Bajo el mismo techo | Ross Lynch

Capítulo 4: Celos.

Respiré profundo, intentando no maldecir, y cerré la puerta de mi auto. Vi de reojo como Lily acomodó su ropa apenas bajó del auto, ignorando por completo la alarma que gritaba mi rostro. ¿Qué haré? Seguramente el pervertido de Ross debe estar dentro de casa. ¿Qué le digo a Lily? ¿Que Ross es la persona que me robó un beso? No, no puedo decírselo.

-¿Sucede algo?-Preguntó Lily al ver que estaba inmóvil mirando el auto de Ross.

Parpadeé.

-¿Eh? Oh... no, nada.-Respondí distraída-. Sólo...

Me miró de forma curiosa.

-¿Sólo...?

Lo pensé mejor, solté un suspiro, y negué con la cabeza.

-Nada.

Lentamente caminamos en dirección a dentro de la casa, con nuestras pertenecias sobre los brazos. Mi corazón latía como loco, una reacción común cuando estaba cerca de Ross y el cuál no sabía como sentirme al respecto. Tampoco quería pensarlo demasiado, él no debía significar absolutamente nada en mi vida. ¿Verdad?

Cuando entramos a la sala, había unas cuantas maletas a un costado del living.

-¿Y eso?-Preguntó Lily.

Miré las maletas de reojo.

-Deben ser de él.-Respondí.

-¿Él?- Preguntó extrañada.

Suspiré al recordarlo.

-Mi nuevo tutor.

Sentimos como alguien bajaba de las escaleras, ambas giramos y vimos como Ross lentamente bajaba. Lily se quedó con la boca abierta cuando lo vio.

Traía un traje negro, el pelo un poco alborotado y una sonrisa en sus labios cuando me vio. Esa sonrisa que me deslumbra y a la vez me molesta. Su sonrisa... ¿Divertida? ¿Perversa? No lo sé... simplemente cuando la veo, es una mezcla de amor y odio.

-Buenos días, señoritas.- Saludó Ross formalmente y sonrió.

-H..Hola.- Respondió Lily. Mientras me miraba extrañada. Buscando una explicación.

Apunté a Ross con mi mano.

-Él es... Ross Lynch. Será mi tutor durante el tiempo que mis padres no estén, también se encargara de algunas cosas en la empresa de mi padre.- Apunté a Lily-. Ella es Lily Monroe, mi mejor amiga.

-U..Un gusto...- Lily extendió su mano. Parecía un poco nerviosa ante la presencia de Ross.

Ross mostró una espléndida sonrisa que hizo a mi corazón latir.

-Mucho gusto señorita Monroe.

Tomó la mano de Lily, lentamente la acercó a sus labios y dejó un suave beso en sus nudillos.

Lily se sonrojó.

¿Qué rayos...?

-Lily... será mejor que vayamos a mi habitación.- Tomé la mano de Lily y nos dirigimos hacia las escaleras-. Ve tú primero, yo voy luego.- Murmuré.

Ella me miró extrañada.

-Bien...

Esperé a que Lily subiera las escaleras y se fuera hacia mi habitación con su mochila en hombros. Cuando desapareció de mi vista, lentamente giré hacia Ross.

Tenía sus manos en los bolsillos, con una sonrisa en su rostro mientras me miraba fijamente.

-¿Qué fue eso?- Pregunté, por alguna razón enojada.