Capítulo 31: "-¿No es nada malo, no?"

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Luego de leer el mensaje y pensar por unos cuantos minutos, decidí ir al encuentro.

Tomé las llaves de mi auto, le dije a Camila que se encargara de los informes y bajé al estacionamiento.

Mientras salía del edificio, mi mente estaba llena de preguntas. ¿Acaso al fin podre separarme de ella? Es un sentimiento extraño, hace tanto tiempo vengo evitando este momento y finalmente hoy volveré a verla. Todavía es algo doloroso, realmente ella fue muy importante para mí... pero gracias a lo que sucedió aquel día, lo que sentía por ella se convirtió en todo lo contrario... es algo triste.

Suspiré y sacudí un poco mi cabeza. No puedo estar pensando esto ahora, ya es demasiado tarde. Sé muy bien quien es la persona más importante para mí en estos momentos, y es por eso que haré todo lo posible por no hacerla sufrir.

Apreté el acelerador y el auto comenzó a moverse rápidamente por la carretera en dirección al departamento de Cynthia.

(Tn)_________ P.D.V

Antes de ir a la parada del autobús, decidí comprar unos de mis caramelos favoritos en una pequeña tienda que está del otro lado de la calle.

Busqué el dinero en mi mochila y finalmente lo encontré. Caminé hacia aquella tienda y una joven señora estaba atendiendo el negocio. Pedí los caramelos que quería, pagué el precio y la señora muy amablemente me los entrego.

Mientras comía mis caramelos, decidí seguir por mi camino hacia la parada del autobús, ya que si no llegaba a casa, tal vez Ethan y Lily serían capaz de llamar a la policía por no recibir mi mensaje.

-Los caramelos están deliciosos...- Murmuré mientras caminaba.

Llegué a una esquina que tenía que cruzar para llegar finalmente a la parada. Pero cuando estaba a punto de dar un paso hacia adelante, un auto lentamente paro al lado mío.

-¿_______?- Oí una voz un poco familiar.

Extrañaba miraba como la puerta de aquel auto se abría. Unos cabellos cobrizos me hicieron dar cuenta de quien se trataba.

-¿Bryan?- Murmuré.

Llevaba puesto un pantalón, una camiseta y una chaqueta negra. Se veía completamente normal a comparación a la otra vez.

Se veía genial.

Terminó de bajarse de su auto y lentamente se acercó a mi.

-¿Eres _____, cierto?- Preguntó un poco inseguro.

-Um... sí.

Sonrió.

-Estuve esperando tu llamado pero nunca llegó... ¿Ya arreglaste tu auto?

-Oh... um...- Murmuré un poco incómoda.

Guardó silencio.

-¿Recuerdas quién soy?- Preguntó algo divertido.

-Si, claro.- Asentí-. Solo...- Me detuve.

-¿Solo...?

Me siento un poco extraña estar hablando con él como si fuéramos buenos amigos. No lo conozco, y cuando estoy con él... siento como si fuera algo malo.

-No es nada...- Respondí en voz baja.

-Oye... ¿Te sientes bien? Estas un poco palida.- Habló viendo detenidamente mi rostro.

-Yo...

-Ven, vamos...- Tomó mi mano-. Te voy a invitar un café...

Mi corazón comenzó a acelerarse. ¿Por qué toma mi mano?

-O..Oye, espe...

-Vamos... es solo un café. Conozco uno muy bueno por aquí cerca.- Me interrumpió.

Sin soltarme la mano, Bryan me condujo hacia el otro lado del auto y abrió la puerta del acompañante. Dude unos segundos si subir o no... pero decidí hacerlo. ¿No es nada malo, no?

En ese momento nunca pensé que me arrepentiría después...

Ross P.D.V

Estacioné mi auto en frente de un elegante edificio. Me encontraba cerrando la puerta de mi auto para luego ponerle seguro mientras miraba atentamente cada detalle del edificio. Al parecer, era de más o menos siete pisos y quien sabe que más. Si no mal recuerdo, es uno de los edificios más costosos de la ciudad.

Sin duda...

-Ella no cambió nada...- Suspiré.

Llegué a la puerta de ese enorme edificio y busque el número de su departamento. Era el número 902. Toque el timbre de su departamento, y la puerta automáticamente se abrió. Al parecer, sabía que iba a venir...

Subí por el ascensor hacia el tercer piso. Apenas las puertas se abrieron, por alguna razón, comencé a ponerme algo nervioso. Respiré profundo y antes de que las puertas se cerraran, salí hacia el pasillo.

Después de unos minutos, logré encontrar el número del departamento. La duda me invadió al momento de tocar la puerta, ¿Qué sucederá ahora?

Trate de no pensar mucho tiempo, y decidí tocar la puerta. Después de unos segundos, la puerta lentamente se abrió.

-Ross...- Habló con una leve sonrisa.

Guardé silencio.

-Cynthia.

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[SIN EDITAR]

Bajo el mismo techo | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora