CAPÍTULO 16

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Regla #9: Nunca te olvides de pensar también en ti.

Esta vez Emmanuel si cumplió su palabra, faltaban veinte minutos para las diez cuando mi celular sonó avisándome de un nuevo mensaje. Cuando leí el mensaje supe que ya no había vuelta atrás, en el mensaje venía una dirección y un itinerario, al parecer ella solo acudía a ese sitio ciertos días de la semana y en cierto horario.
Llevo media hora pensando si le digo la noticia a Dorek hoy o espero hasta el día de mañana, se que no puedo perder tiempo, ya que Dorek tenía guardias en el hospital precisamente los días en los que su novia asistía a lugar de la dirección.

Suspiro con cansancio y tomo la decisión de enviarle un mensaje, tal vez con suerte el este demasiado ocupado en este momento para responder me. En cuanto envío el mensaje siento como una presión se instala en mi pecho y sube a mi garganta impidiendome respirar correctamente.
No ha pasado ni cinco minutos cuando mi celular suena con el tono de una llamada entrante, lo observó con dolor sabiendo quien es el que llama a esta hora, observo la pantalla corroborando mis sospechas, la sensación en mi pecho aumenta y se que debo responder así que tomo el celular.

—¿Hola? —no entiendo porque mi voz salió tan insegura.

—¡Eres increíble niña! —su voz suena tan alegre que hace que duela un poco el pecho— no sabes como te agradezco que hayas conseguido está información.

Cierro mis ojos sintiendo como la presión en mi pecho amenaza con convertirse en llanto —te prometí que te ayudaría a encontrarla.

—Lo se niña, y no se como agradecerte —su respiración se escucha tan acelerada por la emoción— voy a tener que cambiar mi guardia del jueves no creo que nadie quiera cambiarme la del sábado.

—Yo no te la cambiaría, pero estoy segura que encuentras a alguien que te cambie la del jueves.

—Por mi iría a buscarla mañana mismo pero dudo que alguien me cambie el día y menos de un día para otro —escucho como se ríe, es una risa que refleja todas las emociones que está sintiendo pero además se escucha como si encontrará de cierta manera alivio— niña lo siento, tu deberías estar dormida, te dejo nos vemos el miércoles en la universidad.

—Claro.

—Descansa niña.

—Gracias e igualmente.

Él es quien corta la llamada y es entonces que puedo soltar el aire que en cierta forma estaba conteniendo. Yo sabía que su corazón le pertenecía a otra persona y se que estoy haciendo lo correcto en ayudarlos a reencontrarse pero eso no quita que me duela.

Otra noche sin poder dormir a este paso iba a parecer oso panda, con las ojeras cada vez más marcadas y mi semblante no se veía muy bien tampoco. Esta vez sí me maquillo antes de salir de casa, no tengo porque estar triste por el contrario tengo que estar feliz por Dorek, después de todo así es cuando uno quiere a una persona, siempre se busca la felicidad de la otra antes que la de uno.

Llego a la universidad y agradezco que todo este saliendo bien en mi día eso me ayuda bastante a mantener mi actitud positiva. Desgraciadamente Nico no vino el día de hoy, al parecer se había saltado las clases para pasar el día con Paloma. Otra cosa que había ayudado era saber que el profesor me había puesto un excelente en el avance de mi proyecto, e incluso había dicho que estaba muy interesado en ver los resultados finales de mi proyecto.

A Nadia no la vi hasta la hora de salida y le pido que si puedo ir a su departamento, necesito de mis amigos en estos momentos.

Cuando llegamos al departamento de los mellizos lo primero que escuchamos al abrir la puerta es música que proviene de la recámara de Nico. Nadia resopla con fastidio antes de azotar la puerta, enseguida veo como se dirige con pasos acelerados a la habitación de su hermano, toca fuertemente esperando alguna respuesta pero nadie le responde.

Corazón Vertiginoso (Saga #1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora