Two Moons [•Showki•]

25.- Dulce.

Kihyun corría increíblemente rápido. A Hyunwoo le costaba seguirle el paso o quizás estaba demasiado concentrado en el lobo blanco frente a él, su gracia e imponencia lo hacían sentirse orgulloso de alguna forma. Su pelaje claro se veía suave a la luz del sol y Hyunwoo sentía ganas de mezclarse con él. Apresuró sus patas y lo alcanzó, los ojos azules del lobo blanco se clavaron en él durante una milésima de segundo, una milésima de sentimientos infinitos en en ellos. Luego aulló al camino que tenían por delante. Allá en el bosque oyó respuestas de algunos integrantes de su manada a modo de saludo. Kihyun se fue mezclando con la arboleda y pronto se encontraron saltando sobre el suelo desnivelado y las enormes raíces de los árboles. Hyunwoo puso en práctica todos sus conocimientos en la naturaleza, sus patas se sentían bien tocando la tierra. Kihyun iluminaba el bosque con su color neutro contrastando el lugar. Se detuvo junto a un arroyo donde la maleza no llegaba y la hierba era corta. El menor se movió incitándolo a atraparlo. Hyunwoo volvió a aullar y tomó carrera antes de lanzarse sobre el lobo blanco.

Kihyun adoptó una pose sumisa bajo su cuerpo. Hyunwoo lo acarició con el hocico detrás de las orejas y lo lamió tiernamente. Kihyun gruñó mientras se transformaba en humano. Hyunwoo en su forma lobuna lo miró extrañado. Se transformó para encararlo.

-Kihyun, ¿Estás en celo?- inquirió mirando las orejas y la cola que no desaparecían de su pareja. El menor se estremeció y no contestó como si su lado animal estuviera apoderándose de su mente. El dolor y el calor aumento en su cuerpo y Kihyun se retorció gimiendo. Sus orejas blancas se movieron hacia abajo y miró a Hyunwoo como si fuera su salvación. El mayor pareció entenderlo cuando Kihyun le rodeó la cintura con las piernas en busca de una fricción que sacudió por completo a su lobo. Su lobo arañaba bajo la superficie de su piel humana exigiendo que atendiera a su pareja, que le diera placer, que mezclaron sus calores, que sean uno justo allí con la naturaleza rodeándolos. Kihyun gimió dispuesto a todo y allí mismo. Hyunwoo lo miró con ojos profundos.-¿Estás seguro?- preguntó. La respuesta de Kihyun le llegó en forma de un beso dulce y casi suplicante. El alfa mayor correspondió. Los labios de Kihyun estaban sensibles ante el simple toque. Su cuerpo exigía todo lo que su pareja podía darle. Hyunwoo lo cubrió con su cuerpo, la temperatura se sintió elevada entre ambos. La brisa acarició sus cuerpos mientras sus pieles se estremecían en caricias mutuas. Hyunwoo delineó con sus dedos el dulce contorno del menor. Los vellos de Kihyun se erizaron y gimió al tacto. Sus ojos brillaron cuando parpadearon entre el resplandor que metía entre los árboles. Hyunwoo acarició las caderas del contrario, luego profundizó el beso metiendo su lengua dentro de la boca de Kihyun. Los gruñidos se desataron desde lo más hondo de su ser. Se deseaban, se necesitaban.

El mayor comenzó a fregarse contra el cuerpo de Kihyun. Sus pezones se rozaron juntos y sus corazones conectaron latiendo al mismo tiempo. La erección de Hyunwoo rozó entre los muslos de Kihyun y éste gimió extasiado.

-Mgh...~ Te necesito.- dijo Kihyun y se aferró a Hyunwoo capturando su cuello con las manos. El mayor se estremeció, en la posición en la que estaban Kihyun no le permitía prepararlo. Necesitaba prepararlo. Aunque el instinto primitivo de animal lo quería arrastrar a hacer el amor salvaje con Kihyun. Era tentador.-Por favor, tómame.- Kihyun le rodeó la cintura con las piernas y su lobo se puso eufórico como el infierno. Dios. Era demasiada sumisión, demasiado atractivo para un alfa. Lograr que otro de su tipo se doblegara a su fuerza por propia voluntad era excitante, aunque sí debía ser sincero, la parte testaruda y difícil de Kihyun también le atraía. Lo volvía loco en todas sus facetas. El fuego le consumió el cuerpo entero y embistió a Kihyun sin penetrarlo. A Kihyun parecía gustarle eso porque buscó más y más de ello. Hyunwoo comenzó a besarle el rostro y el cuello con dulzura. Podía sentir sobre ellos la esencia de ambos hacerse fuerte y mezclarse tan bien.