Las Cosas Cambian [Joshler]

Capítulo XVIII

Las paredes bancas eran muy altas, no había olor alguno, era todo tan pulcro que parecía que nada podía mancharlo, las luces eran blancas también, pero su brillo no era intenso. Las personas pasaban velozmente por todas partes, unas entraban en las habitaciones, otras salían de ellas cargadas de aparatos que Tyler nunca había visto, había gente llorando por todas partes, otras tenían su rostro más tranquilo y algunos que otros afortunados una sonrisa plasmaba su rostro.

La pesadez, la tristeza, el terror, la desolación, el desamor y la nostalgia rodeaban aquel recinto, era como una niebla que obstruía la vista de cualquiera, pero en esa niebla se podía distinguir una forma, una forma humana que no era como la de los demás, era alta, esbelta, estaba descalza y sus alas eran enormes y negras. Se veía imponente frente a los demás, se veía invencible y Tyler sabía de quién se trababa.

Tyler podía jurar que detrás de cada doctor que salía de una habitación con tristeza o con aflicción, el ángel de la muerte entraba a conversar con su futura visita, dialogaba con ella, le hablaba diciéndole que pronto llegaría su día y que cuando viniera no habría marcha atrás, tal vez le dejaría hablar unos cuantos minutos con sus familiares, reunirlos bajo un mismo techo unos segundos, hasta que él viniera a recogerle y entonces el ángel entraría y se iría con él apacible y tranquilo, tomados de la mano o tal vez sólo topándose hombro con hombro. El ángel a veces visitaba también a las personas que aún les quedaba tiempo, conversaba con ellas pero sólo para conocerles mejor, una sencilla plática para recordarles que tenían mucho por qué vivir, el ángel disfrutaba de hacer visitas como esas, eran agradables y todas las personas le recibían con bien, él sólo era enviado y las personas sabían de ello.

Tyler juraba que podía verle, juraba que podía escucharle conversar con aquellas personas que ya no tenían futuro, Tyler podía escuchar su fina risa, no era escalofriante puesto que era un ángel, pero su risa lo hacía sentir intranquilo. Tyler juraba que se paseaba por los pasillos con su ropa gris, ni blanca ni negra, ni blanca porque no era un ángel de bien, ni negra porque no era un ángel del mal, simplemente gris, un gris que lo hacía ver como un humano, con amor pero con odio, y aunque Tyler sabía que aquel ser no podía sentir ni amor ni odio, él así lo veía.

El ángel se acercó a Tyler, Tyler se perturbó, incluso pensó que aún no era su tiempo, el ángel le vio con curiosidad pero también tratando de inspirarle paz, le dijo que claro que no era su tiempo, que tenía mucho por vivir, que él no estaba ahí por Tyler, pero le dijo que fuese fuerte, que él no tuvo otra alternativa, que se lo tenía que llevar aunque el ángel no quisiese, ahuecó sus manos en la forma del rostro de Tyler, lo vio con lástima y con un susurro muy bajo pero perceptible, le dijo:

- Lo siento.

Y diciendo aquellas palabras el ángel le abandonó, lo dejó con el rostro surcado de lágrimas y con muchas cosas pasando por su cabeza.

El ángel entró en la sala de Nick, le vio acostado casi luchando por su vida. Se acercó a él y le tomó de la mano, la apretó contra la suya y se acercó a su rostro.

- Ya es hora — le dijo bajito, aunque no había nadie ahí y aunque hubiese alguien no podrían escucharlo.

- No, aún no — la voz de Nick sonó demandante y el ángel se escandalizó, nadie le había hablado así antes, todos la recibían resignados — sólo unos minutos más, por favor, luego me iré sin rechistar, pero permíteme unos minutos más.

Él ángel le vio con tristeza, y aunque sabía que estaba incumpliendo las reglas de Dios y sabía que Él se molestaría por semejante osadía, le concedió esos preciados minutos, el ángel subió al Cielo para dialogar con Dios y llegar a un acuerdo, Él es un Dios de amor, el ángel sabía que podía con ello.

Nick mandó a llamar a Tyler. Tyler lo vió y su rostro no dejó dudas de la tristeza que lo embargaba. Sentía una culpa crecer en su interior y no hizo más que echarse a llorar. Nick le llamó con voz baja ya que a penas podía hablar y me apretó su mano y lo acercó a su rostro.

- Eres lo mejor que me ha pasado, Tyler — dijo Nick con tristeza pero con una sonrisa plasmada en su rostro.
- Te pondrás bien, Nick, lo prometo — eran mentiras bonitas que Tyler quería hacerle creer.
- Se fuerte por mí, Tyler, no dejes que nadie te trate como yo lo hice — le dijo Nick — nunca permitas que nadie te vuelva a golpear jamás, eres hermoso Tyler, siempre recuérdalo.
- Prometo que lo seré, Nick, lo prometo — decía Tyler con su rostro inundado en lágrimas.
- Perdóname, Tyler. Fuiste lo mejor que me pudo haber pasado, siempre elegiría seguir contigo todos los días de mi vida si me fuese posible, fuiste, eres y siempre serás mi Tyler amado, te amo y sólo a ti — las palabras de Nick golpeaban justo en el pecho a Tyler, en su corazón.
- Te perdono, Nick, te amo yo también y siempre te daría una oportunidad — le dijo Tyler con honestidad.

- Ya es hora — le dijo el ángel a Nick ya que ahora sólo él podía verle.

- Se fuerte, Tyler — y con esas palabras, Nick expiró liberando el último aliento de vida que sus pulmones quedaban.

El ángel se acercó a la cama, vio con tristeza a Tyler y extendió su mano hacia Nick, este tomó la mano fría y suave del ángel y se levantó de aquella cama, vio su cuerpo junto con un Tyler destrozado. Le susurró un "te amo" y el ángel se lo llevó junto con él, caminaron por el largo pasillo hasta la recepción hasta que no se les vio más.

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Triste porque puedo y porque quiero :'v. Nunca pensé que en mi primer fic mataría a alguien, en serio jamás me lo imaginé. Espero les guste <3.

(PD. Una pequeña personita muy preciosa me escribió un muy pero muy pequeño fanfic de mi crush y yo que le quedó precioso, admírenlo:

- ¡Hola!
- H-Hola
- ¿A cuanto está el pan? — Dijo, mostrando su gran sonrisa
- Amm... — Dijo el menor, pensando... — E-es gratis pa-para ti.
- Oh, ¿En serio? — Dijo el mayor sorprendido.
- S-Si — Dijo el pelinegro ya sonrojado entregándole una bolsa de pan.
Cuando Emanuel le entregó la bolsa, sin querer el mayor rozó su mano con la de él, esto hizo que el menor se sonrojase más de lo normal. Eso le pareció bastante tierno al mayor.
- Muchas gracias, Ema. Adiós — Dijo el mayor guiñándole el ojo antes retirándose del local.
- A-Adiós — Dijo el menor nervioso por el apodo que usó el mayor con él.
Como dato extra, él se llama David. Es precioso, va. La escritora es Jish_Joseph, vayan a darle amor a sus fics que son arte, me despido, bye <3).