Once

1.5K 177 18
                                    

El Gran Sacerdote,se apartaba de su breve descanso cuando un fuerte dolor en el pecho,que lo hizo caer sobre el diván otra vez. Era un dolor tremendo,como si el corazón le fuera a estallar,le corto el aire y lo sacudió de pies a cabeza.Trato de levantarse sin lograr otra cosa que el dolor aumentara. De cara al techo y aferrándose al piso trataba de no gritar,nunca había sentido un dolor semejante.

-todo esto es tú culpa-logro artícular-tu culpa,Shin.

Desde que había visto en aquella esfera de energía negativa que le arrebató al supremo kaiosama la forma en que este lo veía,que una serie de malestares lo venían afectando,no estaba seguro de ¿cómo? o ¿por qué?,mas responsabilizaba al Supremo por ello,pues él le causaba una especie de dicotomía que lo atormentaba cada vez que se le ocurria pensar en ella. ¿que era eso que que le impedía reclamar lo que quería? Se lo pregunto muchas veces y aún así nunca llegaba a la respuesta o mas bien la evadia. Ese dolor en el pecho se intensificaba a cada momento al igual que su temperatura corporal que lo llevo a desgarrarse la camisa que usaba para descansar. Se volteó boca abajo para apoyarse en sus manos e intentar levantarse,pero término como en un trance después de lanzar un grito que estremeció el palacio de zen oh sama.

En su templo el dios meditaba respecto a varias cosas, recostado sobre uno de los sofás de la sala.Últimamente su ángel iba de un lado a otro,por el castillo, con una expresión seria y en profundo silencio. Su humor había cambiado desde que habían regresado del planeta supremo y eso era algo que al dios le disgustaba. Había decidido no contarle al ángel del intento de suicidio del Supremo Kaiosama,pues eso lo preocuparía aún más,pero tampoco sabía cómo lidiar con todos esos acontecimiento él solo. Tampoco sabía porque le causaba tanto malestar aquel asunto de Daishikan,o quizás si y sólo se negaba a recordar su propio origen. Realmente quería ayudar al muchacho,no por él o por su propio ser,sino por su ángel aquien veía mortificado por todo aquello. ¿como se había enterado? No lo sabía y no iba a preguntarselo,tal vez siempre lo supo. De cualquier modo era entre ambos un tema implícitamente tabú.Otra cosa que no se apartaba de su mente,
era lo que había visto al volver después del incidente con el Supremo Kaiosama. Su ángel y su hermana Vados,que estaba al servicio de su hermano Champa, hablaban algo muy discretamente en el jardín,pero apenas notaron su presencia se despidieron. Ella estaba sola y eso ya era extraño. No era asunto suyo lo que su ángel y su hermana hablarán,pero le disgustaban los secretos y misterios en general. Era como estar atrapado en un acertijo y eso al final siempre terminaba bastante mal,pero el mismo estaba escondiendo cosas o eso creia porque a lo largo de su vida pocas cosas fue capas de esconder del ángel.

La última situación que lo tenía meditabundo era la expresión del Supremo Kaiosama, cuando hablaban tras rescatarlo del lago
Era curioso que alguien lo mirara amorosamente a él, a quien todos le temian u odiaban,pero más allá de eso era lo tenue que le resultaba la figura del supremo. Se veía tan lánguido y frágil,que si le puso la mano sobre la cabeza fue para asegurarse de que estaba ahí y no se desvanecia en su presencia.

El ángel deseaba ver al Supremo Kaiosama, mas que nunca,pero no podía sólo ir y presentarse en su palacio sin el dios. Podía mirar atraves de su bastón,mas consideraba aquello una impertinencia de modo que debía aguardaba a que algo surgiera para acudir a dicho lugar. Caminaba por el palacio pensando en eso cuando la presencia del Gran Sacerdote, lo hizo subir hasta la sala para encontrarse con su padre sujetando por el cuello al dios con una mirada de odio salvaje,
que lo pasmo.Bills luchaba por apartar ese grillete que era la mano de Daishikan,intentando darle un puñetazo. Sus brazos eran más largos logro conectar el golpe,pero pareció desprovisto de toda fuerza,aun que Whis, muy bien sabía que no era así. Era el aura oscura que se desprendía del cuerpo del Gran Sacerdote lo que más desancajaba al ángel, que apenas reaccionó a intentar darle un golpe a su padre quien,sin esfuerzo y con un mínimo movimiento de sus dedos arrojó a su hijo contra la pared.

-no te metas en esto,Whis-le dijo y volvió su mirada al dios-cierto es que no puedo matarlo señor Bills,pero eso no significa que no pueda darle un escarmiento. No imagina las cosas que se pueden llegar a hacer con una criatura, sin tener que matarla y a la vez enseñarle un mundo de dolor. Esta es una advertencia,la próxima vez que le pongas tus sucias garras encima al Supremo Kaiosama, no tendré clemencia-dicho eso se fue.

Bills calló al suelo inconsciente y el ángel se mordió los labios de rabia mientras se levantaba de los escombros. Algo extraño vio en su padre,algo mucho más amenazante que de costumbre.

  "No"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora