Dos

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El ángel aguardo un momento antes de tocar la puerta. Había ido a buscarlo por que el dios se lo pidió. Golpeo la puerta de la habitación,pero no tuvo respuesta así que se tomó la libertad de ingresar,fue cuando escucho el espejo romperse.

-supremo kaiosama ¿se encuentra bien?-preguntó ligeramente preocupado tras esperar un momento.

-sí,sólo tuve un accidente-contesto el supremo desde el interior.

-el señor Bills quiere que vaya a la sala,al parecer el señor Buu no podrá participar en el torneo.

-si,señor Whis,voy enseguida-le dijo mientras se envolvía la mano lastimada en papel higiénico,para detener la pequeña hemorragia y se secaba el cabello con una toalla.

Salió del baño fastidiado y para colmo se encontró con el ángel esperándolo. El supremo no odiaba a Whis,pero le causaba cierta aversión,sustentada en que le recordaba a su padre y no toleraba nada de él. Le disgustaba tener que verle y por desgracia últimamente lo hacía bastante. En ese momento no lo encuentro de ánimos para fingir su habitual gentileza y le dedico una mirada poco amigable al ángel,que le devolvió una gentil sonrisa y con un movimiento de su bastón le curó la mano.

-¡ya está! ¿mejor no?

-sí-respondió el supremo viendo su mano tan tersa como siempre.

El ángel no le preguntó que le había pasado,cosa que el supremo agradecía,pues no hubiera respondido de buena forma.

Mientras caminaban hacia la sala,uno junto al otro,el supremo  tuvo la extraña sensación de que alguien lo observaba desde atrás y no pudo evitar girarse a ver. El pasillo estaba vacío"seguro es él" pensó refiriéndose al Gran Sacerdote que a veces lo espiaba.
Sacudió la cabeza y apartó la idea de su mente.

El torneo del poder finalmente empezó y él tenía la fuerte esperanza de que los guerreros de su universo triunfaran,pero la posibilidad de desaparecer con ellos no dejaba de sonarle atractiva y a medida de que el torneo avanzaba esa idea le sonaba cada vez mejor,aun así actuaba como se esperaba de él,pues disfrutaba las victorias y sufría las derrotas tratando de escapar de la sofocante presencia del Gran Sacerdote.

En algún momento pensó en denunciar sus constantes acosos allí mismo,frente a los dioses,los supremos kaiosamas y los ángeles,ante Zen oh sama y terminar con todo de una vez,pero ¿le crearían? Estaba hablando del Gran Sacerdote,un "no"fue la respuesta que se dió el mismo. En algún momento intentó persuadir a Anat,Ea y Kai para ir a hablar con Zen oh sama,pero se negaron .

"No hay como probar todo eso,Shin y sin pruebas es sólo la palabra de cuatro supremos kaiosamas contra la del Gran sacerdote" le dijo Anat.

Tenía razón. El torneo avanzaba y él cada vez estaba mas agobiado de conocer los pensamientos de Daishikan e inútilmente trataba de concentrarse en algo más, hasta que llegó a la mente de Freezer y n°17.Naturalmente no dijo absolutamente nada al respecto aguardando asi ,a que el plan llegara a funcionar y así fue.
Fue una idea excelente,pero mas extraordinario a los ojos del supremo kaiosama del universo siete, fue el deseo del Androide.
Cuando volaban de regreso a la tierra Goku,le preguntó a aquel individuo porque había cambiado su deseo y n°17 respondo "no quería que esos pequeños bastardos se salieran con la suya" Esa frase sacudió la cabeza del supremo kaiosama. Si un humano podía fastidiar a los dioses ¿porque no podia hacerlo él que era un dios también?
No sabía cómo,pero encontraría la manera de librarse de Daishikan de un modo u otro,ya no podía seguir tolerando que lo minimizara y le robara su paz,su intimidante;su vida.

Al volver a casa de la señora Bulma,esta organizo una fiesta y por supuesto que debió quedarse mas que por deseo propio u obligación,por insistencia de su antepasado. Él sólo quería descansar y le solicitó a Vegeta, que le indicará un lugar tranquilo donde poder retirarse y este le llevó a una habitación apartada en la primera planta,cerca de unos invernaderos. Por fin unos momentos de paz que venía añorando hace mucho. La habitación era una sala que tenia un sillón que para alguien de su estatura,era perfecto para dormir y en el se recostó. Cuando comenzaba a perder la conciencia escucho una vos masculina,educada y algo cansina que le dijo:

-pero que mal luces,supremo kaiosama.

El mencionado se levantó de un salto mirando a todos lados en busca del dueño de la voz,pero sólo una risa burlona resonaba en el aire.

  "No"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora