Capítulo 53: "-¿Cuál fue la causa de su divorcio?"

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Me quedé sin habla. ¿Acabo de escuchar bien? Él dijo... oh. Él lo dijo. Lo escuché perfectamente. ¿Verdad?

-¿Qué?- Pregunté, aún sin creerlo.

Me sonrió. Una espléndida sonrisa en respuesta. Una que demostraba que él también estaba tan sorprendido como yo. Sus ojos miraban los míos de una forma especial, con amor y emoción.

Entonces asintió.

Sin poder evitarlo, corrí hasta él y me lancé a sus brazos. Él me alzó con ellos mientras reía y me abrazaba con fuerza.

Mi corazón latía rápido. Esperaba... no, soñaba con este momento. El momento en que por fin él era libre. Libre de su pasado, de su dolor al recordarlo, y... de ella. Cuando Ross me dijo que aún seguía casada oficialmente y, aunque me dijo que él no sentía nada hacia ella, por alguna razón me sentí un poco mal. No quería que él tuviera algún lazo con la persona que lo lastimó en el pasado.

Pero ahora... ahora por fin...

Lloré. Las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos sin control. Me sentía aliviada, feliz, de todo un poco. Un desastre de emociones. Pero en especial... del amor que siento hacia él.

Me aferré con fuerza a su cuerpo. Mis brazos lo abrazaron y hundí mi rostro en el hueco de su cuello. Cuando él sintió mis lágrimas, oí como suspiró con una sonrisa y dejó un suave beso en la piel expuesta de mi cuello. Caminó conmigo en sus brazos y me llevó hasta el living, sentándose en el sillón y a mí en su regazo. Tomó mi rostro con sus manos y me apartó un poco para que al fin nuestros ojos se encontraran.

Me sonrió.

-No tienes que llorar.- Dijo, mientras miraba atentamente cada rincón de mi rostro.

Asentí, sollozando.

-Pero...- Sequé mis lágrimas-, estoy feliz.

Mostró una dulce sonrisa.

-Yo también lo estoy.- Confesó. Se acercó a mi rostro y acarició mi nariz con la suya-. Pero lo único que quiero hacer ahora... es besarte.

Sus labios estuvieron sobre los míos en un instante. Me besó de una forma tierna y devastadora a la vez. Sonreí sobre sus labios y al instante él también lo hizo. Se apartó.

-¡Al fin!- Gritó al separarse de mis labios.

Reí de manera tonta al verlo tan emocionado. Me miró con esos hermosos ojos llenos de alegría. De repente, me tomó con sus manos y se acostó sobre el sillón conmigo en sus brazos. Comenzó a dejar besos por todo mi rostro. Reí mientras Ross me besaba y me hacia pequeñas cosquillas.

-Ross...- Reí-. ¡Basta!

Cambió de posición y ahora él se encontró arriba mío y yo de espaldas al sillón. Dejó un suave beso en mis labios y se apartó para mirarme.

Estuvo un rato así, con sus ojos sobre los míos y en silencio. Sonreí levemente mientras acercaba mi mano hacia su rostro y alejaba un pequeño mechón que cubría su ojo. Tomé su rostro entre mis manos al saber en que pensaba.

-Ross...- Murmuré-, no te culpes por lo que sucedió con respecto a... Bryan.- Miré sus ojos-. Yo estoy bien, tú estás bien, ambos estamos bien. Olvídate de todo eso.- Sonreí-. Se acabó.

Me miró atentamente. Esperé a que entendiera mis palabras mientras jugaba con algunos mechones de su cabello. Luego de unos segundos, vi que miraba atentamente como jugada con ellos, y una sonrisa en su rostro.

-¿Cómo es posible que un Polluelo como tú, tiene un gran efecto en mí? Estás malditamente preciosa en este momento.

Un leve rubor cubrió mis mejillas.

Bajo el mismo techo | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora