Doce

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Ese primer día se le hizo largo y extenuante. Tener a un ángel de asistente era realmente incómodo.Para comenzar a él, le disgustaban los angeles,pues le recordaban al Gran Sacerdote;
pero lo que más le irritaba de Merlot,era que le quitaba cualquier instante de privacidad.
Kibito fue su asistente por millones de años y pasaban mucho tiempo juntos,pero siempre le daba su espacio para estar a solas.E n cambio el ángel, estaba ahí todo el tiempo ¿como lo hacía el señor Bills, para lidiar con esa presencia tras él a cada momento? Le hubiera gustado saberlo,porque no llevaba ni medio día y ya quería deshacerse del ángel, que siempre que volteaba a verlo le esvosaba una agradable sonrisa.

Durante el almuerzo,que el ángel preparo para todo quienes vivian allí,Shin ya no fue capaz de contener su malestar,ni siquiera probó la comida y su mirada estaba fija en el plato nada más. En cuanto a Kibito y al antepasado,parecían disfrutar bastante los platillos allí dispuesto.

-¿no tiene hambre,mi señor?-le pregunto Merlot-¿lo que preparé no a sido de su agrado?

El supremo no respondió,la mirada del ángel  a su costado lo hacía sentirse realmente incómodo. Bruscamente se puso de pie y se alejó, Merlot lo siguió y eso desató la molestia de Shin.

-¡por favor! ¡necesito un momento a solas!-le dijo y se giró a él con el ceño fruncido.

-me disculpo-dijo el ángel -pero mi deber es acompañarlo ya sea que usted lo quiera o no.

-¡no,no quiero!-le gritó.

-le ruego que sea comprensivo,a mi,simplemente se me han asignado esta tarea.No tengo nada en su contra ni en su favor-le dijo el ángel.

Merlot tenía el aspecto de un muchacho,pero sus modales tono de vos y forma de hablar eran las de alguien mayor y eso era peor, porque más le recordaba a Daishikan. Pese a eso el Supremo entendía bien que ese ángel, no tenía la culpa de sus aversiones al igual que tampoco la tenía el ángel del dios de la destrucción.
La culpa era del Gran Sacerdote y no era correcto que hiciera pagar a todos por él.

-lo lamento-le dijo al fin-es sólo que todo esto me lo tomé algo mal...

-yo lo entiendo,no a de ser fácil lidiar con tener que ser el único Supremo Kaiosama con un ángel como asistente-le dijo sin ánimo de ofender-pero puede tomarlo como un privilegio también,todo depende de como se miren las cosas-agrego con una simpática sonrisa.

-supongo que si...

-ahora por favor, venga a comer.
Esta algo pálido y eso no es una buena señal -le dijo el ángel señalandole que lo siguiera hasta la mesa.

Resignado el Supremo Kaiosama, regreso a la mesa y comenzó a comer lentamente.No tenía hambre,pero la invisible mano de Zamasu en su hombro izquierdo,le recordó que debía alimentarse bien.

-me das un poco más por favor-dijo al terminar la primera ración.

El antepasado y Kibito se le quedaron viendo al oír aquello. El Supremo Kaiosama, jamás comía más de la cuenta y muchas veces menos de lo requerido. Asumieron que la comida del ángel le gusto y no le dieron más importancia al asunto.

Zamasu,que de pie tras Shin,
observaba la escena,pensaba en como término allí.Todo lo que le dijo al Supremo era verdad,pero se guardo sus motivos. Escogió al Supremo Kaiosama del universo siete, porque a través de él, podía llegar a apoderarse del cuerpo de Goku o de Vegeta o incluso el de Bills,mas el mismo día que se adhirió a Shin, fue testigo de los acosos del Gran Sacerdote y verdaderamente le repugnaba,
por lo demás el Supremo Kaiosama del universo siete, le resultó hasta entonces un sujeto incapaz. No es que opinara muy diferente ahora,pero tal vez el Supremo Kaiosama o Shin,como prefería llamarlo,no iba a resultar tan fácil de manipular.
Por otro lado estaba ese ángel que le causaba una extraña sensación que lo tenía bastante inquieto.

Una vez terminó el almuerzo Merlot, le pidió al Supremo Kaiosama, que le enseñara como realizaba sus tareas diarias,así  terminaron recorriendo el planeta supremo y cada tanto le el shin-jin le señalaba uno de los mundos que llevaba observando, un tiempo.Le hablaba de todo lo que había aprendido de ellos y Merlot parecía tomar notas en su mente. Aquello podía parecer algo un tanto aburrido,pero el Supremo Kaiosama, comenzó a sentirse a gusto hablando de esas cosas y hasta se le olvidó todo lo que lo acongojaba y a cada momento su entusiasmo se renovaba.Así el ángel descubrió que el shin-jin guardaba mucho amor a las criaturas de su universo y las veía con bondad.  Se les hizo tarde así que decidieron regresar al templo. El Supremo parecía cansado así que Merlot, lo llevo hasta la sala y le preparó algo de comer,pero apenas pudo comer la mitad de la deliciosa preparación y se quedó profundamente dormido.
Cuando el ángel regreso,con una taza de té,se lo encontro recostado en el sofá en una posición muy incómoda.

-pero que descuidado es ¿como se fue a dormir en un lugar así?-pensó el ángel.

Sin dejar su báculo cargo al Supremo hasta su cama y lo recostó allí, con mucho cuidado para no despertarlo. La noche estaba fría así que lo cubrió con un par de mantas,cerro la ventana y se retiró a su habitación,mas apenas salió al pasillo una fuerte presencia lo hizo voltear.Con cautela abrió la puerta de la habitación que acababa de dejar y se encontró con un "angel" de su estatura y su misma edad (en apariencia) Estaba reclinado sobre el Supremo Kaiosama, con las manos en la espalda y una sonrisa maliciosa en el rostro que se le borró cuando advirtió a Merlot. Se quedaron mirando fijamente el uno al otro,como si se estuvieran analizando y luego al unisono exclamaron:

-¿quien eres tú?

  "No"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora