumor cerebral que le arrebató la vida de manera injusta. Los primeros días fueron muy duros para sus conocidos, en especial los más cercanos que desde ese día lo añoran en todo momento. Hay que aclarar que su madre Susan no logró hacer el plan que su hijo le había encargado. No pudo matar a Glenn. Sin embargo, a Susan le habían informado que esa misma noche él se había suicidado; fue una noticia que dejó atónitos a todos, pero no todo era malo. Gracias a eso, Susan adoptó a Christina y le dio el hogar y el cariño que hace tanto no recibía. Peter estuvo más que feliz con eso, pues para el que Christina fuera su hermana lo ponía contento, aunque todo los días extrañara a Henry demasiado. Juntos decidieron empezar sus vidas de nuevo, como una familia feliz y sin olvidar al chico ojiverde.

¿Y Julie Anne Morgan?

La niña que recién había cumplido los doce años hace unos días no estuvo sola, tenía el apoyo de toda su familia y sus amigos los Carpenter. Aunque pasó dos días más sola en el hospital mirando con tristeza y dolor la cama vacía a su lado, su familia y amigos estuvieron más juntos que nunca. Ahora se sentía bien, tranquila. No les voy a mentir, aún ella seguía extrañando al ojiverde, pero al menos ahora podía levantarse todas las mañana y no llorar por la pérdida de su mejor amigo.

Los gritos de diversión de unos niños saliendo por las puertas de la escuela Calvary la sacaron de sus pensamientos. Levantó su vista y paseó la mirada por el océano de niños y adolescentes caminando alrededor en busca de Peter Carpenter, pero no aparecía. En cambio, notó como Christina Sickleman (ahora Carpenter) se acercaba a ella con su cabello recogido en una coleta alta y sus ojos azules llenos de vida. Era una gran noticia saber que ellas habían vuelto a ser las amigas que solían ser hace mucho tiempo. Después de todo lo que había pasado, Christina se acercó a Julie y fue ahí cuando le comenzó a explicar el motivo del por qué se alejó; sin embargo, ella ya se lo esperaba, Glenn Sickleman no le había echo bien a la vida de la ojiazul.

La castaña le sonrió a su amiga cuando la nueva Carpenter se sentó a su lado en la banca, la saludó con un ademán y una gran sonrisa. Era muy notable el cambio en Christina desde que Susan la adoptó, pues ahora era feliz y recibía el amor de una madre.

—¿Qué tal estás? —preguntó Christina.

—Supongo que mejor —respondió—. ¿Qué hay de ti?

—Bien, Susan anoche nos contó a Peter y a mí una gran historia —contestó—. Incluso se ha puesto a confeccionarme un traje para la próxima presentación de baile.


Jules sonrió —Ha sido una gran madre, ¿eh? Y para tu próxima presentación estaré en primera fila como en el show de talentos. Adoro verlos en el escenario a Peter y a ti.

—Hey, debes presentarte una vez. ¿Quién sabe? Puede que tu presentación arrase con todo —ambas rieron—. Estoy segura que tienes algún gran talento oculto por ahí.

When I Met You ➸ the book of henryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora