CAPITULO 8

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Regla # 19: Siempre encuentra lo divertido a cualquier situacion.

VIELKA

Después de haber pasar dos horas conviviendo con la familia de Dorek, pude ver al verdadero Dorek, este era una persona que no conocía, era sumamente cariñoso y protector con sus hermanos a pesar de ser de los menores, lo cual me sorprendió ya que en un principio pensé que Edric era menor que él, me gusta más este Dorek lleno de alegría, varias veces me perdí viendo lo guapo y atractivo que se veía cuando sonreía e incluso Edric llegó hacer una broma de cuan mojado tenía yo el suelo de su sala, comentario que hizo que tanto su padre y Dorek le dieran un buen manazo en la nuca, hecho que la verdad nos hizo reír bastante.

Al finalizar el día los hermanos decidieron que deberíamos ir a ver los fuegos artificiales a la playa pero que antes deberíamos ir por unos tragos a un bar. Así que aquí estábamos sentados en una mesa en un bar bastante agradable, donde cualquiera podía ir hacia el micrófono y comenzar a cantar o tocar la guitarra, de hecho me sorprendió escuchar lo bien que cantaba Natán, el hermano mayor de los Smythe, y su novia no se quedaba atrás, aunque notaba que ella no era del agrado de los hermanos sobre todo de Sarahí que no podía evitar torcer los ojos cada que la escuchaba hablar, lo cual me pareció muy extraño ya que no parecía mala persona. Nadia no paraba de coquetear con Edric y Nicolás no perdía oportunidad para decirle cuan arrastrada se estaba viendo, la verdad para mí no era nada raro la actitud de ellos, ya que desde que los conozco siempre han sido así.

—Nadia —le habla Sarahí en tono serio— yo que tu no seguía insistiendo, él podría contagiarte algo.

Dorek comienza a reírse mientras que Edric se hace el ofendido —otra más que me dice puto.

—Ella no ha dicho nada —dice entre risas Natán— has sido tu —Melissa llega nuevamente a la mesa después de haber ido al sanitario, pero en vez de sentarse a lado de Natán esta se sienta sobre las piernas de Natán, lo único malo es que era demasiado posesiva con él y tal vez fuera la razón por la cual no era del agrado de sus hermanos.

Sarahí no puede contenerse ni un momento más  —Melissa que no estás viendo que estamos en un lugar público —al decir esto se gana una mala mirada por parte de Natán pero esto no le importa al igual que la aludida.

Dorek se levanta de su asiento y me tende la mano, actitud que me toma totalmente desprevenida pero aún así la acepto, estoy tan absorta en la sensación de su mano entrelazada con la mía que no me di cuenta hacia donde nos dirigíamos hasta que me suelta la mano y lo veo sentarse en el banquito donde estaba apoyada la guitarra que minutos antes su hermano había tocado.

—Es nuestro turno.

Abro tanto los ojos que de verdad siento que se me iban a salir de las cuencas, comienzo a negar con la cabeza pero él me ignora y comienza a tocar la guitarra, era una melodía que conocía muy bien, así que suspire resignada y comienzo a cantar, para mi sorpresa cuando terminamos todos aplauden, siento que las mejillas me arden de la vergüenza, al llegar a la mesa Edric es el primero en hablar.

—Gracias al cielo dejaste de cantar, pensé que mis oídos se iban a reventar.

Me giro hacia Nadia que se sacaba de los oídos unas pequeñas bolitas de papel, me giro hacia Nico y este haciendo exactamente lo mismo.

-—Cariño, no te sientas mal yo también lo hago terrible —dice Sara con una gran sonrisa— y Edric parece un animal mal herido así que ignóralo.

Después de eso Edric se levanta de su asiento y me guiña el ojo y va directo hacia el micrófono y toma una de las guitarras que estaban ahí, apenas comienza a cantar y me doy cuenta que realmente el único con talento para cantar es Natán, aunque tenía que aceptar que era muy bueno tocando la guitarra.

Media hora después de que todos cantaran ya que al parecer eso era una tradición de los hermanos, sin importar cuan mal se les diera a otros, ellos lo hacían por pura diversión. Salimos del bar y caminamos dos cuadras hasta llegar hasta la playa en donde ya había varias personas esperando por los fuegos artificiales, al parecer este fin de semana comenzaban las festividades por aniversario de la ciudad.

Nunca voy a olvidar esta noche, siempre guardare en mi memoria como los fuegos artificiales se reflejaban en la negrura del mar, fue sin duda una noche mágica.

A la mañana siguiente después de haber desayunado todos nos fuimos a la playa e incluso Natán que trabajaba en el taller de la familia, la única que no fue Melissa quien al parecer estaba muy ocupada en el gimnasio, después Sarahí nos explicó que quería participar en un concurso de belleza, motivo por el cual se mataba todo el tiempo en el gimnasio, esto me lo dijo mientras estábamos recostadas sobre la arena, mientras que Nadia, Nico y los demás jugaban volly ball, yo no quise jugar ya que soy un asco en cualquier deporte en cambio Sarahí decidió acompañarme un rato, motivo por el cual ambas estamos disfrutando de la tranquilidad sin todo el bullicio de los demás.

—Me alegro que Dorek se fijara en ti.

Yo bien podría ser la hija del exorcista ya que mi cabeza gira tan rápido que bien me la pude haber dislocado pero es que las palabras de Sarahí me toman por sorpresa —creo que te equivocas.

Ella esboza una sonrisa —no lo creo.

Comienzo a negar con la cabeza —yo solo intento ayudarlo a encontrar a su ex.

Mi respuesta toma por sorpresa a Sarahí, ya que su sonrisa se desvanece en cuestión de segundos y noto como frunce los labios antes de hablar —no creo que eso sea bueno para ti —ella gira su rostro hasta donde esta su hermano— no me mal entiendas ella es una buena persona pero mi hermano no fue suficiente para ella y la situación entre ellos no terminó muy bien —vuelve a mirarme— tú estas cada vez más cerca de sentir algo por él, no creo que eso sea sano para ti —agacho la mirada y cuando la levanto ella tien una sonrisa nuevamente en sus labios— ojalá pueda ver lo buena que puedes ser para él.

Después de eso ella se levanta y al parecer decide que ya es momento de jugar, tal vez su intención no era dejarme hecha un lío, pero lo cierto es que no dejo de pensar en sus palabras, era cierto que entre más pasaba tiempo con Dorek más me gustaba pero de eso a tener sentimientos por él, la verdad era que estaba muy lejos de eso.

Rato después de que terminaron su partido, las chicas y yo decidimos ir a jugar un rato al mar, según nosotras tratábamos de escapar de las olas y más de una vez estas nos alcanzaron, la verdad no paraba de reír después de que una de estas nos revolcara y la verdad es que no nos percatamos que detrás de esta venía una más grande lo que hizo que mi cuerpo girara varías veces una vez que deje de girar fue el grito de Edric el que me hizo darme cuenta donde había caído, mi cabeza había aterrizado justo en las partes nobles de Edric.

—¡Demonios! ¿le tenías que atinar a mis pokebolas?

Me levante totalmente apenada y Dorek se coloca rápidamente frente a mí, su rostro se ve serio pero no puedo evitar sorprenderme al ver que se quita la playera, ya había visto lo bien trabajado que tiene el abdomen pero tenerlo tan cerca, solo podía significar una cosa debía de estar en el cielo, vuelvo en mi cuando siento que desliza su playera por mi cabeza, la verdad no entendía nada a que se debía esto.

—Pronto mete las manos en las mangas —su voz se escucha algo ronca pero seguía sin entender nada hasta que él hace un gesto con la cabeza hacia mis pechos y es cuando me doy cuenta que había perdido la parte de superior de mi bikini así que meto rápidamente las manos dentro de la playera con ayuda de Dorek— tú no tienes remedio niña -—y de pronto hace algo que nunca me habría esperado de él, me abraza, pero mientras me tiene abrazada comienza a reírse, estoy tan pegada a su cuerpo que siento como se mueve su pecho precisamente donde yo tengo apoyada la cabeza— tú, ya levántate no seas tan dramático —dice entre risas y coloco su brazo sobre mis hombros.

—Como a ti no te han dado en los panditas —Edric sigue sin poder ponerse de pie.

Y de pronto recordé el motivo por el cual me sentía tan avergonzada hace unos minutos, yo había golpeado sus partes nobles de Edric con mi cabeza y no solo eso sino que había perdido la parte de arriba de mi traje de baño, estas cosas solo me podían pasar a mí.

Corazón Vertiginoso (Saga #1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora