Capítulo 46: "- Eres mía."

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Mi cara se puso completamente roja al meditar las palabras que había pronunciado hace unos segundos.

Aunque estoy avergonzada por lo que acabo de decir, hable muy serio. Y sé perfectamente que significan esas palabras. Pero no quiero que Ross se vaya, quiero estar con él. Que me abrace y haga olvidarme de todo lo que ocurrió este día.

Luego de varios segundos de mirar mis dedos entrelazados, aún un poco avergonzada levante mi mirada y me encontré con sus hermosos ojos mirándome.

-¿Es... es lo que quieres?- Preguntó en voz baja, sus ojos clavados en los míos. Mientras esperaba mi respuesta, pude ver un extraño brillo en ellos. En sus ojos. Uno que demostraba... un sentimiento cálido, dulce. Lentamente asentí mientras mostraba una leve sonrisa.

-Quiero...-Murmuré y un poco indecisa levante mi mano para acariciar su mejilla-, estar contigo.

Mi corazón latía rápidamente al momento de pasar los segundos. Por la expresión de su rostro, lo tomé completamente por sorpresa. Pero luego de unos segundos de permanecer en silencio, su expresión se suavizó. Una tímida sonrisa apareció en su rostro al mismo tiempo que bajaba su mirada y lentamente negaba.

-¿Ross?

Tomó mi mano sobre su mejilla y lentamente giró su rostro para depositar un beso en ella. Me ruboricé al instante en que sentí sus labios sobre la palma de mi mano. Sus ojos lentamente buscaron los míos y, al encontrarlos, un extraño sentimiento nació en ambos al cruzar miradas.

-No me mires de esa forma.- Murmuró. Sentí un leve cosquilleo en la palma de mi mano.

-¿Por qué?- Respondí, también en un murmuro.

-Cuando lo haces...- Se detuvo.

-¿Cuándo lo hago...?- Lo animé a seguir.

Ross lentamente mostró una leve sonrisa.

-Me dan ganas de besarte.

Mis mejillas ardieron.

-Entonces...-Murmuré, con la voz temblorosa-. Hazlo.

Sus ojos mirando fijamente los míos me ponía más nerviosa de lo que estaba. En un rápido movimiento, tomó de mi mano y amablemente jaló de ella hacia él. Acercó su rostro al mío y rápidamente unió nuestros labios.

Sin dudarlo mucho, lleve ambas manos a su rostro y correspondí su beso.

Por alguna razón, estuve esperando este momento desde que nos alejamos de aquel horrible lugar. El momento en que él me besara y me haga sentir segura. Cuando lo hace, me olvido completamente de todo... me olvido del mundo. Sólo estamos Ross y yo. Unidos por un fuerte lazo.

Sus labios sobre los míos, como siempre, era una sensación exquisita. Sentí como sus manos lentamente pasaron hacia mi espalda, pegándome un poco más a él. Moví las mías por su cuello, hasta su pelo y lentamente pase mis manos por su cabello. Nuestros labios seguían unidos, moviéndose perfectamente el uno sobre el otro. De repente, sin alejar nuestros labios, con su mano tomó las sabanas de mi cama y lentamente las fue corriendo, destapándome. Me fue recostando sobre el colchón, mientras el terminaba de subirse a mi cama. Cuando me di cuenta, Ross se encontraba sobre mí. Sin dejar caer todo su peso sobre mi cuerpo. Se apartó de mis labios, besó la comisura de mi boca y finalmente nuestros ojos se cruzaron.

Su respiración estaba agitada, como la mía.

-¿Estas segura de esto?-Preguntó, el tono de su voz era un poco grave. Pude ver a través de sus ojos que había cierto destello de esperanza en ellos. Respiré profundo y rápidamente asentí. Aunque me sentía avergonzada, nerviosa, y de todo un poco... estaba segura de lo que quería en estos momentos.

Bajo el mismo techo | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora