Capítulo 14: Pasado.

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-¿Qué dijiste?- Pregunté un poco enojado, y también con desagrado ante los recuerdos que vinieron a mi mente.

George se encogió de hombros.

-¿La verdad?

Resople.

-Si. Lo sé. No es necesario que me lo recuerdes.- Dije bruscamente.

-Oye, sé que no te agrada este tema, pero es cierto y lo sabes. Estas casado, tienes esposa.- Respondió y pude notar cierto enojo en su voz.

Recuerdos vagaron por mi mente. Recuerdos de hace apenas unos meses. Recuerdos desagradables de esa persona.

Respiré profundo. Tratando de no perder el control gracias a los recuerdos.

-Mira... no quiero hablar de esto.- Me puse de pie y fui hasta el fregadero.

-Ross, por última vez, tienes que decírselo a _______.- Insistió George.

Rápidamente giré hacia él.

-No se lo diré.

Puso los ojos en blanco y me miró fijamente.

-Maldición Ross... ¿Piensas que nunca lo sabrá? Tarde o temprano ella lo descubrirá, quieras o no.- Respondió enojado-. ¿Te pusiste a pensar si en algún momento esa niña llegara sentir algo por ti...?

-¡Lo hice!- Exclame-. ¿Sabes cuantas veces lo hice?- Murmuré.

-¿Es por eso que no quieres decírselo?

Guardé silencio.

Suspiró.

-Sé que tienes miedo de... no lo sé... ¿Lastimarla? Pero cuanto antes se lo digas, será mejor. Si esa niña llegara a tener sentimientos por ti, estoy seguro de que, con su forma de ser, esto la lastimaría.

-Eso lo sé perfectamente...- Susurré.

Suspiró.

-Se lo que sientes... pero creo que ella debería saberlo.- Dijo George.

Bajé mi mirada.

-Lo sé... también lo creo...

Un enorme silencio nos inundó a ambos. George es mi mejor amigo, es el único que sabe lo que pienso, o lo que tengo pensado hacer. Di media vuelta y comencé a lavar los platos para despejar un poco mi mente.

-Ross.- Llamó desde atrás.

-¿Qué sucede ahora?- Pregunté, mientras acomodaba los platos.

-Sé que no quieres seguir con este tema... pero necesito preguntar.- Hizo una pequeña pausa-. ¿Cómo te sentiste cuando... ocurrió todo aquello en Inglaterra?- Preguntó y sentí su tono preocupado.

No respondí. Comencé a guardar los platos.

-Ross...

-¿Cómo quieres que me sienta?- Cerré la puerta de la alacena.

-Tú la amabas...- Murmuró.

-Tiempo pasado.

Guardó silencio.

-No creía que ella sería capaz de hacer eso...- Dijo.

Solté una leve risa irónica.

-Yo también lo creí...

-Oí que te está buscando... ¿No le dijiste dónde estás?

-Lo que menos quiero es verla.- Miré a George-. ¿Podemos dejar de hablar de esto?

Bajo el mismo techo | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora