CAPÍTULO 22

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Regla #12 Nunca sueltes un sueño, tarde o temprano lo puedes volver una realidad.

—¿Podemos hablar?

En respuesta solo puedo asentir con la cabeza, permanecemos unos momentos más abrazados, él me separa de su abrazo y me da un beso en la frente.

—Vamos mi niña —me extiende su mano, la tomo y él se encarga de entrelazar nuestros dedos.

Caminamos nuevamente hasta la casa de Mia para recoger su motocicleta, una vez que nos subimos en esta Dorek la enciende y comenzamos avanzar, salimos de la privada y no se hacia donde vamos hasta que reconozco algunos locales y me doy cuenta que vamos al café de siempre.

Nos sentamos en una mesa después de pedir un postre para los dos.

—Ahora que ya pude cerrar ese capítulo en mi vida —toma con su cuchara un trozo del pastel y se lo mete a su boca, lo saborea de una forma que automáticamente cierro aún más mis piernas —te quiero niña —el trozo de pastel que estaba a punto de meterme a la boca cae sobre mi pantalón, Dorek me sonríe y me extiende una servilleta.

—Gracias —limpio el desastre que hay en mi pantalón, levanto mi rostro y Dorek continúa con esa sonrisa socarrona, extiende su mano y toma una de mis manos temblorosas.

—Te quiero niña, no te había dicho nada por que me negaba a sentir algo —él niega con la cabeza— aunque creo que todo mundo se dió cuenta de mis sentimientos hacia ti.

—Menos yo —él me sonríe una vez más y con su dedo pulgar comienza hacer pequeños círculos sobre el dorso de mi mano.

—En cambio yo si me di cuenta de que tu sientes lo mismo que yo.

Siento como el calor se me sube al rostro y él suelta esa ronca carcajada que alborota mis hormonas —¿Tan obvia he sido?

El asiente con la cabeza —Entonces —él me mira fijamente y si no fuera por que estoy sentada mi tanga ya se hubiera caído— ¿Quieres que intentemos ser algo más que amigos?

Es oficial, me he muerto y esto es como el infierno burlándose y atormentándome, es mi castigo por haberme enamorado de un hombre que ya había entregado su corazón.
El sonido de mi celular se escucha incluso a lo lejos y eso que lo tengo sobre la mesa, Dorek me sonríe y responde la llamada.

—Hola Nadia.

Definitivamente estoy en el infierno, si mi amiga aparece en esta realidad alternativa es porque estoy en el infierno y ella solo aparecerá para burlarse de mi.

—Tranquila, ella está aquí conmigo —Dorek frunce sus deliciosos labios—aunque parece estar en shock, te juro que no le he hecho nada, solo le dije que si podíamos ser algo más que amigos y desde entonces lleva buen rato sin hablar —no se que es lo que Nadia le estará diciendo pero su sonrisa se ensancha— no te preocupes yo la cuidaré —lo observo finalizar la llamada y me sonríe de una manera que siento que en cualquier momento voy a perder el conocimiento si sigo reteniendo la respiración, Dorek se acerca más a mi y apoya la palma de su mano sobre mi mejilla, cierro mis ojos ante la sensación de su piel sobre la mía, sin ya poderlo evitar doy un gran suspiro y este es interrumpido por unos labios que dejan pequeños besos sobre mis labios, cierro aún más fuerte mis ojos y me dejó llevar por este sueño del cual no quiero despertar.
No sé cuánto tiempo pasa pero cuando Dorek separa sus labios de los míos, estos se sienten abandonados, abro mis ojos lentamente y él sigue con esa maldita sonrisa que me vuelve loca —¿Sigues en shock?

Aclaro mi garganta —si este es el infierno no quiero irme de aquí nunca.

Su risa ronca resuena no solamente en mis oídos sino que también en mi interior —¿Por qué piensas que estamos en el infierno?

Corazón Vertiginoso (Saga #1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora