Cero

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                          "No"

¿Realmente el supremo kaiosama del universo siete,había logrado articular esa palabra? Quizás sólo lo imagino. Era imposible que a él ,Daishikan, alguien se le negara. Ningún ser sobre la existencia,jamás le había dicho esa palabra. Él era quien disponía de todo,él hacia su voluntad.Él no recibía por respuesta un "no".

-¿Qué es lo que a dicho,supremo kaiosama?-inquirió con una mirada que hubiera hecho retroceder a los doce dioses de la destrucción juntos.

El shin-jin temblaba de miedo,sus ojos no dejaban de derramar lágrimas que iban a perderse en las blancas sábanas de aquel lecho donde lo detenían.
Daishikan estaba sobre él,le sujetaba las muñecas por encima de su cabeza y las apretaba con fuerza aplastandolas contra la cama. Estaba aterrado,sabia que en ese mundo distante donde, el Gran Sacerdote,lo había hecho ir,no había nadie que lo socorriera,pero ¿Realmente existía una persona capas de salvarlo de él,en algún universo? No,no existia alguien capas de detener las perversas intención que el Gran Sacerdote, tenía para con él. Incluso si de algún milagroso modo conseguía escapar,no tenía sitio donde ocultarse.

Ya se lo habían dicho:Anat,Ea y Kai.Sabía que tarde o temprano llegaría el momento,pero jamás pudo aceptar la idea."Soló has lo que te pida con la mejor disposición posible,creeme no quieres negarte" Esas fueron las palabras de Kai, cuando le habló de lo que Daishikan le pidió. Aquello cobraba sentido mientras veía el rostro del Gran Sacerdote, reclinado sobre él, con esa terrible mirada fija en la suya.

-¡Dije que no! ¡Que no! ¡No!-le gritó el supremo kaiosama sacando ímpetu de quien sabe dónde.

Daishikan quedó estupefacto,ya no tenía duda alguna de lo que el supremo kaiosama le había dicho,aun así no cabía en su mente esa sencilla y pequeña palabra.

-Usted puede hacer lo que quiera conmigo-le dijo entre lágrimas-No puedo impedirlo,pero no olvide esto Gran Sacerdote,si usted me toma será contra mi voluntad. Recuérdelo bien usted, me va a tomarme por la fuerza,porque ni con todo su poder pudo lograr que yo accediera a sus deseos,porque yo me niego a esto porque yo le digo:¡Nnnoooo!-grito desde las entrañas.

Ese "No" sonó potente,como la exclamación de un rey,pero cargada de rabia,de irá,de frustración y dolor,en una palabra; indignación. Pero ese "No" era su única revancha,su único triunfo al no poder defenderse,al tener que simplemente buscar la forma mejor de lidiar con aquel acontecimiento que iba en contra de su recta moral e integridad.
El supremo kaiosama jamás pudo imaginar lo que ese monosílabo causó en el Gran Sacerdote, que estaba como petrificado viéndole ¿Cómo podía ser posible que ese pequeño y tímido shin-jin fuera capaz de negarselo a él?
Confundido soltó las muñecas del supremo kaiosama y se apartó en silencio.

-¿No?- dijo como pensando en voz alta-No...no-murmuro.

Se quedó un rato de pie viendo al shin-jin que se incorporaba con cautela.

-Tú me has dicho no?- hizo una pausa y solto una elegante risa-¿cual es tu nombre supremo kaiosama del universo siete?

Él lo miro,pero no respondió.

-¿Cuál es tu nombre?-reitero,
ahora más amenazante.

-S Shi...Shin.

-¿Shin?-repitió como para recordarlo-Puedes irte, Shin. Tranquilo que no voy a tomar represalias contra ti -le dijo y se dirigió hacia la puerta-Por ahora -murmuró antes de salir.

El supremo kaiosama se quedó allí,asimilando lo que acababa de pasar y un oscuro presentimiento lo estremeció de pies a cabeza.

  

  "No"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora