—No hay nada de que hablar sobre Christina, Henry.
El ojiverde miró incrédulo a las castaña desde su cama. La niña le mantenía la mirada sin vacilar, estaba segura de sus palabras.
—Fuiste muy indiferente con ella. Sé que no son amigas pero tratamos de ayudarla...
—Ya te lo dije —lo interrumpió fastidiada—. No tengo nada en su contra. Además ella tampoco se comportó del todo lindo.
—Bueno, Christina...
—No quiero seguir hablando de eso —intervino, dándose cuenta a quien prefería defender el chico—. Aún la quiero ayudar, Henry. Estamos bien.
El ojiverde parecía querer añadir algo más, pero al final no lo hizo. Suspiró y se removió un poco en su cama.
—¿Podemos hablar de lo que te pasó?
Julie mordió su labio inferior porque estaba consciente de que si le decía la verdad volverían a pelearse y Henry se molestaría con ella. El chico notó su pelea mental y frunció un poco el ceño.
—¿Jules?
Y procedió a contarle la verdad. Sabía que si le mentía él se daría cuenta y sería en vano. Mientras la castaña hablaba Henry la miraba serio y con mucha atención. Julie evitaba encontrarse con los ojos verdosos del chico porque sería más difícil. Al finalizar su relato cerró sus ojos con fuerza y Henry le reprochó.
—Julie Anne, ¡te pudo haber pasado algo mucho más grave! ¿Estás consciente de eso? —reclamó.
—¡Sí, sí! Ya me lo dijeron —suspiró—. Henry, sólo quería estar para ti. Si me necesitabas quería estar ahí contigo, para apoyarte.
—Eso no justifica tus acciones. ¡La salud es más importante!. Tú puedes sanarte aún...—Henry, no quería causar problemas de verdad —se detuvo un momento y pensó en sus próximas palabras—. Y sobre lo otro... tú también puedes sanarte.
—Jules, ahora no...
—¿Por qué, Henry? ¿Por qué no? —sintió como subía su tono de voz.
—¡Porque moriré! —vociferó—. Debes entenderlo.
—No seas así, aún puedes...
—Deja de ser tan ilusa, Julie Anne —la interrumpió. Ella lo miraba expectante, sin ninguna expresión en su rostro—. Es hora de aceptar la realidad. ¡Moriré!
—Basta —susurró.
—No podemos cambiar nuestro destino, Jules. Debemos aceptarlo, y llegó el momento de que acepte lo que va a pasar —habló serio, pero en su tono podía notarse el dolor—. También debes hacerlo tú. Si no puedo salvarme yo al menos me gustaría saber de que tú si pudiste hacerlo.
Desde el inicio de la conversación trató de mantenerse fuerte. Pero llega un momento en el que no puedes más y es cuando te derrumbas. Eso fue lo que le pasó a Jules, se derrumbó. Sus lágrimas empezaron a caer como cascadas por sus pálidas mejillas. Claro que sabía desde un principio todo, pero la realidad dolía, y mucho más cuando te lo decía la persona que habías empezado a tenerle ese gran cariño.
Carpenter la miraba, dolido. No pensaba sonar brusco con ella, pero el enfado y la preocupación al saber que pudo haber sido algo peor para la salud de ella lo habían cegado. No obstante, ahora ella estaba herida, lloraba sin cesar. Henry pensó entonces que hasta la persona que aparentaba ser la más fuerte y feliz podía en un segundo convertirse en la persona más frágil y delicada del mundo. Entonces abrió la boca para disculparse y arreglar su estupidez; pero ya era tarde, lo había arruinado, porque la castaña había girado su cuerpo en dirección a la pared y se arropó completamente con las sábanas blancas del hospital. Y él, con la mirada gacha, no le quedó más remedio que girarse también y dormir; porque necesitaba darle su espacio a Julie.
En cambio, la niña tenía la mirada perdida en la pared, sus lágrimas ahora se deslizaban silenciosas y más suaves, haciendo unos caminitos y caer de golpe en la almohada de ella. Quería muchísimo a Henry, y el echo de pensar en cómo serían las cosas la lastimaba; lo peor fue que él mismo se lo dijera en la cara sin delicadeza. También estaba consciente de que no había nada que pudiera salvar al chico pero no quería perder las esperanzas ni tampoco aceptarlo. No, no quería eso.
—Jules... perdón.
Cerró los ojos con fuerza, ignorando el llamado del chico. Permaneció así por un rato hasta que por fin el sueño la había derrotado, llevándola al mundo de los sueños.
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Se viene lo triste.
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When I Met You ➸ the book of henry
Fanfiction-Al fin y al cabo todo tiene un final. Para nosotros: la muerte. -No lo creo. La muerte no es el final, pienso que es el principio de lo infinito. -¿Crees que las personas somos infinitas? -Creo que tú y yo somos infinitos. Publicado: 5 de julio d...