Mi corazón comenzó a moverse de una manera que no sabía que podía y al mismo tiempo se llenó de emoción.
¿Yo? ¿Su novia?
-Dios... ¿Te duele mucho?- Preguntó con el ceño levemente fruncido, preocupado.
No respondí. Las palabras no me salían aunque intentara con todas mis fuerzas. Solo lograba mover levemente mis labios como si estuviera hablando, pero no salía nada.
Ross lentamente trasladó su mirada de mi brazo y llegó a mis ojos.
-¿Polluelo?
Sus ojos sobre los míos me ponían aún más nerviosa. Aunque extrañamente... me dieron el valor para hablar. Necesitaba saber si oí bien, si lo que escuche fue la palabra...
-¿N..Novia?- Pregunté nerviosa.
Ross me miró por unos segundos, y viendo a través de mis ojos, supo lo que me sucedía. Mostró una leve sonrisa divertida y soltó un suspiro mientras miraba hacia abajo, buscando las palabras correctas.
Luego de unos segundos, habló.
-De verdad piensas, que luego de haber confesado cuales eran mis sentimientos y... besarnos. ¿Seríamos solo amigos?
No pude evitar sonrojarme hasta la muerte por sus palabras. Me sonrió y eso empeoro aún más los latidos de mi corazón. Sentía como mis mejillas ardían y me fallaban las palabras al hablar.
-Y...Yo pensé...
-¿Qué no éramos nada?- Terminó la frase por mi.
Lentamente asentí.
Ross bajó su mirada, sonriendo un poco avergonzado.
-Por un momento yo también lo pensé...-Murmuró-. ¿Pero sabes? Luego me di cuenta, de lo mucho que significabas para mí. De cuanto me gusta estar contigo, y estar cerca de ti. Como también, lo molesto que me pondría si algún chico intentara acercarse a ti buscando no precisamente una amistad.- Sus ojos se clavaron en los míos-. Y entonces por primera vez en mi vida, tuve un sentimiento de egoísmo: Quería que fueras mi novia....-Guardó silencio-. Quiero que seas mi novia.
Mis mejillas ardieron.
-¿Tú... quieres serlo?- Mostró una leve sonrisa.
Un sentimiento extraño y agradable brotó por mi pecho esparciéndose por todo mi cuerpo, dejando una hermosa sensación. Estaba de acuerdo con Ross, yo también tuve un sentimiento de egoísmo y por un momento desee que solo fuera mío. Me sentí un poco avergonzada al pensarlo, por lo que rápidamente lo deseche de mi corazón guardándolo en algún rincón. Pero al ver que no era la única que me sentía de esta forma, sin darme cuenta ese sentimiento volvió.
-Si.- Respondí. Mi voz era un poco baja, pero aun así trate de sonar lo más segura posible. Después de todo, es algo por lo que estuve esperando que sucediera desde hace tiempo, aunque hace poco me haya dado cuenta cuales eran mis sentimientos.
Lentamente comenzó a distinguirse en sus labios una dulce y tímida sonrisa que no había visto jamás. En realidad, nunca había visto esta parte de Ross. Él siempre se comportó burlón y un poco pervertido, también a veces malhumorado. Pero, al verlo a los ojos... tengo la leve sensación de que soy la única capaz de ver esta agradable forma de Ross.
Su voz hizo que mi corazón temblara.
-Me parece perfecto...- Sonrió de lado-. Además...- Puso su mano sobre mi cabello y enseguida lo alborotó un poco-. ¿Quién querría a un Polluelo tan pervertido como vos?
-Que.... ¡Tú eres el pervertido aquí!- Respondí avergonzada.
Ross sonrió.
Sin darme mucho tiempo, tomó mi rostro entre sus manos y atrajo el suyo hacia el mío. Sus labios estaban sobre mis labios besándolos suavemente. Con mi corazón a mil por hora, correspondí su beso llevando mi mano sana, hacia su rostro de la misma forma que él lo hizo. Sentí como sonrió entre nuestro beso y bajó una de sus manos hacia mi cintura atrayéndome más hacia él y besarme de una forma muy hábil, dejándome sin aliento.
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Bajo el mismo techo | Ross Lynch
FanfictionSer hija de famosos empresarios no es nada fácil. Están muy ocupados en reuniones, cenas, viajes; siempre ausentes para pasar el día a mi lado. Pero aún así, tratan de que el mínimo tiempo que les quede libre y sin ninguna responsabilidad, lo pasen...